Paul McGrath y Quique Llopis se proclaman subcampeones de Europa en una jornada en la que España Atletismo también logra los puestos de finalista de Asier Martínez (4º), Adel Mechaal (4º), Thierry Ndikumwenayo (5º) y Guillem Crespí (6º), además de anticipar otros tres con el pase a la final por primera vez en la historia de los tres ochocentistas: Álvaro De Arriba, Mohamed Attaoui y Adrián Ben.
Paul McGrath no es un atleta al uso. Ni siquiera un marchador al uso. Se trata de un elegido, uno de esos talentos cuya innata capacidad para dominar el cruentro universo de la alta competición escapa a toda lógica. Milita en la categoría sub 23, en la que es el vigente campeón continental y plusmarquista nacional de los 20 km, evento en el que ha debutado en un Europeo absoluto comportándose como un viejo lobo de mar. Sin complejos, sin respeto al establishment: “Venía a ganar, de lo contrario no vengo”. No ganó, pero dejó un aviso a navegantes: el futuro ya está aquí. Y fue protagonista en la circunvalación al Stadio dei Marmi desde el primer al último metro junto al nuevo campeón, el sueco Perseus Karlström. Primero en la disciplina del grupo de cabeza, durante la fase embrionaria del combate. Después, pasado el kilómetro diez, con escaramuzas en solitario. Atacaba uno, almacenaba unos metros de ventaja… y el otro los devoraba hasta restablecer el empate. Así hasta en un par de ocasiones por bando, hasta el hachazo definitivo de Karlström, que fue poco a poco ensanchando su ventaja hasta situarla en los 18 segundos en meta; 1:19:13 por 1:19:31. Bronce, desatando la histeria colectiva nada más pisar el tartán, a punto de culminar los últimos 400 metros, el italiano Francesco Fortunato (1:19:54). Paul McGrath, la bestia al que los técnicos llevan alabando desde crío ya se ha presentado en alta sociedad, así que, si en pleno agosto contemplan su estampa alargada y rocosa entre los tipos que se juegan las preseas en París, digan lo que les apetezca, excepto que se trata de una sorpresa.
F̶u̶t̶u̶r̶o̶ 𝗣𝗿𝗲𝘀𝗲𝗻𝘁𝗲
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🎥 Al habla el Subcampeón de Europa.
¡Enhorabuena, @PaulMcGrathinho!#EspañaAtletismo #PasiónPorCompetir pic.twitter.com/ml1tIABjQF
No les fue tan bien a sus compañeros. Alberto Amezcua fue perdiendo progresivamente puestos hasta verse obligado al abandono y Diego García Carrera, que ofreció buenas sensaciones durante los primeros kilómetros, siempre atento en la parte delantera del paquete de elegidos, se retrasó en cuanto comenzaron los acelerones hasta concluir en decimocuarta posición con 1:22:56: “No ha sido lo que esperábamos, estoy mal, pero es el punto y seguido a una temporada que está siendo muy dura; por las exigencias de estar en el equipo español de marcha, que es muy difícil. Al no tener la plaza olímpica asegurada hasta que terminara el plazo de selección, hoy el último día, había que estar a tope en todas las competiciones y eso al final hace que o te salga muy bien o termines pagando el pato de tanto esfuerzo seguido. No tengo una seguridad total pero eso es un poco lo que creo que ha podido ocurrir. Esperemos que después de un par de días de descanso podamos empezar la preparación para los Juegos con todas las garantías”.
Quique Llopis. De hacernos llorar en Estambul, su cuerpo caído sobre el tartán, las heridas, la impotencia… a hacernos llorar otra vez, un invierno y un verano después, esta vez de alegría. La que va adherida a una medalla de plata en los 110 vallas. Nunca es fácil para él (le mostraron tarjeta amarilla en semis) pero hoy sólo el italiano Lorenzo Simonelli (13:05) ha podido discutirle en su cita con la gloria, a la que ha llegado gracias a unos fabulosos 13.16 (marca personal, tercera española de todos los tiempos). El bronce fue para el suizo Jason Joshep, campeón continental bajo techo incxapaz de mesurar sus aspavientos victoriosos el día que los sueños de Llopis, también candidato a metal en aquella ocasión, rodaron por el suelo turco.
SUBCAMPEÓN DE EUROPA… que solo quiere salir corriendo para ver a sus padres 🫶🏼
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Te lo mereces, @llopis110 🥈#EspañaAtletismo #PasiónPorCompetir pic.twitter.com/WEXm2aAjIM
A nuestra fiesta en las vallas altas se sumó el hasta hace unas horas campeón de Europa, Asier Martínez, cuarto igualado con el francés Rapahel Mohamed en 13.45. Su capacidad para estar siempre presente en la lucha por los trofeos es antológica, aunque hoy él mismo haya decidido juzgarse con demasiada severidad: “Mi cara lo dice todo. Habitualmente saco lo que tengo en el momento en el que toca pero desde hace un tiempo no es así. No me siento competitivo, no me siento lo que soy, que es una persona que pelea, me ganen o no. Yo peleo las carreras y no está siendo así. No sé si he enfocado este campeonato como en otras ocasiones pero lo que está claro es que no me identifico”. Cuarto de Europa y se expresa en estos términos, lo que sólo puede explicarse cuando eres un campeón colosal.
Nobleza obliga señalar que un grande, Orlando Ortega, plusmaquista nacional y bronce en Berlín 2018, se apeó en semis al ser sexto en su serio con 13:64. Gracias en parte a él estamos donde estamos y, si encima tenemos en cuenta el calvario de lesiones sufrido desde 2019, no nos extraña que esté “muy contento, he mejorado la carrera de ayer y eso hace que me sienta feliz con el resultado. Mi objetivo era hacerlo lo mejor posible y luchar por estar en la final, pero claro, estar perdido unos años al final pasa factura. Noto que me faltan carreras, ritmo de competencia, pero poquito a poco y carrera tras carrera podré ir mejorando”
Los ochocentistas decidieron regalarnos un hito memorable: ¡Los tres estarán en la final de mañana (22:27)! Jamás había sucedido algo así en toda la historia del atletismo español. Álvaro de Arriba ocupó la tercera plaza en la primera de las dos semis (pasaban los tres primeros y dos mejores tiempos) controlando la situación por detrás del local Tecuceanu y el británico Gilles (el más veterano de las listas de salida junto al salmantino -ambos 30 años- que comentaba jocoso: “¡En el 800 la edad es algo mental!”. Es la tercera final europea al aire libre para Álvaro (7º en Ámsterdam 2016 y Berlín 2018); ningún español atesora tantas.
Esto declaraba Álvaro: “Hoy las sensaciones han sido mucho mejores, la temperatura era más baja y aunque el nivel era muy, muy alto, al ver en esos primeros 200 metros que se frenaba el grupo me he abierto y he pasado. El resumen de los siguientes 600 metros es: cabeza de carrera sin mirar atrás hasta los últimos 50 en los que he mirado y he visto que sólo había dos atletas. Entonces me he relajado, entre comillas. Ha sido una carrera sencilla tácticamente hablando. Mañana a buscar lo mismo, que es un poco más tarde, por la noche, y a ver si consigo una de las tres medallas”.
Mohamed Attaoui se estrenará en una última ronda en categoría absoluta merced a un cambio demoledor a falta de 250 metros que le condujo a la segunda plaza de su serie (1:45:19), en la que también corrió Adrián Ben (cuarto con 1:45:34), que alcanzaba la última final outdoor que faltaba en su colección tras la olímpica y la mundial (como tiene también un título continental indoor sólo le falta la del Mundial bajo techo para ser el primer representante de España de Atletismo en correr todas).
Moha no podía ocultar su felicidad en zona mixta, donde entró con el gesto más ancestral de muestra de poderío, brazos doblados a la altura de los hombros contrayendo bíceps: “Me he encontrado súper bien. La carrera ha salido como quería, como dije ayer, un paso no súper rápido, en 52 segundos. Iba atrás del todo, muy cómodo durante la primera vuelta. Sabía que tendría muchísimas opciones porque iba a ser un final fuerte. En la contrameta iba por detrás de Adrián, que pensé que iba a cambiar y tenía intención de irme tras él, pero hice un pequeño cambio brusco para colocarme segundo en la curva del 200. Todavía tenía muchas fuerzas y cuando hemos entrado en la última recta he soltado todo el cambio que tenía, me he visto segundo y sabía que me iba a clasificar, así que súper contento”.
Adrián también se mostraba exultante tras unos últimos días de fiebre y malas sensaciones entrenando: “Carrera a ritmo medio, iba cómo a 52 porque teníamos controlado que en la primera semifinal el cuarto había hecho 1:46.62, lo que era un tiempo bastante asequible. He ido controlando toda la carrera y a lo mejor me he visto un poco sorprendido por Moha en el último 200 porque me he tranquilizado demasiado. Me he ido detrás suya y bueno, me ha faltado ese puntito de velocidad que iré cogiendo de cara al Campeonato de España y los Juegos Olímpicos. Muy contento con mi póker de finales olímpica, mundial y europea”.
Los 5000 metros, la habitual fiesta de Jakob Ingebrigtsen (13:20.11, tercer oro consecutivo) nos reportaron dos nuevos puestos de finalista: el cuarto de Adel Mechaal (13:22.77) y el quinto de Thierry Ndikumwenayo (13:23.26). La capacidad de Adel para estar siempre servicial el día D a la hora H es digna de estudio; pasan las generaciones pero él siempre está ahí para combatirlas con su eterna juventud. Le queda el 1500, como a Thierry el 10.000. Era el primer Europeo para el pupilo de Pepe Ortuño y cumplió con creces. Tomó decisiones y jugó sus cartas. Tanto él como Adel lideraron la prueba en diversos compases de la misma y nada pudieron hacer en el sprint final por recoger las migajas de plata y bronce que concedió Jakob: fueron para el británico George Mills y el suizo Dominic Lobalu. El tercer español, de nuevo vistiendo la remera de España Atletismo tras idas y venidas con diferentes problemas físicos, fue Sergio Jiménez. Activo y peleón en el grupo cabecero, acabó retrocediendo hasta la 24ª y cruzando la meta en 13:43.44
Y hay que volver a hablar de historia para elogiar a Guillem Crespí y su final de 100 metros (sólo Bruno Hortelano, cuarto en 2016, había logrado alcanzarla). El discípulo de Pau Fradera ya firmó una gran semifinal, tercero en su serie con 10.19 (marca personal). Pero como los más sólidos competidores fue un paso más allá en la carrera que cerraba el segundo día del Europeo: 6º con 10.18, nueva personal best que tiene pinta de durar más bien poquito vista la solvencia competitiva de este velocista que se ha dado el lujo de correr no una carrera cualquiera, si no una final del más alto nivel, junto al campeón olímpico Marcell Jacobs, ganador del oro con 10.02. Buenas noticas para Guillem y para el relevo 4 x100 de España Atletismo al que le aguarda una generación ilusionante capaz de llevar los estándares de la velocidad nacional a otra dimensión.
La noticia triste del día fue la lucha de Eusebio Cáceres, un hombre que cuenta sus Campeonatos de Europa por finales. No pudo competir en la de longitud debido a los problemas musculares sufridos durante la calificación de ayer. Puso ganas, empeño, pero el físico no se lo permitió. Nulo, 7.54 y nulo. Se quedaba fuera de la mejora y obtenía la 11ª posición en una prueba en la que el griego Miltiadis Tentoglou batió el récord de los campeonatos con 8.65.