El Club de Entrenadores 2025 fue un relevo de ideas con mirada abierta al mundo. La sede de Madrid se convirtió en el epicentro del encuentro, un espacio centralizado y preparado a la perfección para eventos de alto nivel técnico, donde la formación, las charlas y las conversaciones fluyeron como si fueran parte de la misma carrera. Pasillos, cafés y salas funcionaron sin fisuras, creando el entorno ideal para compartir, debatir y volver a la pista con mejores herramientas.
La participación de entrenadores fue el verdadero pulso del fin de semana: 125 técnicos y técnicas conectando disciplinas y generando comunidad. Ese mismo espíritu también se vivió en digital: las sesiones se emitieron en directo a través de la plataforma oficial EAcademy, donde más de 100 entrenadores/as hicieron uso activo del servicio (142 personas registradas), no solo para seguir el encuentro en vivo, sino para regresar después a los contenidos y prolongar el aprendizaje más allá del auditorio.



El acento internacional fue una de las grandes victorias del año. Entrenadores de referencia global iluminaron el cartel aportando experiencia y método sin caer en la frialdad académica: el trabajo de planificación y fuerza explicada con claridad por Marco Airale, la filosofía de mentoría aplicada al alto rendimiento de Carsten Bomme, y la mirada técnica en pruebas combinadas y desarrollo atlético de Adrei Nazarov junto con los entrenadores nacionales de primer nivel, enriquecieron el foro con diversidad y nuevas perspectivas que inspiraron al colectivo nacional.
La innovación no quedó solo en los nombres, sino en los roles y las herramientas que convivieron en el encuentro. Biomecánicos, fisioterapeutas y especialistas en rendimiento acompañaron cada bloque, aportando contexto real y trasladando la ciencia y la recuperación a un diálogo práctico con el entrenamiento. Hubo talleres de tecnología aplicada como 1080 y Octojump, mediciones biomecánicas en pruebas de relevo, y espacios de trabajo que actuaron como micro-laboratorios vivientes como la Hipoxia, sin eclipsar lo esencial: el intercambio humano y profesional entre entrenadores/as.
2025 dejó claro que aprender no es solo escuchar, sino conectar, contrastar y compartir. La formación continua se impuso como el mayor legado: actualizar métodos, integrar tecnología, abrir debate sano y consolidar relaciones profesionales que fortalecen al equipo técnico. El relevo fue perfecto: internacional, interdisciplinar y, ante todo, comunitario.
El Club confirma así su tendencia ascendente: un espacio que hace crecer al atletismo español desde el método, la conversación compartida y la ambición de seguir evolucionando juntos.
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