Érase una vez un Club de nombre Vallehermoso

Faltan 5 meses para el Campeonato de Europa de Selecciones Madrid 2025
Lunes, 27 de Enero de 2025
Aurora Pérez
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club Vallehermoso
De izquierda a derecha: Aurora Salgado, Emilia Mesa, María José Martínez "Mery" y Josefina Salgado.

Vallehermoso no siempre fue verde, antes fue cemento, fue ceniza y fue color ladrillo como se denomina a veces o color rosa, el rosa que lucían las pistas de aquellos tiempos fabricadas con el moderno material sintético denominado genéricamente “tartán”. Pistas más rápidas y confortables que la ceniza, que fue poco a poco quedando en el ostracismo para la competición, “rara avis” hoy en día que busca rehabilitarse, para no pasar al olvido de lo que en su día fue el atletismo y no quedar solo en el recuerdo de los antiguos amantes de este deporte, buscando que las nuevas generaciones atléticas entiendan el significado que tuvo en otras épocas.

La primera referencia deportiva del estadio ya sabemos que data de 1950, cuando se encargó al arquitecto municipal de Madrid, Manuel Herrero Palacios, autor de numerosos proyectos y reformas de la ciudad, la construcción de un estadio sobre el antiguo cementerio de San Martín. Y así nació el Estadio Vallehermoso, no apto para la práctica del atletismo de competición hasta que en 1961 se visten de ceniza sus calles y pasa a ser una pista homologada, cumpliendo los estándares que se exigen a una instalación de este tipo.

De camino al Campeonato Europa de Selecciones vienen a mi mente reminiscencias del pasado, buceo en la historia y la memoria me lleva a una época gloriosa ligada a las pistas de la céntrica calle madrileña.

Muchas veces sucede que, en torno al nombre de un estadio, aparece un club de igual nomenclatura que aglutina atletas en torno a sus pistas, allí entrenan algunos y allí copan las competiciones que se van sucediendo. En esas pistas sudan sus camisetas, forjan sus triunfos o sufren sus fracasos. Y esto mismo le ocurrió a nuestro estadio protagonista ya que al albur de las cenicientas pistas nació el club del mismo nombre, el Club Vallehermoso.

En mi cabeza planea mientas escribo la ilusión de mis primeros años de atleta, de finales de los 70, en los que esas pistas eran mi casa deportiva. Pertenecer durante cuatro años a tan reconocido club y llegar incluso a poseer el récord de 10.000 m de las pistas fue entonces un sueño de juventud y ahora es un entrañable recuerdo.

Si en 1961 ya empezaba a aparecer, en los rankings madrileños y nacionales, la palabra Vallehermoso como lugar donde se realizaban competiciones, sería en 1964 cuando aparecería la misma palabra ligada a la procedencia de los atletas, muy jóvenes en su mayoría; ya no era Vallehermoso solamente un espacio deportivo, sino un club, cuna de deportistas, creador de una estirpe de acreditados atletas que iría creciendo en cantidad y calidad en los años siguientes, poblando las pistas de toda España, no solo las madrileñas, no solo Vallehermoso, consiguiendo récords y grandes registros y nutriendo a la selección española en las competiciones internacionales.

Josefina Salgado

Josefina Salgado, icono del club durante muchos años

 

El nuevo Club Vallehermoso se unía así en aquellos años a otros clubes con raigambre madrileña, como el Canguro, cantera de legendarios atletas fundado en 1956 o el Marathon que, pasando por diferentes nombres, ha llegado desde 1959 hasta nuestros días con una gran presencia y solvencia, gracias fundamentalmente a un alma mater que ha conducido el club con mano experta, una dedicación sin límites y una entrega total a sus colores, Guillermo Ferrero, nombre indisociable de la Agrupación Deportiva Marathon y del atletismo madrileño. Ambos clubes, Canguro y A.D. Marathon, siguen impartiendo sus enseñanzas en las pistas, ahora verdes, del estadio Vallehermoso.

En esos primeros años de su existencia, el club Vallehermoso ya pone su nombre en los rankings como hemos dicho, y en 1965 vemos en las listas madrileñas algunos sobresalientes atletas como un jovencísimo Manuel Carballo y según avanzan los años seguimos encontrándonos con nombres familiares como Martín Siebelist, Alfredo Pérez Rubalcaba o Juan Hidalgo. En cuanto a las mujeres, aún con el retraso habitual de la inclusión de la mujer en el deporte, una joven y prometedora atleta, la gran Josefina Salgado, que ya participara en 1968 en el Campeonato de Europa de Pista Cubierta, se asoma a los rankings madrileños en 1969, integrada en las filas del Vallehermoso, e iniciando una ascensión que marcaría una época. Y también fue 1969 el año en que Vallehermoso pasa de la ceniza al tartán rosa, el rosa que vio, en sus seis calles, entrenar y competir a destacados atletas que en esos años triunfaban en las pistas de toda España. En años sucesivos más mujeres se unen al club, entre ellas la veteranísima Cheli Alonso que, a partir de su llegada a Madrid en 1970, ya militaría durante varias temporadas en el club, apareciendo en múltiples pruebas, algo habitual en aquellas épocas lejos de la mayor especialización actual. Aurora Salgado y Emilia Mesa, hermana y cuñada de Josefina, también serían de la partida compartiendo equipo en 1971. La misma Aurora Salgado recuerda algunos nombres más que voy encontrando en los rankings, como las hermanas Canals, Aurora y Concepción, María Luisa Revesado o Isabel Baltar, todas ellas lanzadoras. También esa misma temporada entrarían en el club otras dos jóvenes atletas, Ela Cifuentes y María José Martínez Guerrero, que iniciaría su hegemonía en las carreras de vallas cortas.

En hombres Juan Hidalgo, Eleuterio Antón, Francisco García López, Antonio Fernández Ortiz, Germán Tejada, Gómez Pellico se une al clan “vallehermosista”, que cada vez cuenta con más nombres ilustres.

Vallehermoso Juvenil

El equipo juvenil en 1974, cantera de muchos que después serían destacados en el panorama nacional e internacional

 

Y poco a poco llegarían los años gloriosos. Ya no son solo los puestos cada vez más punteros del ranking, sino que los atletas de la camiseta roja empiezan a alimentar la lista de récords de España. Aunque en 1970 Juan Hidalgo realizaría el que puede considerarse el primer récord nacional logrado por un atleta del club Vallehermoso en la prueba de 30 km ruta, sería en 1971 cuando el velocista Manuel Carballo lograra el de 100 m, ya dentro de las pruebas de distancia olímpica, la marca sería 10.3 manual.

Tras Carballo, Francisco García López establecería en varias ocasiones el récord nacional de 200 m, bajando por dos veces en los JJOO de Munich-72 de 21”, marcando primero 20.89 y más tarde 20.77 en otra ronda en la que competiría con el italiano Pietro Menea. Jenaro Iritia (400 m), Antonio Fernández Ortiz y Antonio Páez (800 m), sin olvidarnos de Eleuterio Antón (Maratón), Juan Carrasco (altura), Gerardo Trianes (110 m vallas) o Fernando Cerrada (2000 m), como atletas más conocidos entre los años 1972 a 1980, irían erigiéndose también en recordistas hasta llegar a un atleta que despunta casi por encima de todos: Domingo Ramón quien en 1980, en los JJOO de Moscú, dejaría una marca de 8:15.74 en los 3000 m obstáculos, registro español que permaneció imbatido durante 19 años. En aquella mítica final, recordada por todos los aficionados al deporte rey de los JJOO, Domingo quedaría cuarto y quinto fue otro español que había batido la plusmarca española en la semifinal, el granadino Francisco Sánchez Vargas.

Fernando Cerrada y Domingo Ramón

Fernando Cerrada y Domingo Ramón

 

Si la lista de “hombres récord” del Club Vallehermoso es larga, la de mujeres no le va a la zaga con reconocidos nombres femeninos de aquellos años, cuando el atletismo femenino trataba de levantar la cabeza siguiendo la estela de las pioneras de años pretéritos. 1971 ve consolidarse una estrella, la insigne Josefina Salgado que pone el tope de los 400 m en 56.27, tope que rebajaría varias veces en años posteriores. También serían pasto de su calidad las mejores marcas que realizó en 200 m e incluso en los 400 m vallas en 1973. Fueron 3 años de exitoso reinado. Varias atletas del mismo club iban escribiendo su nombre sucesivamente en las distintas distancias. Vemos a Ela Cifuentes (100 m y 200 m), logrando unos récords que rebajaría posteriormente Lourdes Valdor, a Montse Pujol (800 m y 400 m vallas), a la versátil Cheli Alonso (3000 m) y a Isabel Mozún (altura) que cubrió de forma exitosa el salto del listón durante los años 1977 y 1978, para volver a ser la que más alto subiera en 1980, siendo muy interesantes sus enfrentamientos con Adelina Recio. También en aquellos primeros años de la década de los 70, empezaría el ascenso imparable de María José Martínez Guerrero, que hizo de las carreras con vallas altas su universo particular, llegando a batir el récord hasta en 22 ocasiones. Compatibilizaría además sus grandes topes en las vallas con los de la longitud, los 200 m (siendo con 23.98 la primera atleta española en bajar de 24”) e incluso el pentatlón. Toda una era abarcaría la atleta madrileña, entre los años 73 a 80.

Consuelo Alonso y María Luisa Revesado

Consuelo Alonso y María Luisa Revesado

 

Isabel Mozún

 

A los éxitos individuales de todos estos atletas, que estampaban su nombre en este índice de récords, se uniría también durante varios años el éxito colectivo logrado por el conjunto de atletas que bregaban con la misma elástica. Vallehermoso se convierte en el club de moda ganando en el tartán las competiciones de equipo que se celebraron en España en aquellos años, con atletas de todas las especialidades. 1971 y 1972 fueron los años en que el equipo madrileño masculino venció en esta competición, mientras que 1973 y 1974 fueron las mujeres las que se subieron al podio como mejor club. Más tarde durante 1976, 1977, 1979 y 1980 volvieron los hombres a los más alto del podio. 1979 fue el año en que la camiseta roja pasó a ser naranja, marcando un hito en el patrocinio de los equipos al ser financiada por Pepsi y pasar a llamarse Pepsi-Vallehermoso. Aún permanecería el club a lo largo de la siguiente temporada con grandes actores en liza, para ir progresivamente desapareciendo del panorama atlético español y madrileño.

El antiguo color rosa ha sido borrado de muchas pistas en favor de una gran diversidad de colores y tonalidades como el azul, naranja, gris (marcando las zonas de cambio de relevos)…destacando entre todos ellos el verde de Vallehermoso que, igual que ocurrirá con las pistas violetas de Paris-2024, los espectadores, al pasar los años rememoremos el gran evento que, a buen seguro, nos deparará este Campeonato de Europa de Selecciones, que tendrá lugar en el Estadio de Vallehermoso, en sus pistas de color verde.

Madrid 2025 - faltan 5 meses