Ángela Viciosa creció, y bastante, en una familia donde siempre se respiró pasión deportiva y amor al prójimo...siempre que este no exhibiera un dorsal y zapatillas de clavos, pues en ese caso no se estrechan lazos hasta el final de la contienda, claro. Lazos desatados hubo muchos en Bruselas, pero supo Ángela apretar fuerte los dientes para arribar a meta a míseros dos segundos del bronce, presea que sí consiguió a nivel colectivo liderando a #EspañaAtletismo.
Un mes y medio después de cuajar su más excelsa actuación internacional, Ángela rememora su extraordinario cuarto puesto sub23 en el Europeo de Cross de Bruselas: "Aunque terminé con rabia por quedarme cerca de la medalla, la lectura de esa carrera siempre fue buena. Era consciente de que estaba en un buen estado de forma, el estar entre las 10 primeras a nivel europeo ya lo hubiese considerado un éxito para mí partiendo de que el año pasado fui la 32º y estaba siendo la segunda española en los croses previos. Mi entrenador, Eladio Barredo, me repetía constantemente a medida que se aproximaba la fecha que tenía posibilidades de estar muy adelante, pero una parte de mí tendía a dudar, así que de esta carrera salí con mucha confianza y un gran aprendizaje”.
Competitiva por genética, Ángela lo reconoce: “El sentimiento que tuve nada más llegar a meta fue más bien de tristeza por no haber arriesgado más y antes, dentro de todo lo que arriesgué. Considero que di la cara y progresé mucho en los entrenamientos previos y posteriores a Bruselas”. Enseguida sale a relucir el lado descaradamente humano que le caracteriza cuando comenta que lo que más feliz le hizo “fue saber que la gente disfrutó mucho viendo la carrera y que les hice levantarse del sofá los últimos metros, porque no hay nada mejor que hacer disfrutar a la gente”.
Mucho se habló de que el circuito belga, lento y embarrado, no se ajustaba demasiado a las condiciones de los nuestros, pero Ángela demostró que se desenvuelve como enfermera en quirófano cuando el campo a través es realmente eso, campo a través. Y proclama abiertamente que esa dureza ejerció de inseparable aliada: "El circuito, sin ninguna duda, era de los míos. El del pasado Campeonato de España en Ortuella fue parecido y también se me dio bien, al igual que el Cross de Elgoibar, que también me gusta mucho. Para mí, esos son los crosses de verdad, son los que más disfruto y en los que mejor me muevo".
Por si alguien osó perderse algún instante de la prueba, Viciosa relata cómo transcurrió la carrera del Europeo: "Al principio salí precavida, entre las 10-15 primeras, pero sin perder de vista a mi compañera María Forero, ya que al final ella era mi única referencia en ese momento. A medida que trascurrieron las vueltas me fui encontrando bien, fui avanzando junto con María y poco a poco el grupo se fue reduciendo. La medalla de oro ya estaba asegurada para la británica Megan Keith y antes de empezar la última vuelta estábamos tres atletas para las dos medallas restantes. Confiaba en no ser yo justo la que sobrara, pero en la primera cuesta de esa vuelta dudé y las dejé irse unos metros, que luego fueron aumentando. Luego, cuando vi que ya quedaba poco y aún tenía algo dentro, cambié el ritmo para intentar pillar a la finlandesa Blomqvist aprovechando las dos últimas bajadas del circuito y, viendo que aún estaba bien tras la última cuesta fuerte, intenté vaciarme sin relajarme en ningún momento, pero está claro que ese cambio lo tenía que haber hecho antes, ya que la recorté bastante, pero me faltaron unos metros más. Llegué a solo dos segundos y con algo de fuerza todavía, así que he aprendido a no dejar nunca ni un metro".
En ese cortometraje de 27 minutos de duración rodado en Bruselas, la ya mencionada Forero partía como principal baza española un año después de conquistar el oro sub20, pero una inconmensurable Ángela fue capaz de cruzar la línea de meta ocho segundos antes que la onubense: "María logró un muy buen puesto (fue sexta) e hizo una gran carrera, ya que gracias ella el grupo se fue reduciendo en las vueltas intermedias. La verdad es que el verme delante de ella en la última parte me hizo dudar de si ese sería mi sitio y preguntarme si me estaría precipitando, ya que ella era mi referencia y yo, en teoría, debería entrar tras ella. Al final, fue un gran día para ambas y María no pudo alegrase más por mí y el resto de las sub23 que hicimos una gran actuación consiguiendo subir al podio".
Con la clarividencia que otorga el paso del tiempo, tiene cristalino Ángela que el Eurocross supuso un punto de inflexión en su carrera deportiva y que, si se repitiese mañana la carrera, saldría decidida y sin dudar en busca de las preseas. “Eso es, el Europeo ha supuesto un punto y aparte que ya inicié en el Cross de Atapuerca pero que en Bruselas pude confirmar. Salgo ahora con mucha confianza en mí misma y en el trabajo diario, viendo que soy capaz de moverme con las mejores sub23 a nivel europeo".
Apenas siete días después compitió en Venta de Baños, donde enseñó elegantemente la espalda a fondistas consagradas como Cristina Ruiz, Marta García e Isabel Barreiro, lo cual son palabras mayores: "También hice una lectura muy positiva de esa carrera, a la que no pongo ningún pero y donde supe moverme con las mejores fondistas gracias a la confianza que me dio el Europeo y la rabia que me quedó por lo cerca que estuvo la medalla, tenía que quitarme la espinita".
Cuando un atleta eclosiona y destapa el tarro de las esencias hay que indagar en los motivos que han coadyuvado a esa geométrica mejoría y estos son los que arguye Ángela: “He tenido una pretemporada muy amena, con mucha motivación, ya que normalmente se me suele 'hacer bola' hasta que llega la época de competiciones, que es la que más me gusta, pero este año estaba más libre y tranquila en lo que la universidad respecta, mi entrenador estaba volcado al 100% conmigo y, lo más importante, he estado rodeada de los mejores, que me han aportado paz, estabilidad y me han apoyado mucho".
Comenta Ángela que ha cambiado su mentalidad, quizás por eso ha decidido alistarse, aun siendo sub23, en categoría absoluta en el Campeonato de España de Cross en Getafe este fin de semana: "El Nacional de Cross siempre es una gran cita y sin duda la carrera sub23 va a ser muy emocionante, pero yo este año he decidido apostar por la categoría absoluta, aunque sé que hay mucho nivel. No sé si podré estar tan delante, pero espero poder dar la cara y seguir aprendiendo a moverme con las mejores a nivel español".
En cuanto el cross eche el telón, Ángela empezará a pensar en el tartán, con el dilema de decantarse por el 1500 o por el 5000: "Empezaré corriendo algún 5000 y luego pasaré a preparar 1500, que es una distancia que me encanta, en la que tengo que mejorar mucho aún y meter ritmos fuertes en las piernas. Sin duda, es mi distancia favorita. El objetivo este verano, al no haber a nivel sub23 grandes campeonatos, es 'rascar' lo máximo al crono en ambas distancias. Me gustaría acercarme lo máximo posible a 4:10 en 1500 y en torno a 15:30 en 5000; sé que son palabras mayores, así que será un gran reto".
Si bien no ha decidido aún en cuál de las dos distancias se alistará en los Nacionales sub23 y absoluto de aire libre, "todo depende de cómo avance la temporada y cómo me sepa defender en cada una de ellas". Hablando sobre 1500 y 5000 sobrevuela de inmediato la sombra, muy alargada, de su padre Isaac, el mismo que cronometrara 3:30.94 en 1500 el mismo mes y año, agosto de 1998, en el que se proclamara campeón de Europa de 5000 en Budapest: "Mi padre abarcaba gran variedad de distancias y se movía también muy bien en 1000 y 800 metros, algo que yo diría que me cuesta más porque mi punto fuerte está en distancias más largas, como el cross, algo que él no hacía".
Aunque Isaac dejó de competir cuando Ángela contaba con apenas cuatro años, no es ello óbice para que valore su figura: "Como persona tengo que aprender mucho aún de él, y espero seguir aprendiendo de su humildad. Deportivamente, él era muy ambicioso y se dejaba el alma en cada carrera estuviera quien estuviera, algo en lo que yo aún estoy progresando. También diría que soy más paciente que él en algunos aspectos, pero es una pregunta difícil".
Cabe pensar que, si Eladio Barredo condujo al padre a semejantes cotas deportivas, quién mejor que él, con 25 años más de bagaje, para tutelar y supervisar su asalto a la élite. "Este año sí que hemos introducido más cantidad de kilómetros y sesiones de doblaje al ver que todo iba bien y lo asimilaba correctamente, en comparación con otros años. Doblar diría que me gusta mucho y se me hace muy ameno. La sesión que más me gusta son los miles en la pista o series con clavos, pero aún queda tiempo para eso, hasta que no finalice el cross. Las semanas de competición suelen ser de mucha bajada para estar al 100% para la competición prevista y la verdad es que me entiendo muy bien con Eladio y conoce muy bien cómo funciono".
Le pedimos a Ángela que nos desvele sobre qué superficie se encuentra más a gusto, y la respuesta sorprenderá… "El cross me hace disfrutar mucho, ya que cada prueba es un mundo en el que no sabes con qué te sorprenderá el día, porque hay muchos factores a tener en cuenta y además el ambiente suele ser increíble, pero la pista y el correr rápido pesa más en la balanza y su preparación me gusta mucho más", reconoce.
Su reciente explosión atlética amenaza seriamente con alterar sobremanera sus planes académicos que, como el cielo, es muy posible que tengan que esperar: "Hace unos meses mi idea era terminar el año que viene la carrera de Enfermería y luego apostar por el atletismo, pero ahora empieza lo más duro de la carrera, que son las prácticas de ocho horas diarias en el hospital y, viendo que puedo apostar por el atletismo ahora que estoy cogiendo carrerilla, creo que la fecha de fin va a tener que alargarse algo más".
No nos resistimos a preguntarle por el cósmico récord del mundo de 10 km batido por la keniana Agnes Jebet recientemente en Valencia: "Esa marca es correr muy muy rápido y es increíble ver cómo el cuerpo es capaz de romper barreras y no tiene límites. Desde mi posición la veo muy lejos ya que los 10 kilómetros me cuestan bastante y estar sobre los 33 minutos ya es un logro para mí".
No es complicado intuir que el hogar de los Viciosa debe contar con una lavadora industrial que ponga a punto su equipación y la de sus siete hermanos, habiendo todos probado fortuna en el deporte olímpico por excelencia, empezando por Carmen y Vicente, aunque Ángela avisa de lo que viene por detrás: "Ellos han trabajado mucho y han apostado en su momento por el atletismo, siendo varias veces internacionales, pero ahora mismo la que viene con mucha fuerza y va a dar mucha guerra es María, que ya desde sub18 se ha hecho notar. Pedro acaba de pasar a sub23, compartiremos categoría este año, está progresando mucho también a las órdenes de Enrique Pascual en Soria y aún quedan un par de Viciosa más pequeños que darán guerra en el futuro y ojalá sigamos los pasos de nuestro padre".
Para finalizar, Ángela nos cuenta el as en la manga que tuvo en Bruselas: "Hacía un año que había fallecido mi abuelo paterno, Teodoro, al que tengo siempre presente en los entrenamientos y al que recordé especialmente durante la carrera. Noté que me dio mucha fuerza y me ayudó a correr más ese día". No te preocupes, Teodoro, te vas a hartar de ver triunfar a tu Ángel(a) desde el cielo.