
Dos puestos de finalista más para #EspañaAtletismo gracias a dos octavos puestos de Adrián Ben en la final de 1.500 metros y a Lester Lescay en la de longitud, donde han peleado por las medallas contra los mejores del mundo.
Jaime Guerra concluye 12º en la final de longitud, en la tarde en la que Jaël-Sakura Bestué accedió a las semifinales de los 200 metros y cayeron eliminados Jesús David Delgado en los 400 vallas y Jordan Díaz (retirado) en la calificación del triple salto.
Adrián Ben fue el último de #España Atletismo en mostrar sus habilidades al público nipón. Sus prestaciones cronométricas y tácticas en las dos rondas precedentes fueron un tratado de saber hacer. Ya había sido dos veces finalista en ‘el ocho’ (sexto en Doha 2019 y cuarto en Budapest 2023) y ahora seguía engordando su currículum en la primera oportunidad que le dio el 1500. Un competidor de época, que se machaca a diario a las órdenes de Arturo Martín y este 2025 ha renovado su PB hasta dejarla en unos lustrosos 3:31.70, la más modesta de los contendientes, entre los que no estaban los dos últimos campeones olímpicos: Ingebrigtsen cayó en primera ronda y Hocker fue descalificado en semifinales. Sí figuraban los tres últimos oros mundiales, T. Cheruiyot, Wightman y Kerr. Ni la densidad de estrellas ni la estadística amedrentaron al de Viveiro, que de salida se situó en quinta posición de un grupo en el que el favorito Laros (que acabaría quinto) marcaba un ritmo nada estridente. Así llegó al toque de campana, cuando la carrera se volvió loca y, pese a llegar todavía bien posicionado a la última curva, perdió posiciones, pero no tantas como para privarle de su tercer puesto de finalista en un Campeonato del Mundo (8º con 3:35.38), en una carrera imprevisible en la que ganó el pupilo de Enrique Pascual, el portugués Isaac Nader (3:34.10), quien levantó la cartera sobre los cuadros al oro de 2022, el escocés Jake Wightman (3:34.12). El bronce fue para Reynold Cheruiyot (3:34.25). De nuevo, una gran actuación de Adri, que se ratifica como uno de los grandes competidores de la historia del atletismo español: sólo él ha disputado la final de los 800 y del 1500 en unos Mundiales.

Lester Lescay y Jaime Guerra, que fueron segundo (8.21) y quinto (8.13) en la clasificatoria, hacían historia antes de empezar la final de salto de longitud: jamás habíamos tenido dos hombres en esa fase de la competición. El primero (bronce europeo indoor), que se prepara en Guadalajara a las órdenes de Luis Felipe Méliz, conquistó plaza de finalista gracias a un salto de 7.97 que repitió en su tercer y quinto intento (primero, segundo y cuarto resultaron nulos, y el sexto, acorde con la nueva normativa, no llegó a realizarlo). Peor le fueron las cosas al entrenado por María Durán, 12º con un mejor salto de 7.81 (el segundo; en el primero aterrizó a 7.76 y el tercero y último fue nulo).

Jaël-Sakura Bestué, plusmarquista española de 200 metros (22.19 logrados en el Estadio Vallehermoso que fueron acompañados de una sensacional victoria en el Campeonato de Europa por Equipos), compitió por la calle cinco en la sexta carrera de la ronda preliminar, donde pasaban a semifinales las tres mejores y los seis tiempos más rápidos. El registro de la catalana, pupila de Ricardo Diéguez ‘Panter’, era el segundo mejor de la serie, solo superado por los 21.88 de la inagotable Dina Asher-Smith (campeona en 2019 y de Europa en 2016 y 2018). Precisamente fue la británica la vencedora (22.40), con la australiana Torry Lewis segunda (22.56) y nuestra velocista tercera: Q en 22.74. Primer check y piernas en alto para seguir soñando.
Jesús David Delgado, primer suplente para las semifinales, recibió la noticia de que saldría a competir pocas horas antes del disparo de salida, de su entrenador Álex Codina. Así que el canario, plusmarquista nacional de los 400 metros vallas (48.45), se activó a toda mecha para concentrarse en su segunda oportunidad mundialista. Salió por la calle 9 de la segunda de las tres series (pasaban a la final los dos primeros de cada una más los dos mejores tiempos), donde firmó 49.41 y, pese a quedar eliminado, nos deja el regusto dulce de una temporada soberbia.
17.16. Es la medición del único brinco que Jordan Díaz había realizado en la presente campaña, el que le dio su tercer título nacional consecutivo. La única competición del discípulo de Iván Pedroso desde que el pasado agosto se colgase el oro olímpico. Después, diversos problemas físicos nos han privado de deleitarnos con este portento de 18.18 (tercera mejor marca de la historia, a 11 cm del récord de Jonathan Edwards). Podría parecer que, aunque solventadas las lesiones, es poco bagaje para un atleta… pero claro, ese atleta es uno de los mayores portentos que ha dado el triple salto, por lo que la confianza era plena cuando apareció en el Estadio Nacional (talismán para nuestra delegación en este evento, pues los recuerdos nos remiten al tope nacional de Ana Peleteiro y su medalla de bronce olímpica) para afrontar la calificación. Pedían llegar a 17.10 para adjudicarse el pase directo (Q) o, al menos, estar entre los 12 mejores saltadores (q). Más que factible para el campeón de Europa, que perseguía en Tokio la triple corona perfecta: oros europeo, olímpico y mundial consecutivos. Lamentablemente, el atletismo a veces muestra su cara menos amable y, tras un primer intento nulo, ‘Air Jordan’ se vio abocado a la retirada debido a unas molestias en el cuádriceps derecho, como él mismo confirmó en zona mixta.
