Aldara rima con Antalya, quizá ese fue el embrión de su descollante actuación en la bella ciudad costera turca, donde aupó a las nuestras al primer oro mundial de la categoría, casi nada; en agosto llegará la cita cumbre de la temporada en Lima y habría que recordar cuán famoso es el oro peruano, por lo que Aldara se ha apuntado a una excursión minera el 30 de agosto, apenas dos días antes de poder empezar a volar sin necesidad de permiso paterno.
Nuestra protagonista había ya brillado allende de nuestras fronteras en los dos pasados ejercicios, con sendos segundos puestos en el Festival Olímpico de la Juventud Europea en Banska Bystrica (2022) y en la Copa de Europa en Podebrady (2023), pero su demostración en el campeonato mundial por equipos en Antalya es, de largo, su actuación internacional más brillante, “la verdad es que estoy muy contenta del resultado de la competición; la carrera salió lenta, pero al final tanto mis compañeras como yo supimos gestionarla bien”.
No en pocas ocasiones se exagera cuando se menta aquello de ‘hacer historia’ pero no es el caso del combinado español, compuesto por Sofía Santacreu, Griselda Serret y la propia Aldara, que se alzó brillantísimamente con el título por países, hito que había resultado coto privado de Rusia y China, que se habían repartido equitativamente los nueve entorchados universales puestos en juego antes de Antalya, “sabíamos que podíamos conseguir medalla pero, siendo sinceras, no nos esperábamos la de oro al estar ahí las chinas. Estoy muy orgullosa de mis compañeras y, en general, de todo el equipo ya que hemos demostrado el nivel que hay en España”; para situar su reflexión con perspectiva, citaremos que las tres marchadoras asiáticas habían firmado cronos por debajo de los 44:00 apenas siete semanas antes de la cita turca, mientras Aldara, cuarta en ese boceto difuminado de medallas que es el ránking previo, acudía con los 45:04 que le catapultaron al oro nacional en Zaragoza el 26 de febrero; a la hora de la verdad, ese minuto de diferencia se diluyó cual azucarillo y nunca sabremos el porqué, “si te digo la verdad, no sabría explicarlo, hay días y días, pero las marcas con las que venían no se reflejaron después en la carrera”; quizás fuera el orgullo inherente a vestir la zamarra rojigualda lo que desniveló la contienda a favor de las nuestras, “representar a tu país supone una mezcla de sensaciones, por una parte conlleva cierta presión, pero eso también contribuye a que la experiencia sea más intensa y el ir a competir con la selección nos une mucho a todos”.
Contextualizando las medallas de plata y bronce que conquistaron respectivamente Aldara y Sofía, baste comentar que las más que consagradas Laura García-Caro y María Pérez lideraban hasta Antalya el ranking individual sub-20 en esa competición gracias a sus 4ª y 9ª plazas logradas en Taicang 2014, lo que eleva a memorables sus prestaciones ese tercer domingo de abril, “hablando con Sofia, ninguna de las dos nos lo llegamos a creer del todo, yo aún no soy del todo consciente, pero sé lo que supone y estoy muy orgullosa de lo que estoy consiguiendo esta temporada”. La parsimoniosa cadencia con la que se inició la prueba, 4:45 el primer kilómetro y 23:20 en el ecuador, resultó ser el único obstáculo para que no cayera la plusmarca española de la distancia que ostenta, 37 años después, Mari Cruz Díaz con 44:48, si bien no le quita el sueño lo más mínimo, “no lo tengo como un objetivo, la verdad, si tiene que salir, saldrá, pero pueden pasar mil cosas, va a depender de cómo vaya la temporada, igual no llego a hacerlo nunca” comenta cauta Aldara, aunque la postrera parte de su reflexión se antoja altamente improbable si tenemos en cuenta de que la próxima temporada seguirá militando en la categoría sub-20, cuya plusmarca en los 10.000m en pista pertenece a la laureada María Pérez con 44:19:05, cronos a su alcance si tenemos en cuenta que en Antalya cubrió los segundos 5K en ¡21:52!
Los primerísimos pasos de Aldara en la especialidad no parecían presagiar la rápida eclosión que protagonizaría muy poco después de su debut como marchadora, “mis inicios fueron por casualidad; cuando empecé a hacer atletismo la verdad es que no me llamaba la atención y cuando mi entrenador me mandaba hacer marcha no prestaba atención y hacia la técnica de cualquier manera, pero después, en una concentración con mi equipo en la que estaban todos mis compañeros marchando, me puse con ellos y mi entrenador me dijo que se me podría dar bien”…y el resto es historia, podría haber concluido la lucense, 1,68 de apolínea figura; ese entrenador al que hace referencia no es otro que Javier Piñeiro, de quien nos comenta, “llevo con él desde los 10 años y es un apoyo fundamental para mí; la verdad es que tenemos una muy buena relación, al final estoy dia a dia con él y tenemos mucha confianza”.
La zozobra y el desasosiego hicieron su aparición en todos los estamentos de la marcha cuando se presagiaban negros nubarrones para la especialidad, si bien la situación parece haber mejorado en los últimos meses, “obviamente, yo espero que las cosas mejoren, puesto que mis compañeros y yo estamos entrenando para en un futuro mantener la marcha española al nivel al que está ahora, que es muy alto”; ese futuro, por supuesto, incluirá su debut en 2026 sobre los 20K, doble dosis con respecto a la actual, un reto que no le supone ningún dolor de cabeza, “aún me queda tiempo para afrontar los 20K, pero yo creo que con una buena preparación podré hacerlos bien; al final entrenando salen las cosas, pero por ahora voy con calma”; aunque sus tres presencias internacionales se han saldado con tres magníficos segundos puestos, le preguntamos si ambiciona subir el último escalón del pódium que le queda por escalar, “sí, pero al final lo que más me importa es saber que lo he dado todo, independientemente del resultado: me considero ambiciosa, pero al final cada competición es distinta, yo estoy contenta simplemente sabiendo que he competido bien, a mi mejor nivel”, esgrime con aplastante naturalidad Aldara.
Le pedimos a continuación una valoración de su compañera de hornada (2006), fatigas y pódiums internacionales Sofía Santacreu, “la verdad es que la admiro mucho, tiene una capacidad de trabajo increíble y muchísima calidad; además, nos llevamos muy bien, es muy buena niña y se preocupa siempre por los demás”, asegurando que la inevitable rivalidad cuando exhiben un dorsal no supone óbice alguno para cimentar su amistad, “para nada…yo la considero más mi amiga que mi rival, al compartir equipo la veo como una compañera y además, al tener un nivel parecido, en las competiciones podría ganar cualquiera de las dos, depende del día que tenga cada una; me alegro muchísimo de todo lo que consigue y ella por mí”. El caballo de batalla que supone la técnica para cualquier marchador no es tal en su caso, “no sé qué comentar, pero es cierto que casi nunca me ponen faltas, sí algún aviso, pero no llegan a subirlo”; sabedora de su exquisito estilo, se muestra partidaria de introducir la tecnología en la especialidad para que el ojo humano pueda disfrutar de una merecida jubilación, “no estoy muy enterada de ese tema, pero todo lo que contribuya a hacer que esta disciplina sea más limpia y objetiva, bienvenido sea”; cuando le sondeamos sobre sus referentes a nivel técnico, comenta, “Miguel Ángel López y Álvaro Martin marchan muy bien, pero tengo más presentes a compañeros míos como Daniel Monfort o Sofia, la verdad es que técnicamente me gustan mucho”. Será en septiembre, coincidiendo con su mayoría de edad, el día 2, cuando Aldara marche a Madrid para iniciar sus estudios universitarios, “sí, está previsto que vaya al CAR de Madrid y me gustaría estudiar INEF o Magisterio: aún no lo tengo decidido del todo, pero seguramente será INEF”. Aprovechando que marcha como los ángeles, le preguntamos torpemente si le gustaría competir en la ciudad californiana, sede de los Juegos Olímpicos de 2028, “pues no sé, ojalá que sí, pero de aquí a cuatro años pueden pasar mil cosas; yo me lo voy a tomar con calma, lógicamente entrenaré para ello y que sea lo que tenga que ser” razona Aldara.
La gran cita para nuestros sub-20 acaecerá la última semana de agosto en la capital peruana con la celebración del Mundial de la categoría, una cita en la que no renuncia a priori a nada, “aún quedan tres meses y medio de preparación en los que pueden ocurrir muchas cosas, cuando se acerque el momento ya empezaré a pensar en el campeonato pero por ahora hay que sacar los entrenamientos de cada día”, ¿firmarías, por ejemplo, una medalla de bronce?, “a día de hoy no firmaría nada, supongo que las chinas estarán peleando por las medallas pero Sofía también estará ahí y, si todo va como espero, yo también”. Seguro que allí habrá aldabonazo de Aldara.