Cuando Martín Fiz fue el mejor maratoniano del mundo

Campeón del mundo en 1995 en Goteborg
Viernes, 4 de Agosto de 2023
Vicente Capitán
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Martín Fiz, campeón del mundo en 1995

La historia de los Mundiales para los maratonianos españoles había empezado con buen pie en Helsinki 83, con la 12ª posición de Juan Carlos Traspaderne, batiendo entonces el récord de España con 2:11:34. En las siguientes ediciones nadie se acercó a la gesta del riojano, pero a la cita de Goteborg 1995, #EspañaAtletismo acudía con los tres hombres que habían copado el podio del Europeo en 1994, en aquel mítico triplete de Helsinki con Martín Fiz, Diego García y Alberto Juzdado. Por tanto, había fundadas esperanzas en que alguno de los nuestros pudiera pelear por las medallas.

Decir que el mejor de los tres era Fiz no es sacar pecho a toro pasado, porque el vitoriano contaba sus actuaciones como corredor de 42 km casi por victorias. Se estrenó en Helsinki, ganando en agosto de 1993. Eligió aquel debut buscando una carrera que no fuera de historial exigente, y sobre todo sabedor de que allí se haría el siguiente gran evento, un año más tarde. Luego en la primavera del 94 se marchó a correr el prestigioso Maratón de Boston para batir el récord de España con 2:10:21, allí lejos de los primeros en el puesto 12º. Posteriormente llegó la victoria del Europeo y en su carrera previa al Mundial, en abril del 95, ganó en Róterdam, superando con 2:08:57 el récord de España que le había quitado Antonio Serrano. Es evidente que Fiz estaba entre los favoritos para subirse al podio.

De los participantes de aquella cita, que tenía como punto de salida y meta el Estadio Ullevi, sobresalía el mexicano Dionicio Cerón, para el propio Martín Fiz: “Hasta que llegué a Goteborg no le tenía controlado, pero allí todo el mundo me hablaba de él, y ya esos días de antes me mentalicé de que era el gran hombre a tener en cuenta. Venía de ganar dos veces seguidas en Londres”. Dionicio era dos años más joven que Martín, pero tenía más bagaje que el español en la distancia, con un inicio maratoniano en 1990 y las cuatro últimas temporadas corriendo en marcas de 2:08. Pero es que, además, en abril de aquel 95 había batido en Londres el récord de México con 2:08:30. Cerón además parecía un hombre casi infalible en la distancia. En sus últimas seis actuaciones sumaba cinco victorias y un segundo puesto.

La preparación que hicimos previa fue muy similar a la de Helsinki, había ido bien y no teníamos necesidad de cambiar. Además, íbamos a correr en un lugar parecido al del Europeo, por lo que sabíamos que las condiciones de humedad iban a ser importantes. Por ello, estuvimos entrenando los mese previos en la altitud de Segovia, haciendo tiradas largas y ritmos controlados en la zona de Navacerrada y trabajando las series en la pista segoviana. Estuve junto a Diego García y Alberto Juzdado, como había hecho para el Europeo. Hacíamos tres semanas allí y una volvía a Vitoria, más que nada por estar unos días con la familia, recargar pilas mentalmente. Yo tenía entonces a mi hijo Álex con tres años

Pero el trazado de Goteborg tenía una diferencia importante respecto a Helsinki, y era que se desarrollaría dando tres vueltas “y sobre un circuito con toboganes y ratonero". A Martín le gustaba "porque había hecho entrenos duros en la zona del parque de El Prado en Vitoria, al que le daba una vuelta de 700 metros. Allí había sido capaz de hacer tiradas de media maratón a menos de 1:10, con mi compañero Iván Sánchez ayudándome. Aquel era un entrenamiento duro, sobre todo psicológicamente, porque además en las esquinas del parque no traccionas bien, te resbalas y casi te sales en las curvas; eran 30 vueltas más 100 metros. Luego las series cortas en Segovia, por ejemplo 25x400 o 15x1000, las hacíamos en la pista. Pero te diría que lo que más nos dio energía, tanto a mí como a Diego y Alberto, era que tras Helsinki se había dicho que nuestra victoria había sido un poco por casualidad, se decía también que no había habido buen nivel en el Europeo, ya sabes. Aquello nos picó en nuestro orgullo, nos sentíamos agraviados y queríamos demostrar a todos que estábamos trabajando muy duro para ser de los mejores en el Mundial también”.

Otro dato significativo del maratón que les esperaba en Goteborg era que la salida sería a las 14 horas, algo a lo que Fiz no estaba acostumbrado, porque todos los maratones que había hecho eran a primera hora de la mañana. Para ello en su preparación se hicieron los entrenamientos más exigentes en esa misma franja horaria. “Aquello nos hacía presuponer que íbamos a tener bastante calor, como así fue”. La carrera salió con 26ºC y un 39% de humedad, que fue aumentando hasta el 43% conforme avanzó la carrera.

Martin Fiz Goteborg 1995

Martín estaba muy confiado en sus posibilidades, era un atleta nuevo desde que había dado el salto a la distancia de Filípides, “como si estuviera hecho para correr esa distancia, la aguantaba muy bien muscularmente y tardaba en aparecer la fatiga”. Recuerda Fiz sus últimos entrenamientos antes de viajar: "Habían sido 3x5000 a menos de 14:10, las tiradas de media maratón que te decía en El Prado, y eso a la vez que me hacía estar seguro de encontrarme a tope, igualmente me llevaba a estar presionado, algo que explotó en el viaje de Vitoria a Bilbao para coger el avión al Mundial. Ahí me atenacé y fue mi mujer la que tuvo que hablarme, para que pensase todo lo que había entrenado y me relajara… Luego una vez que llegué a Goteborg llevé toda mi energía positiva al día de la carrera. Creo que siempre he sido, en general, un buen competidor, y que he planteado bien mis carreras, pero sinceramente, aquel 12 de agosto hice una estrategia perfecta, puedo decir que fue mi mejor carrera de siempre en este sentido. Sabía que tenía que ir a un ritmo fuerte pero sin pasarme, dejar que fueran otros los protagonistas y estar muy atento a todos los movimientos por delante a partir del kilómetro 30, sobre todo vigilar lo que hiciera Cerón. Recuerdo mucho los ánimos antes de la carrera de Antonio Prieto, que estaba con la delegación española; me decía que estuviera tranquilo, que lo iba a hacer muy bien”.

Pese a que todo, en los días previos en la ciudad sueca estuvo en orden, sí que el alavés tuvo problemas en la zona lumbar, fruto de los nervios quizá: "Fue algo que solventó el que para mí ha sido mi mejor fisio en la RFEA, Ángel Basas, que en paz descanse. Le dije que no me tocara casi las piernas, que estaba perfecto, pero que sí me notaba cargada la zona lumbar. Él, como buen maestro, me hizo sesiones de drenaje linfático en las piernas y solucionó las molestias que tenía en la espalda”.

Nada más ver a los atletas en acción, en la primera vuelta Martín dedujo que ese circuito iba a eliminar con el paso de los kilómetros a muchos rivales, y dejó hacer. Salieron 78 atletas, de los que 25 se retiraron.

Del kilómetro 25 al 30 se produjo el primer movimiento serio, con acelerón por parte del brasileño Luiz Dos Santos, que llevó a un parcial del 15:18 esos 5 km, con seis hombres entre los que estaban Juzdado y el propio Martín. Antes de llegar al km 35 cedió el mejor de los británicos, Richard Nerurkar, luego en el km 35 se descolgó el madrileño y poco después, el británico Peter Whitehead y Dos Santos. El mano a mano entre Cerón y Fiz estaba servido, con fuerte acelerón del mexicano, que llegó a descolgar al poco al español. “Fue un acelerón muy brusco, íbamos ya corriendo a menos de 3:00 el km y cambió aún más, le tomaron 2:45 ese mil, y yo en ese momento pensé que hasta ahí había llegado y que mi objetivo sería asegurar la segunda plaza, pero empecé a ver que la distancia que me cogió en un momento se mantenía, poco después observé que no pisaba bien, que un hombro parecía que no lo movía… y me fui a por él. Cuando llegué a su altura no me lo pensé y seguí a mi ritmo, él se descolgó y de ahí hasta el final, entre los ánimos del público y ver que la ventaja era cada vez mayor fue un subidón, aunque en los dos últimos kilómetros ya iba muy cansado. Mi obsesión hasta meta era que no me pasara nada muscularmente, controlarme para que no se me subieran los gemelos… y llegué al estadio como en una nube”.

Martin Fiz 1995 Goteborg

Siempre se recordará de aquella entrada en meta, la última recta, en la que Fiz hizo un braceo de alegría, como si hiciera un skipping o algo de técnica, y se lo dedicara a alguien: “Realmente no sé por qué lo hice, me apetecía expresar mi felicidad y me salió eso dedicado a mi gente. Mi mujer y mi hijo no estaban allí, sí tenía un grupo de amigos de Vitoria. Nada más cruzar la meta lo que quería es encontrarme con alguien conocido y darle un abrazo, y allí vi a Juan Carlos García de Polavieja (director y fotógrafo de la revista Atletismo Español) haciéndome fotos y fíjate, le di un beso en la mejilla. Luego seguí trotando por la pista y vi al presidente Odriozola y también me abracé con él, como con mi mánager, Miguel Mostaza. Aquella noche estuvimos en la fiesta de la organización, ya que se acababan los Mundiales. Estuve con mis amigos de Vitoria y con los amigos de Diego, que iban con él a todos los grandes campeonatos. Pero ese día no fui consciente de lo que había conseguido. Me di cuenta de la trascendencia cuando volví a España, primero con el recibimiento en Vitoria, con la plaza de la Virgen Blanca con tanta gente como cuando se baja al Celedón en las fiestas. Luego en La Bastida (La Rioja), el pueblo donde veraneaba mi mujer y mi hijo, también hubo una gran fiesta tocando las campanas de la iglesia por mí; y en Tamames, el pueblo de mis padres, tuve otro recibimiento inolvidable. 28 años después he seguido sintiendo todo aquel cariño de la gente, como si no hubiera pasado el tiempo”, señala un hombre feliz al recordar aquellos años mozos a sus 60 ya cumplidos.

Martín Fiz Martín se convirtió en el primer europeo que ganaba el maratón del Campeonato del Mundo, estuvo magníficamente secundado por sus compañeros de éxito en Helsinki, ya que Juzdado acabó quinto y García, sexto. Aquel hombre de 169 cm de altura y 55 kg de peso siempre será recordado por entrar en meta luciendo unas aparentes gafas de sol y repetir éxito con el mismo modelo de zapatillas que todos los runners de la época ansiaban tener. El alavés se convirtió por derecho propio en el maratoniano de referencia aquellos años, aspirante a la triple corona en los Juegos de Atlanta y a reeditar oro mundialista en Atenas 1997. Pero aquel inolvidable enfrentamiento con Abel Antón merece un capítulo aparte.

Martin Fiz - Oro en 1995 Goteborg

 

HISTORIAL DEPORTIVO DE MARTÍN FIZ