#EspañaAtletismo: una nueva dimensión

Consigue el récord de medallas (14) en la historia del Europeo sub20
Domingo, 10 de Agosto de 2025
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Tampere 2025 - Rafael Mahiques
RFEA | Sportmedia

Por primera vez en un campeonato internacional de pista se logran medallas (14) en casi todas las especialidades: velocidad, mediofondo, fondo, vallas, saltos, lanzamientos, marcha y relevos.

Alejandro Esteban, Hailu Estrampes y Rafael Mahiques (líder continental de la temporada con 77.60) ocupaban el máximo número de plazas permitidas a un país en la final de jabalina; así de sano y diverso es el atletismo español. Alejandro quedó fuera tras los tres primeros intentos (63.84, 64.91 y 64.08). Sí pasaban a la mejora los otros dos, Rafael como segundo (73.77, 72.82 y 67.50) y Hailu séptimo (69.84, 67.60 y nulo). En el cuarto… ¡boom! Rafael se erigía en jefe con un tiro de 76.30. Hailu, por su parte, lanzaba 69.27. Los quintos fueron, respectivamente, 71.02 y nulo. En el sexto, Hailu se fue a 64.71, ratificando su séptimo puesto, y el valenciano no llegó a lanzar, pues el alemán Oskar Jänicke (plata con 76.17) no conseguía superarle en su último intento; así que, visiblemente emocionado, se fue a la grada a festejar con los suyos, a disfrutar el momento. Sabia decisión cuando estás colocando una pica en territorio inexplorado: nunca rascamos medalla en la jabalina europea sub-20… hasta hoy.

 

Nuestros chicos en la final de los 3000 metros obstáculos eran Bakr El Asri, Andrés Lara y Martí Torregosa. Pleno de integrantes en otra de nuestras pruebas fetiche (últimamente, por fortuna, parecen ser casi todas). Arrancó a un ritmo  exigente (2:53.3). A falta de cuatro vueltas la cosa se estiraba y Bakr cedía mínimamente, mientras Martí (técnica impecable la del pupilo de Lluís Torlà) controlaba en el grupo de cabeza y Andrés iba apenas unos metros por detrás. Al paso por el 2000 (5:56.3) casi se habían reagrupado de nuevo, aunque el paquete no terminaba de ser compacto. El último mil fue una constante alternancia en cabeza, con los nuestros delante, pero sin llegar a liderar. Hasta que, a toque de campana, Martí se metió por la gatera de la calle uno y lanzó un ataque larguísimo que no pudo sostener hasta meta, dada la gran respuesta del turco Kiyasettin Kara (oro en 8:43.55, récord nacional). Se colgó la plata con marca personal (8:45.20). Y para respuesta, la de Andrés Lara (entrenado por un sabio de esto: Luis Miguel Martín Berlanas), que hizo una última ría antológica (recordaremos siempre su preocupación al ver que, en el salto, perdía la cadena que colgaba de su cuello y giraba el mismo queriendo saber dónde caía) que le posicionó en una tercera posición (marca personal de 8:45.53). La mantuvo sin problemas hasta meta, dando incluso síntomas evidentes de poder haber cambiado de color su medalla adelantando a Martí. La fiesta la completó Bakr, quinto con PB: 8:49.47.

 

Iker Moreno, Aarón Gastón, Helio Marco y Óscar Crespo —acompañados en la grada por Biel Cirujeda y Marco Sainz, que vivieron la carrera sufriendo con ellos a cada zancada, en cada cambio— fueron los encargados de poner el punto y final al Europeo sub-20 más exitoso de la historia del atletismo español. Lo hicieron en la final del 4x400… ¡y de qué manera! Iker (47.0), medallista en el ‘4 vallas’, entregó segundo. Aarón (46.59) defendió la plaza. Helio (46.7) hizo lo mismo, tras un coqueteo con el liderato. En la cuarta posta, se nos fue definitivamente Chequia —ganadora con 3:05.79 y récord nacional—, pero Óscar (46.63) supo resistir perfectamente el peligro que venía por detrás (Italia, finalmente bronce, y Alemania) para asegurarse la medalla de plata con un fabuloso récord de España: 3:06.83.

 

Ona Bonet, la mujer que este año —al elevarse sobre 1.90— ha relegado a Ruth Beitia (no cosa pequeña) a la segunda posición del ranking español sub-20, era una de las firmes candidatas a metal en la final de altura. La discípula del histórico Gustavo Adolfo Becker comenzaba solventando sin problemas 1.68. El 1.73 también lo pasó a la primera. Más de lo mismo en el 1.77: limpia. Y seguía la fiesta en el 1.80. Tras esa altura era primera igualada con otras cuatro atletas. En el 1.83 llegó el primer fallo, pero lo solucionó a la segunda. Más complicado fue el 1.86, que franqueó a la tercera: ya era medalla segura y entraba en la historia; el atletismo español jamás había logrado una presea en esta disciplina en las 27 anteriores ediciones de este campeonato. Las dos primeras tentativas sobre 1.89 resultaron nulas y, viendo que su metal no cambiaba de color y seguía tercera tras la húngara Bátori (oro) y la local Ella Mikkola (plata), se puso el chándal para jugárselo todo en el 1.92. No salió la apuesta, pero ¿a quién le puede importar cuando tu nombre ya figura en los libros dorados del deporte que amas?

 

Marta Mitjans partía por la calle 7 en la final de los 800 metros. Lo hacía como única de las buscadoras de gloria que alguna vez bajó de los 2:00 (1:59.88, récord de España). Se partió la prueba merced a un ritmo rápido (59.5 el 400), solo cinco mujeres al toque de campana, y cuando Marta hizo su apuesta mediada la contrarrecta, la eslovena Ziva Remic (futura plata en 2:01.76, marca personal) guardó la calle uno como si fuera su más preciado tesoro, haciendo correr a la catalana una eternidad por fuera. Lejos de intentarlo algo más tarde, siguió empecinada en la curva, con lo que, al llegar al último hectómetro, aunque peleó como una jabata y por momentos parecía que el bronce era suyo, fue superada por la italiana Lorenza de Noni (2:01.86). El oro fue para la alemana —letal frente a la tribuna— Jana Marie Becker (2:01.67). Marta acabó en 2:01.90. Hay toda una vida para los análisis tácticos, pero lo importante, el talento y la garra, no se entrena: y de eso la catalana va sobrada.

A Guillermo Martínez lo entrena Jesús Ramos, el fondista en activo que acostumbra a correr los 10 km por debajo de 28 minutos, pero él, de momento, es un chaval de 1500 cuya final disputó como único representante de #EspañaAtletismo. Se pegó de manera notoria (muy notoria, a un paso del boxeo) en el corazón del grupo antes del toque de campana, energías que sin duda le hubieran venido de perlas cuando la carrera se encabritó al tañir de campana. Aunque tuvo salida después y llegó a amenazar a los líderes, su fuelle se esfumó poco antes del último 200. Entró séptimo (3:50.77) en la fiesta de Håkong Moe Berg, el noruego que cruzó la meta en 3:47.36 y sumó el oro al que ya consiguiera en el 3000, algo que ni un tal Jakob Ingebrigtsen había sido capaz de lograr. Lo que sí logró fue inocular en los jóvenes nórdicos la pasión por el fondo y mediofondo, porque no puede ser casualidad que salgan tantos y tan buenos: la plata fue para Andreas Dybdahl (3:47.95).

Carla Arwen Martínez, Estrella Santoyo, Marina Delgado y Laura Martínez (Ariadna Montalbán, tras calentar con ellas, rugía en las gradas alentando a sus compañeras, ratificando que en el Plan Nacional de Relevos las suplentes son parte indisoluble del equipo). Sus 44.74 de la ronda previa eran la séptima mejor marca de la temporada entre las contendientes en la final del 4 x 100. Hace dos años el cuarteto español fue cuarto. Así que récord nacional y esa plaza eran los objetivos que sin duda aparecían en el horizonte, pero no anduvimos finas en los cambios y acabamos sextas (44.85) en una carrera dominada por Italia (43.72, récord nacional, lideradas por la quinceañera —ganadora de la prueba individual— Kelley Ann Maevane Doulla Edimo).

Pau Caparrós accedió a la final de triple con el 10.º brinco más largo de la calificación (15.20), cuando su mejor marca (hecha este año) es 15.35. Lo suyo en la final consistía, por tanto, en tratar de superar ese registro y, luego, como dijo el sabio, ya veremos. Comenzó con un vuelo de 15.26 (a pesar de dejarse los 20 cm de la tabla de batida), su tercer mejor salto de siempre; se situaba quinto. El segundo fue mucho más corto, un 14.90 que le mantenía todavía dentro de la mejora, 7.º. Cuando afrontó el tercero ya estaba fuera (9.º), obligado a saltar 15.39, lo que implicaba renovar su personal best. Dio su mejor versión del concurso, 15.30, lo que no fue suficiente para continuar (acabó 10.º). Muy buen campeonato para el catalán, rindiendo próximo a su nivel y tratando de tú a tú a competidores realmente duros, con, de momento, muchos más centímetros que él en la hoja de servicios.

La campeona nacional Tilena Martínez, hija de Manolo, el lanzador de peso leonés que tan buenas tardes de verano (e invierno) regaló a los amantes del atletismo, competía en la final de la disciplina tras haber llevado la bola a 15.25 (su mejor prestación de siempre). La muchacha, que también practica halterofilia (donde brilla a nivel nacional), llegaba pues en su prime, lista no para emular al padre y entrenador, sino para comenzar a escribir su propio destino. En el primer intento se quedaba corta: 14.03. A pesar de ello era 8.ª, la última que virtualmente entraba en la mejora. El segundo fue nulo y el siguiente solo 10 centímetros más largo que el inaugural, lo que significaba decir adiós en 10.ª posición.

Repetía el mismo cuarteto que ayer lograra la clasificación para la final de 4x100 con 39.27, mejor marca del año entre los ocho aspirantes (único junto a Gran Bretaña en quebrar la barrera de los 40 segundos): Ignacio Hernández, Ander Garaiar, Oriol Sánchez y Jorge Hernández (Rodrigo Fito era el quinto hombre, sufriendo con la misma intensidad que ellos desde su asiento). Dibujaron una actuación cargada de fe, seguridad (no es fácil ser favoritos), técnica y talento para acabar en 39.32, superando con claridad a Francia (39.57) y Alemania (39.78), ambas acompañantes en el podio haciendo su mejor marca del curso. Hubiera sido primer oro y tercera medalla de nuestra historia tras los bronces de Atenas 1975 y Grosseto 2017 (Troyano, Retamal, Ambrós, López). El colofón perfecto para la imparable velocidad nacional: Ander Garaiar (oro en 100) y Oriol Sánchez (bronce en el 200) se hubieran ido de Tampere con dos medallas. Y sí, usamos el pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo porque todo se vino abajo poco después, al ser descalificados por entregar fuera de zona en el primero de los cambios.

Por la mañana, tras la exhibición de los chicos de la marcha, tuvimos a Sami Laouuida-Baba en las semifinales de los 110 metros vallas. Quedó relegado tras producirse una circunstancia de curiosas similitudes con la que ayer también devastó las aspiraciones de Iratxe Tejero. Ambos, en la segunda carrera de la ronda, tropezaron en la octava valla y, propulsados por la inercia de la caída, pasaron por debajo de la novena, lo que, en virtud del artículo TR22.6, implica descalificación. Una vez más, y lamentablemente no será la última vez que nos toque escribirlo… ¡vallas son vallas! Lo bueno es que son tan jóvenes que, aunque el futuro les depare alguna trastada similar en próximas carreras, por estadística serán más los buenos momentos que van a gozar corriendo a toda velocidad mientras acometen diez barreras.

Lo cosechado en el Ratinan Stadion, terceros en el medallero con 14 preseas (5 oros, 3 platas y 6 bronces), supera al legendario botín de Nyíregyháza 1995 (10: 3/4/3 ), no solo en número sino en versatilidad (velocidad, mediofondo, fondo, vallas, saltos, lanzamientos, marcha y relevos), alejándonos definitivamente de ese estigma que solía circunscribirnos al mediofondo, fondo y marcha. Traducido: #EspañaAtletismo ha ganado medallas en todas las especialidades presentes en Tampere 2025 menos una. También sobrepasa en oros a San Sebastián 1993 (4). Sin embargo, no bate —aunque estuvimos cerca— el número de finalistas de Grosseto 2017 (29 allí y 27 aquí), pero casi mejor así, porque ¿hay otra manera para seguir creciendo que no sea tener retos por conquistar?

RESULTADOS

FOTOGALERÍA (RFEA | Sportmedia)