
En las dos históricas medallas cosechadas por las mujeres de #EspañaAtletismo el 11 de mayo en los World Relays de Guangzhou/Cantón, sobresalió la doble contribución de Paula Sevilla a la plata en 4x100m y al oro en 4x400m. Pero ese mismo domingo, otra integrante del relevo largo femenino también se lució doblemente y sin impresionar menos, al sellar ese triunfo antológico de las ‘Golden Bubbles’ poco más de dos horas después de haber culminado también otra victoria del 4x400m mixto que validaba el billete al Mundial de Tokio… ¡y rubricando sendos récords de España en ambas pruebas! Hemos hablado con Blanca Hervás Rodríguez (30-septiembre-2002) para conocer todas las vicisitudes de su incipiente y cada vez más prometedora carrera.
Todo empezó —nos cuenta— con unos 8 añitos en el Club de Atletismo de Majadahonda, al que le apuntaron sus padres animados por una amiga de la familia que percibía algo especial en esa niña que corría por la playa y era la más rápida en su colegio. “Y con el atletismo era donde yo era feliz: me lo pasaba bien, salía del ‘cole’ y me iba ahí con mis amigas, luego el finde a campeonatos… y me encantaba. Y sin ninguna intención de hacerme profesional, fue todo surgiendo…”.
Blanca recuerda que disputó su primer campeonato de España en triple salto y el segundo en combinadas, antes de ir decantándose por la velocidad, donde destacaba pero no excesivamente. Hasta que en 2019, en su segundo año como sub-18, empezó a correr 400 metros. Y el 8 de junio en Getafe, en el Campeonato de España de Federaciones Autonómicas Sub-18, ocurrió algo increíble: pese a firmar un marcón de 53.87, sólo le valió el bronce en un final igualadísimo donde la precedieron Carmen Avilés (53.86) y Lucía Pinacchio (también 53.87). Y de hecho, fueron Avilés y la también ochocentista Pinacchio ―y no ella―, quienes acudieron el mes siguiente al Festival Olímpico de la Juventud Europea (FOJE) de Bakú.
“Ahora lo pienso y es un reflejo de la generación [de cuatrocentistas] que tenemos ahora. [Dice mucho] haber hecho esa marca siendo tan pequeñitas y que no me valiese para ir a ningún campeonato de categorías inferiores porque había más chicas con mi mismo nivel; aunque luego sí me sirvió para irme a una universidad estadounidense y cumplir un sueño. Hoy en esas categorías, con marcas muchísimo peores, estás en Europeos o Mundiales como poco en los relevos… Creo que fue el principio de esta generación”, reflexiona.

SATURACIÓN ESTADOUNIDENSE
Efectivamente, gracias a esos 53.87, la Universidad de Miami la fichó para cursar estudios de gestión de medios de comunicación y empresariales como ‘student-athlete’. Y aunque tiene claro que, “a nivel general, mi experiencia en Miami la repetiría mil veces, y todo lo que aprendí no me lo quita nadie”, el balance deportivo resultó bastante frustrante, ya que, en tres años y medio allí, solamente acabó mejorando su marca en 13 centésimas (a 53.74 en 2023).
Blanca explica que necesitó mucho tiempo para adaptarse; un año entero para recuperar el peso y el músculo perdido durante la pandemia (“al estar encerrada en casa y sin poder ir al gimnasio; y por los nervios de irme a vivir a otro país”), y luego para adaptarse a una entrenadora nueva (Amy Deem) con un método totalmente distinto y con la que no se sentía cómoda mentalmente. Por no hablar de sus problemas con el exigente calendario… “Cuando hice 53.87 [en febrero de 2022] para mí fue un mundo; hacer por fin marca personal y además en pista cubierta. Lo que pasa es que allí en Estados Unidos no tienen pretemporada entre cubierta y aire libre; enlazan una con otra. Y eso me mataba, porque al aire libre, en mayo, llegaba cansada físicamente y, sobre todo, mentalmente. Llegaba muy saturada del atletismo, sin estarlo disfrutando, y no me creía que podía bajar un segundo esa marca al aire libre”, lamenta.
Para 2023, la desmotivación de la madrileña era total, máxime tras haber quedado 5ª en un Campeonato de España Sub-23 al que acudió por pura rutina: “Me fui a la playa, a olvidarme por completo. No quería ni oír hablar de atletismo, y de repente me llamaron que tenía que seguir la temporada para ir al Europeo [Sub-23 de Espoo]… y yo no quería ir; necesitaba vacaciones. Pero al final fui, y las chicas me salvaron”.
CURACIÓN MENTAL EN FINLANDIA
Y es que esas chicas que la habían derrotado claramente en Tarragona (Carmen Avilés, Berta Segura, Rocío Arroyo y Ana Garitaonandía) tenían tanta calidad deportiva como humana; y junto a ellas acabó conquistando su primera medalla internacional: un histórico bronce continental en 4x400m tras batir el actual récord de España sub-23 (3:31.11) en la final un cuarteto compuesto por Arroyo, Segura, ella misma y Avilés. “Finlandia fue mi punto de inflexión. Allí me sané mentalmente; me sanaron mis compañeras, y todo lo que estoy viviendo ahora empezó en Finlandia al 100%”, asevera.
Y continúa explicando: “Yo me veía de reserva, pero como Berta Segura el primer día tenía la prueba individual, no corrió la ‘semi’ y corrí yo. Y como mi carrera fue buena, porque me fui motivando con los días y las chicas me fueron animando, me fui encontrando cómoda y empecé a disfrutar. Al final me dejaron correr la final… y conseguimos ese récord y ser terceras de Europa. Me encontré bien, con parciales buenos que llevaba mucho tiempo sin conseguir; y me di cuenta que lo que me estaba pasando era la parte mental. Ahí fue cuando decidí volver a España al año siguiente: cogí muchas asignaturas para graduarme en diciembre y volverme en enero para intentar un 2024 en casa y enfocar el atletismo desde otro punto de vista, sin estar sufriendo a nivel deportivo”.
Otra persona clave en esa curación mental fue su entrenador de siempre, Julio Rifaterra; muy distinto a su entrenadora estadounidense y con quien seguía hablando por teléfono cada día en Miami. “Para mí Julio es como mi vida; él me enseñó el atletismo y siempre ha estado ahí. Siempre ha priorizado mi salud mental y que yo me lo esté pasando bien por delante de los resultados; y eso es lo que me ha hecho disfrutar del atletismo y obtener los resultados que he obtenido. De hecho, creo que por estar ‘mal acostumbrada’ a esa forma de pensar y disfrutar, que para mí es esencial, sufrí tanto en Estados Unidos, porque mi entrenadora de allí era todo lo contrario. La parte de disfrutar le daba igual, y yo necesitaba apoyo y esa parte emocional del atletismo, que creo que es lo que te hace correr. Y en cuanto puse un pie en España, Julio me salvó. Llegué de Estados Unidos en enero, y en febrero ya estaba corriendo rápida [marcas personales de 53.58 y 53.25]. Es decir, que el estado de forma estaba; la única diferencia fue que disfruté, porque Julio me quitó toda la presión y me acompañó en el proceso”.

PROGRESIÓN ESPECTACULAR EN ESPAÑA
En efecto, fue volver a España y completar un 2024 espectacular en el que no sólo selló con el 4x400m esos míticos récords de España de 3:27.30 en Bahamas y 3:25.25 en Roma que valieron, respectivamente, el billete olímpico a París y el pase a la final del Europeo; sino que además, individualmente, pulverizó su MMP por más de dos segundos para ser la colíder española del año con 51.68. “Mi punto clave de 2024 fue ese 51.68 en el Meeting de Madrid [triturando sus 53.07 de un mes antes en Andújar]. Sabía que estaba muy en forma, porque con los relevos en Bahamas había hecho parciales muy buenos. Aunque ya en Estados Unidos hacía parciales buenos en los relevos, pero mi frustración era que luego en mi prueba individual no me salía por la presión que llevaba encima… Y de repente ese día salió todo. Y encima hacerlo en casa, con toda mi familia en la grada, mis amigos, mi novio... Para mí fue totalmente inesperado. Mi entrenador me decía que estaba para hacerlo, pero yo no empecé a creérmelo hasta entonces”.
Este invierno su progresión continuó, tras correr aun más rápido bajo techo con esos 51.44 que la sitúan 3ª española de siempre ‘short track’ (tras las coplusmarquistas Sandra Myers y Paula Sevilla). ¿Pero hay más motivos que expliquen una mejora tan grande? “Además de desbloquearme mentalmente, Julio reforzó más partes técnicas y físicas que él pensaba que en Estados Unidos no estaba trabajando lo suficiente. Aunque estoy convencida de que esto se arrastra, y que los tres o cuatro años de trabajo que hice en Estados Unidos están dando su fruto ahora junto con el excelente trabajo de mi entrenador aquí”, subraya la atleta de 22 años.
APOTEOSIS EN CHINA
Todo ese trabajo arrastrado llevó a la consecución de su primera medalla internacional absoluta (¡y encima de oro!) en los 4x400m de los World Relays, donde ella misma sentenció el buen hacer previo de Paula Sevilla, Eva Santidrián y Daniela Fra con un nuevo récord de España. “El año pasado para mí ya fue un regalo, pero este está siendo muy superior a cualquier expectativa que traía para 2025. Por ahora hemos cumplido un sueño enorme, y ojalá sigamos cumpliendo otros el resto del año; aunque manteniendo los pies en la tierra”, señala.
Individualmente, Blanca Hervás nos alucinó ese domingo con su doble rendimiento desde la cuarta posta, que derivó en sendas victorias y sendos récords nacionales para el 4x400 mixto (3:12.55) y el 4x400 femenino (3:24.13). Sus respectivos parciales de 50.56 y 50.59, con apenas dos horas y pico de diferencia, denotan un gran poderío y una capacidad de recuperación excelsa. “Es que en China disfruté un montón, como una niña pequeña. Creo que pudo verse, en las caras al llegar a meta, etc. Además, como el año pasado ya doblé [en esas mismas pruebas el segundo día] en Bahamas junto a Berta Segura, eso me dio mucha confianza. Habiendo sido capaz de aguantarlo en 2024 con una hora, este año, con dos horas y pico y estando más en forma, tenía hasta ganas; no me asustó. Además estaba muy motivada, porque acabábamos de clasificar al mixto, con la adrenalina, el récord de España… y además acabé en progresión; no acabé pinchando, ni con pájara ni nada… y me veía con fuerza. Sí me sorprendió acabar tan fuerte. Los parciales son increíbles… y los de mis compañeras igual. Es increíble, pero ahí estamos, y creo que hay margen de mejora todavía”.
A la hora de precisar más sobre ese margen de mejora, prefiere ser cauta: “Me gusta ir poco a poco. De hecho, 2025 lo empecé con cierto miedo porque había hecho un 2024 perfecto, mucho mejor de lo que podía imaginar, y pensando ‘no sé hasta qué punto esto se puede igualar’. Y por ahora me estoy sorprendiendo, pero me da miedo seguir poniéndome objetivos porque tendré que tener un límite, y no sé dónde está ese límite. Sí es verdad que estamos todas muy bien. Somos un equipazo y nos hacemos correr las unas a las otras. Y basándonos en la pista cubierta y los World Relays que acabamos de hacer, me atrevo a decir que al aire libre más de una va a bajar de 51 segundos; e incluso más de dos y más de tres… De hecho Paula Sevilla ya lo ha logrado… Y a ver si alguna española consigue bajar de esos 50 segundos algún año… ¡Ojalá en Los Ángeles!”

CINCO RÉCORDS NACIONALES DESDE LA CUARTA POSTA
Tras esos 3:12.55 y 3:24.13 de Guangzhou, más los 3:27.30 de Nassau, los 3:25.25 de Roma y los 3:25.68 ‘short track’ en el Euroindoor de Apeldoorn, ya son cinco los récords de España absolutos con relevos largos que colecciona nuestra heroína, ¡y todos ellos corriendo la última posta! Sin embargo, anteriormente no estaba nada acostumbrada a ser ella quien rematase la faena (por ejemplo, en el bronce sub-23 de Espoo, corrió la tercera): “La primera vez fue en Bahamas; y además fue después del mixto, que me dijeron no sólo que doblaba, sino que hacía de cuarta. Entonces no tenía la confianza que tengo ahora, y pensaba ‘acabo de correr, e igual en el 200 pincho y muero’… y encima con la responsabilidad de correr la última posta. Recuerdo que les dije a los técnicos: ‘Agradezco la confianza, pero no prometo que vaya a repetir lo que he hecho en el mixto’. Y me dijeron: ‘la decisión es nuestra y la responsabilidad también, no tuya, porque nosotros hemos arriesgado a doblarte y ponerte en esa posta’. Eso me tranquilizó, porque dije: ‘Confían en mí y, si no sale, ya cambiarán para la próxima’. Y como salió bien, así me han mantenido hasta ahora [risas]. Siempre me dicen: ‘Te damos la responsabilidad porque lo haces bien; sabes manejar esa responsabilidad y sabemos que lo vas a afrontar bien’. Así que por ahora va bien. Y me gusta la cuarta posta. Es verdad que en Apeldoorn no me gustó tanto, pero en general la disfruto mucho; es muy divertida y emotiva”.
Ese 4º puesto de Apeldoorn, en efecto, no fue fácil de asimilar porque, según admite, las expectativas de este invierno ya eran muy altas: “Habíamos mejorado todas muchísimo y ya íbamos con la medalla en la cabeza; algo que hacía menos de un año, en Roma, ni soñábamos; nos conformamos con un séptimo puesto. Pero es verdad que era una medalla muy difícil. Había un nivel increíble: las holandesas estaban en casa, Gran Bretaña tiene muchísimo nivel, y las checas hicieron un papel súper destacable y muy inesperado. Nosotras estuvimos en carrera en todo momento; yo estoy muy orgullosa del papel que hicimos, y la marca, 3:25 en cubierta, es increíble. Pero no fue suficiente: las checas nos adelantaron, y es verdad que fue agridulce. Yo, como cuarta posta, tras ese adelantamiento lo pasé un poco mal, pero no me permití venirme abajo porque habíamos hecho un trabajo brillante con esa marca, y sabíamos que vendrían tiempos mejores… como así ha sido”.
Las reflexiones de Blanca vienen a resaltar que, este año, el 4x400 femenino de #EspañaAtletismo ha pasado a luchar codo a codo con las mejores en las grandes ocasiones; algo que no ocurrió el año pasado ni en la final de Roma (7º puesto con 3:26.94) ni en los JJ.OO. de París (adiós en semifinales con 3:28.29… y la majariega corriendo primera). “En París fue parecido a la final de Roma: no estuvimos en carrera, a pesar de que lo intentamos; intentamos lanzar la carrera… pero es verdad que tuvimos muy mala suerte con nuestra semifinal, al tocarnos con Estados Unidos o Gran Bretaña, que eran muy superiores a nosotras. No pudimos engancharnos a ellas y es verdad que el resultado de París no era el que soñábamos, pero éramos cuatro chicas jóvenes que, ese 2024, ya habíamos superado nuestras expectativas y las de cualquiera. A Roma íbamos con 3:27 [de Bahamas], que ya fue una súper sorpresa. Y el 3:25 de la semifinal, bajar dos segundos esa marca, para mí fue increíble; lo más inesperado de todo este último año y medio”.

CAMPEONAS… Y RESPETADAS
En todo caso, la madrileña destaca que todas disfrutaron y aprendieron de la experiencia de disputar su primera final europea y sus primeros JJ.OO. Y aunque en los World Relays no estuviesen los Países Bajos de Bol y Klaver, y muchos países no llevasen todo su potencial, subraya que no hay que quitar ningún mérito a la proeza lograda: “Aunque no hemos sido campeonas del mundo en un Mundial, el campeonato que era, el ‘Mundial de relevos’, lo hemos ganado. Esa es la magia del atletismo: hay que estar cuando hay que estar; hay que aprovechar los momentos y saborearlos porque nunca sabes cuándo volverán. Y se puede decir bien alto y claro que España ha ganado porque Holanda no estaba porque no quería; y Estados Unidos no ha llevado a su equipo ‘A’ porque no quería. Nosotras hemos estado ahí con nuestro equipo ‘A’ porque hemos querido; hemos estado cuando había que estar y lo hemos conseguido. Es verdad que eso no significa que vayamos a Tokio con el objetivo de ser campeonas del mundo. Tokio es otro campeonato; tendrá otras potencias y seguramente mucho más fuertes. Pero de China nos llevamos, primero, la confianza, y segundo, el respeto que nos tienen que tener los otros países por lo que hemos demostrado”.
Y sabiendo que en 2024 el bronce europeo se ganó con 3:22.95 y el bronce olímpico con 3:19.72, ¿cuál sería el objetivo realista en el Mundial de Tokio? Blanca precisa que no sabe si las rivales mantendrán ese nivelazo, porque “era año olímpico también, y los equipos estaban al cien mil por cien. Pero lo que sí hemos demostrado plenamente es que estamos para luchar esa final, y una vez que estás en la final de un Mundial, todo puede pasar y hay que correr. Sabemos que hay países que han bajado de 3:20 varias veces, pero ahí estará España intentando pegarse a ellos. Yo firmo esa final, y firmo por lucharla por arriba, evidentemente”.
Es más, para concluir, deja claro que el equipo debería llegar aún más en forma a Tokio: “Evidentemente, este Mundial de relevos lo hemos preparado, pero no tantísimo viendo ya el nivel que arrastrábamos de la pista cubierta. Por ejemplo, en 2024 Bahamas lo preparamos mucho más porque era año olímpico y lo teníamos mucho más difícil… Nuestros objetivos están en agosto y en septiembre, y me atrevo a decir perfectamente que va a volver a caer el récord de España. Estamos en progresión. Además somos más que las cuatro que corrimos en China. Hay muchas más chicas a un nivel altísimo”.
