
Ha fallecido este 15 de mayo en Madrid y de forma repentina Isidro Solórzano Herrera a los 77 años, en un día tan señalado como es San Isidro.
Isidro Solórzano Herrera (Oruña de Piélagos / Cantabria, 09.03.1948) fue un destacado mediofondista (y también vallista) de la década de los 70 donde sobresalió sobre todo en la prueba de 800 metros, distancia en la que llegó a ser campeón de España en 1973 en la pista de la Ciudad Universitaria de Barcelona y segundo al año siguiente en el Estadio Vallehermoso de Madrid tras su gran amigo Antonio Fernández Ortiz. Dos años antes había logrado la medalla de bronce en 400 m vallas en el Campeonato de España absoluto.
Solórzano llegó a representar a la selección española en 7 ocasiones (1969-1973), sobresaliendo su participación en la Copa de Europa de 1973, semifinal masculina disputada en Celje (YUG) corriendo los 800 metros, además de otros seis encuentros internacionales donde compitió en 400 m vallas, 1.500 m y el relevo 4x400 m y dos de ellos en pista cubierta en 800 m.
En su etapa competitiva dejó las siguientes marcas personales: 200m: 24.9 (1971), 800m: 1:47.3 (1973), 1.000m (2:20.6 (1973), 1.500 m: 3:45.0 (1973) y 400 m vallas: 52.5 (1971).
Isidro Solórzano fue uno de los nueve atletas sancionados en agosto de 1973 por la RFEA, a instancias de la Federación Española de Deporte Universitario y la Delegación Nacional de Deportes, por solicitar pequeñas contraprestaciones económicas y condiciones dignas de preparación para participar en la Universiada de Moscú de aquel año. La sanción, fruto del momento social y político de la España de la época, era desmesurada y fue muy polémica en su día. La sanción se extendía hasta noviembre de 1976 y prohibía participar en competiciones nacionales o internacionales. No obstante, las sanciones fueron levantadas en 1974 (a Solórzano el 1 de julio de ese año) y 1975. Medio siglo más tarde, en diciembre de 2023, la RFEA, presidida por Raúl Chapado, realizó un acto de desagravio y de reparación del honor de aquellos atletas, acto en el que estuvo presente Isidro Solórzano.

Extraemos este magnífico texto que dedica su compañero y amigo José María Morera en su libro "José Manuel Ballesteros - Entrenador de Atletismo - Figura clave en el desarrollo del mediofondo español".
Isidro Solorzano Herrera. En los años 40, los niños de los pueblos de Cantabria nacían en sus casas. El parto solía ser atendido por el médico o la comadrona, generalmente por esta última. Su madre dedicó toda su vida a esa profesión que amaba profundamente. Varios cientos de niños nacieron en sus manos. Había sido enfermera en el hospital de Valdecilla durante la guerra y esa experiencia la capacitó para ejercer la profesión. Isidro nació el 9 de marzo de1948 en la casa de sus padres, en el pueblo de Oruña (Cantabria). Un pueblo de unos 800 habitantes. Todos ganaderos, excepto el boticario, el médico, el veterinario y el cura. Su padre era ganadero de vacas de leche y de algún cerdo que se sacrificaba en el corral de la casa en el otoño y servía de provisión de carne para el periodo invernal. También tenían plantaciones de eucaliptos, «yo mismo planté cientos de árboles, depredadores para algunos, y una fuente de ingresos para mi familia. Me gustaba la pesca de la trucha, el salmón y la angula, afición compartida con mi padre. Pescar 6 y 8 kg de angulas por temporada era lo normal. Hasta los 12 años colaboré activamente en todas las actividades del campo, tales como arar la tierra, segar la hierba y cultivar los productos del campo, tales como maíz, remolacha, alubias, zanahorias, tomates, patatas, lechugas, ajos, cebollas etc. para el consumo interno».
Estudió en la escuela del pueblo, siendo Don Máximo González el maestro, los dos primeros años del bachillerato. El tercer y cuarto curso en el colegio La Salle (Santander), desplazándose todos los días 14 km para asistir a clase.
Es el profesor de matemáticas, el Hermano Leopoldo, el que le introduce en el atletismo con 13 años. Durante los dos años que estuvo en el colegio participó en las competiciones inter-escolares, representando al colegio en pruebas de campo a través y pruebas de medio fondo en pista.
Una vez superado el primer ciclo del bachillerato se matriculó en la Escuela de Ingenieros de Minas (Torrelavega). En el año 1964 se organizaron los I Juegos del Cantábrico, que quisieron ser una especie de cita “olímpica” regional. Isidro fue compitiendo en todos estos Juegos anuales, que cada año se celebraban en una ciudad distinta: San Sebastián, Bilbao, Oviedo, La Coruña y Lugo. Normalmente quedaba en los primeros puestos. «Mi padre consideraba el atletismo una pérdida de tiempo. Nunca se interesó por mí como atleta. Mi madre, sin embargo, amaba lo que hacía, estudio y deporte. Lo que soy se lo debo a ella».
El equipo de atletismo de Solvay fue su primer equipo. Ganó alguna competición, aunque lo normal es que quedase entre los tres primeros. Todos los pueblos importantes estaban representados por sus clubs de atletismo: Castro Urdiales, Laredo, Santander, Cueto, Torrelavega, Los Corrales de Buelna y Reinosa. «Recuerdo con cariño excelentes atletas de la época como: Lorenzo Gutiérrez, Alberto Díaz de la Gándara, Antonio Herrerías, Javier Cortezón, Francisco Romaneli, Manuel Vallejo y Jesus Mª Verde. Mi primer entrenador fue Luis González Ruiz. Compañero de estudios y un enamorado del atletismo».
Gracias a su marca en 800 m de 1’55” y con la ayuda del presidente de la Federación Cántabra de Atletismo, Manuel Pardo Castillo, consiguió la beca de la Residencia Blume en septiembre de 1968. «Recién llegado a Madrid me pongo a las órdenes de Jose Manuel Ballesteros. Recuerdo que nos invitó a su casa en la Moncloa, como primera reunión de la temporada. Me impactó sobremanera su personalidad arrolladora, su casa y su capacidad de liderazgo. Normalmente te impactan más las cualidades que tú no tienes».
En el año 1973 consiguió sus mejores marcas personales en 800 m y 1.500 m, 1’47”3 y 3’45”00 respectivamente. Campeón de España en 800 m con una marca de 1’47”5, 6º en la Copa de Europa y seleccionado para participar en la Universiada de Moscú. En el año 1974, quedó todavía subcampeón de España en 800 m. Fue siete veces internacional con el equipo nacional absoluto durante su carrera deportiva.
Le hubiera gustado en el año 1973 batir el récord de España de los 800 m, en manos de su querido amigo Antonio Fernández Ortiz, fue su gran frustración. Ese año, su mejor marca se quedó a tan solo 5 décimas del récord y en el campeonato de España se quedó a 7 décimas. En ambas carreras, tuvo escasa competencia y la última vuelta tuvo que hacerla en solitario. También le hubiera gustado participar en unos Juegos Olímpicos, el sueño de cualquier deportista.
Compitió hasta el año 1974 y se retiró con 26 años. Para entonces había perdido la beca de la Residencia Blume, por negarse a participar en la Universiada de Moscú el año anterior. «Ese año, el atletismo dejó de interesarme. Mi pensamiento estaba centrado en formar una familia y en comenzar mi carrera profesional, que consideraba incompatible con el atletismo de alto nivel. Si volviera a nacer haría lo mismo, aunque corregiría algunos de los errores».
«Hablar de José Manuel me resulta difícil. Le quiero, le aprecio y siempre le estaré agradecido. Para mí es un referente importante en mi vida. José Manuel colaboró en mi formación como persona, me ayudó a afianzar mi afición por el atletismo y a conseguir un alto rendimiento deportivo. Supo entenderme, tarea nada fácil, fue estricto, cercano, directo, autocrático y democrático, según la situación y el momento. Un hombre íntegro al que le debo mucho. Progresé a su lado hasta mis límites naturales».
Isidro, tras obtener el título de Ingeniero Técnico de Minas por la Universidad de Cantabria, cuando vino a Madrid cursó la carrera de Ingeniería Superior de Minas por la Universidad Politécnica de Madrid y obtuvo posteriormente el título de Doctor. Hizo también un Master en Economía Financiera por el Instituto Directivos de Empresa de Bilbao.
Toda su vida profesional se desarrolló en Repsol y sus filiales, especializado en la producción de gas y petróleo. La mitad de su carrera profesional se ha desarrollado en el extranjero: Argentina, Egipto, EEUU, Argelia y Libia. Durante los últimos diez años ha sido profesor asociado en la Universidad de Cantabria y actualmente profesor de la Escuela de Minas de Madrid (Master de petróleo y gas). Se casó en el año 1989, tiene tres hijos y, actualmente, dos nietas.
Isidro reflexiona hoy día sobre su pasado atlético «El atletismo fue mi pasión. Soy lo que soy, en cierta medida, gracias al atletismo. La beca de la Blume me sacó de un pueblo de 800 habitantes y me permitió viajar, conocer otros mundos y ampliar mi mentalidad provinciana. Mi distancia preferida fue los 800 m. Los 1.500 m me resultaban un poco largos, no me encontraba cómodo. Los 1.000 m quizás hubiese sido mi distancia ideal. La práctica del atletismo coincide con mi máxima en la vida, trabajar duro, sin atajos, para conseguir las metas propuestas».

De arriba a bajo y de izquierda a derecha: en la boda de Jorge González Amo y Cristina (en el centro) junto a García Caro, Antonio Burgos, Isidro, Félix Delgado de Robles, Antonio Fernández y José María Morera y esposa.
En el Memorial MQS en 2022 (con camiseta blanca)
En la última reunión de amigos de toda una vida: de izquierda a derecha: Jorge González Amo, Carlos García Caro, Antonio Burgos, Javier Villa, Carlos Serrano Altimira, Jesús Arlanzón, Miguel Alcázar e Isidro
El tercero por la izquierda (camisa rosa) en la cena homenaje a José María Odriozola del pasado 28 de marzo, junto a sus grandes amigos.
Desde la RFEA nuestro más sincero pésame a su familia, amigos y al atletismo cántabro.
D.E.P.
ENTREVISTA WEB FEDERACIÓN CÁNTABRA DE ATLETISMO (Agosto 2020)