En la madrugada del 27 de julio Mariano Haro ha fallecido Palencia, después de pasar veinte días hospitalizado al agravarse la diabetes que padecía. Con su pérdida desaparece una figura que marcó un antes y un después en el atletismo español, al poner de manifiesto que se podía luchar por los más altos puestos en las competiciones internacionales de máximo nivel.
En este resumen de urgencia se hace obligado limitarse a los aspectos más destacados de su trayectoria, que fue muy larga en el tiempo, muy intensa en la competición, y de una enorme relevancia en el deporte nacional.
Nacido en Valladolid, el 27 de mayo de 1940, de muy pequeño la familia regresó a Becerril de Campos, y ese sería para siempre su hogar. En el mundo del atletismo aparece en 1959, en unas pruebas del Frente de Juventudes que buscaban talentos. Y allí ganó, y también encontró a su entrenador de toda la vida, Gerardo Cisneros. A aquella primera prueba de cross, seguiría un sinnúmero de nuevas carreras, en el campo, en la pista, y en ruta, en un historial que se prolongó hasta dos últimos crosses en los principios de 1980, rozando ya los 40 años.
Para la memoria colectiva han quedado sin duda dos facetas inolvidables del atleta Mariano Haro. Aunque luego lo veamos desde otros puntos de vista, parece claro que debemos empezar por esas dos: Mariano Haro como atleta olímpico, en estos días de esperanza en lograr grandes resultados en París 2024, y el Haro del Cross de las Naciones.
Mariano Haro en los Juegos Olímpicos.
Vayamos a los Juegos Olímpicos. Mariano Haro se estrenó ya mayor como olímpico. Nuestra representación en Tokyo 1964 fue todavía muy reducida, allí destacó el saltador Luis Felipe Areta con su sexto puesto; y aunque él fue campeón nacional tanto en 5.000 como en 10.000 metros, no fue seleccionado, lo que vivió con dolor. Pero los Juegos de 1968 ya fueron otra cosa. En Ciudad de México la participación española creció; y creció nuestro equipo de atletismo hasta once representantes. Aunque también esta vez los mejores resultados fueron para los saltadores, allí se enfrentaron a la altitud de 2.260 metros unos cuantos corredores, en unos Juegos que fueron históricos por muchas razones. Y entre ellos, en los 3.000 metros obstáculos en que entonces destacaba junto con su compañero y rival de toda la vida, Javier Alvarez Salgado, debutó el Mariano Haro olímpico. Se disputaron tres series, que clasificaban a los cuatro primeros para la final. A Alvarez Salgado le correspondió la primera, y quedó segundo, consiguiendo así la clasificación. Mariano Haro corrió la segunda serie. Desde el principio se escapó el francés Villain, y Haro se colocó segundo, seguido por un grupo de cuatro corredores. En el último kilómetro la dura lucha por la clasificación entre estos les llevó, a falta de una vuelta, a rebasar a Haro que terminó quinto la carrera con una marca de 9:16.0. Incomprensiblemente no apareció en la clasificación final, y ante la petición de la delegación española, se respondió con el informe de la Inspectora de pista, según el cual Haro “apoyó el primer obstáculo con las manos en la última vuelta y que procede la descalificación”. Esta decisión contradecía lo establecido en el Reglamento de la IAAF, que en su versión en español, publicada oficialmente por la Federación Mexicana, decía literalmente: “El corredor puede saltar libremente o pasar apoyando las manos en cada obstáculo” (Punto 7, Regla 29). Lo curioso es que no sólo fue indebidamente descalificado, sino que en los resultados oficiales no aparece ni siquiera como descalificado. Pero en todo caso no había pasado a la final.
No había empezado demasiado bien el historial olímpico de Haro, pero todo había de cambiar cuatro años después. Los Juegos de 1972 se celebraron en Munich, en la República Federal Alemana. Aunque quedaron marcados por luctuosos sucesos que cambiaron para siempre la forma de celebrar estos grandes acontecimientos, en lo deportivo dejaron resultados inolvidables. En el equipo español de atletismo estaba de nuevo Mariano Haro, que volvió a compartir pruebas con Alvarez Salgado. Ambos estaban entonces en la cumbre de sus carreras. En Alemania corrieron los 5.000 y los 10.000 metros, en ambas pruebas con eliminatoria y final. Primero fueron los 10.000 metros, cuya eliminatoria se disputó el primer día de los Juegos, el 31 de agosto. Participaron 52 corredores en tres series, y se clasificaban los cuatro primeros, y tres por puestos. Alvarez Salgado corrió en la primera y fue cómodamente tercero. En la segunda ganó el tunecino Gammoudi, seguido por Mariano Haro que consiguió batir el record de España en 27:55.89. Se habían clasificado así los dos para la final, que se celebró el día 3 de septiembre. Aquí se enfrentaban los quince clasificados, con un nivel jamás alcanzado hasta entonces en la prueba. Y Mariano Haro logró una actuación mítica. Desde el principio se formó un grupo de cabeza, en el que estaban Bedford, Puttemans, Yifter, Viren, Zaddem, Gammoudi, Korica y Haro. El británico David Bedford marcó un ritmo endiablado, y pasó los 5.000 metros en 13:43.9. Cerca de este paso, tropezaron y cayeron Viren y Gammoudi. El primero se reincorporó, con unos 20 metros de desventaja, y emprendió la persecución hasta que alcanzó de nuevo al grupo; pero el tunecino abandonó. Tras el séptimo kilómetro, Viren relevó a Bedford en cabeza, y aceleró progresivamente, cuando sólo Puttemans, Yifter y Haro aguantaban el ritmo. El último kilómetro lo alcanzó Viren en cabeza, con 25:09.2, mientras Puttemans lo seguía a duras penas. A falta de dos vueltas, sabedor de su falta de velocidad final, Haro intentó demarrar, pero no puedo deshacerse de sus rivales. Sin embargo ese esfuerzo descartó a Yifter de la pugna por el triunfo, que se resolvió en tremenda lucha entre el finlandés y el belga. Las marcas finales fueron impresionantes. Campeón Lasse Viren 27:38.35, nuevo record mundial; segundo Emiel Puttemans 27:39.58, tercera marca mundial de todos los tiempos; tercero Miruts Yifter 27:40.96, cuarta marca mundial de todos los tiempos. Y el cuarto, quizá el puesto más desagradecido, fue Mariano Haro con 27:48.14, otra vez record de España, y sexta marca mundial de todos los tiempos, y cuarta de Europa. Y todavía el quinto, el norteamericano Frank Shorter, se colocaba séptimo de siempre. Sólo el anterior recordman del mundo, el australiano Ron Clarke, y el europeo, Bedford, se intercalaban entre los cinco. La actuación de Haro era en ese momento, sin ninguna duda y con muchísima ventaja, lo mejor de la historia del atletismo español; y sigue siendo nuestro mejor 10.000 olímpico. Con ese nivel palidece el resultado de Alvarez Salgado, que aun afectado por la eliminatoria de tres días antes, con ampollas y heridas, se clasificó duodécimo.
No habían terminado su participación los dos atletas españoles. El día 7 se corrían las eliminatorias de 5.000 metros. Corrieron 61 atletas en cinco series, que clasificaban sólo a los dos primeros, más cuatro por tiempos. Salgado corrió en la segunda serie, y consiguió el cuarto puesto, mientras Puttemans que también dobló batía el record olímpico. En la cuarta, Haro quedó tercero. Aunque no fuera con holgura, ambos consiguieron por tiempos el paso a la final, que se celebraba el día 10. A estas alturas, después de tres tremendas carreras, los músculos de Mariano Haro no podían soportar otra final olímpica, por lo que optó por renunciar a salir. Ya era demasiado.
Pero no había terminado todavía el Haro olímpico. Aún le quedaba Montreal, en 1976, ya con 36 años. En 10.000 metros llegó su tercera participación olímpica, que fue la mejor de los atletas españoles en aquellos Juegos. Se corrieron tres series, y él se clasificó cómodamente tercero en la primera, que fue la más rápida. A los tres días se disputó la final, en una tarde bochornosa que dificultó el esfuerzo. Revalidó el título el finlandés Lasse Viren, con un ataque final fulminante poco antes de la campana, que no pudo contrarrestar Carlos Lopes. Mariano Haro consiguió la sexta posición, en una final en la que todavía los europeos, ayudados por el boicot africano contra la participación de Nueva Zelanda, ocuparon los doce primeros puestos.
Mariano Haro en el Cross de las Naciones.
El otro logro que hizo de Haro un mito fue su participación en el Cross de las Naciones, luego Campeonato Mundial de Cross. Su primera actuación notable fue en 1969, en Escocia, donde quedó décimo. En 1971, la gran prueba del campo a través se celebra en casa, en San Sebastián, y mejora su posición, quedando octavo. Y llega la edición de 1972, la última con la denominación de Cross de las Naciones y organización de la ICCU, en Cambridge. La prueba se resume en una intensa lucha entre Haro y el gran fondista belga Gastón Roelants, que lo mismo conseguía el record del mundo en los 3.000 metros obstáculos que en la hora en pista. El veterano belga, ya tres veces ganador de la prueba, lanzó un duro ataque al final, al que Haro no pudo responder. Pero sí conservó hasta el final su segundo puesto, el mejor logro español desde el triunfo de Aritmendi.
Al año siguiente, en 1973, la IAAF se hizo cargo de la prueba, y la denominó Campeonato del Mundo de Cross. Esa primera edición se celebró en Waregem, en Bélgica. Cuando Haro iba en el grupo de cabeza, unos manifestantes que protestaban por la situación en Irlanda, invadieron el circuito y él tropezó con uno de ellos, cayendo al suelo y perdiendo unos 30 metros. Pero se pudo rehacer y enganchar de nuevo. Acabó quedando en cabeza un trío constituido por el finlandés Pekka Päivärinta, otro belga, Willy Polleunis, y Haro. De nuevo, como el año anterior en Munich, atacó Haro, y consiguió sacar diez metros de ventaja, pero en los metros finales Päivärinta lo alcanzó y por una sola décima de segundo le ganó.
Perece mentira, pero la historia se repitió en 1974, en Monza, con derrota al sprint por 8 décimas de segundo tras el belga De Beck. Y en 1975, a la cuarta, en Rabat, fue el escocés Ian Stewart quien le ganó. Muchos años después, este recordaba esta carrera como la mejor de su vida. Y explicaba: “El español Mariano Haro y el estadounidense Bill Rodgers se escaparon y yo también. De repente, la diferencia había pasado de 20 a 50 y a 60-70 metros. Y eso ocurrió bastante rápido. Sabía que el recorrido era rápido y se adaptaba perfectamente a mí. En la última vuelta, Haro se esforzó y dejamos atrás a Rodgers. Y nos quedamos solos Haro y yo. Me quedé ahí sentado hasta que faltaban unos 150 metros y ya no pudo alcanzarme.”
Por cuatro veces consecutivas, la falta de velocidad final le había impedido ser campeón del mundo de cross. Pero logró un historial que muy pocos pueden presentar, con cuatro segundos puestos. En el último, tuvo además la alegría de ver a su amiga Carmen Valero, también fallecida este año, lograr el tercer puesto, podio totalmente inesperado que era el preludio de los que había de llegar.
En el I Campeonato del Mundo de Cross disputado en Waregem (BEL) donde sólo el finlandés Päivarinta pudo con el gran Mariano Haro.
Haro, todo un triunfador de raza, único e inimitable; junto a Carmen Valero volviendo del Mundial de cross de 1975 en Rabat, donde Haro fue 2º y Valero 3ª.
Mariano Haro ante el cronómetro.
Estos resultados de Haro se tradujeron en unas marcas asombrosas en su momento, hace ya más de medio siglo, que durante mucho tiempo se mantuvieron en cabeza de las listas españolas. Hasta diez récords de España logró, todos ellos de gran relevancia.
Si seguimos el orden de las pruebas, los primeros fueron en 3.000 metros. En 1970 en una reunión internacional en Colonia, registró 7:57.8, que después llevaría hasta 7:51.6 en los Bislett Games de Oslo en agosto de 1972, cuatro semanas antes de los Juegos de Munich.
Los 5.000 metros fueron escenario de su competencia con Alvarez Salgado: sólo una vez batió el récord de España, pero de gran nivel. El campeonato británico de la AAA de 1972, una prueba que desde el siglo XIX se honraba en acoger atletas extranjeros, se celebró en julio. Allí participaron tanto el palentino como el gallego. Tras el podio británico, formado por David Bedford, Ian McCafferty y Ian Stewart, Haro quedó cuarto con 13:26.03, mejorando por muy poco la marca de Alvarez Salgado, que también participó y fue sexto. Ese récord de Haro era además la mejor marca mundial de siempre para un atleta de más de 30 años.
Su gran prueba, claro, fueron los 10.000 metros. La primera vez que bajó de los 29 minutos, su primer récord nacional en la prueba, fue en La Coruña en 1969, en el Gran Premio Internacional que ganó por delante, por ejemplo, de Naftali Temu, uno de los primeros atletas africanos de gran nivel. Y después llegaron cuatro récords más, todos ellos en grandes ocasiones, lo que les da más valor todavía. Para empezar, los 28:34.2 conseguidos en Oslo en los Bislett Games, sólo por detrás de Frank Shorter, en la carrera que sirvió de homenaje y retirada del entonces recordman mundial, el australiano Ron Clarke. Señalemos, cosas de la época, que también se cronometró el paso por las 6 millas, y ahí consiguió una mejor marca nacional de 27:42.6. Al año siguiente, 1971, en Helsinki se celebraron los Campeonatos de Europa. La carrera de 10.000 tuvo un extraordinario nivel, y Haro rebajó su marca en más de medio minuto, bajando por primera vez de los 28; con 27:59.34 sólo pudo ser quinto. El ganador fue el finlandés Väätäinen, con 27:52.87, y por detrás de Haro quedaron por ejemplo los británicos Bedford y Mike Tagg. Esta carrera fue la de mayor nivel medio hasta entonces, y Haro se colocaba en ese momento séptimo de todos los tiempos. Pero esto no era nada para lo que había de llegar al año siguiente. Ya hemos visto que en los Juegos Olímpicos de Munich mejoró por dos veces el récord de España. Primero en la eliminatoria, con 27:55.89, y después en su cuarto puesto de la final con 27:48.14. Esta marca, sexta del mundo y cuarta de Europa de siempre en aquel momento, era también la mejor del mundo para mayores de 30 años, superando nada menos que a Ron Clarke; y a nivel europeo, a la de Väätäinen del año anterior.
Y ya fuera de las pruebas olímpicas, pero una marca muy carismática y de altísimo nivel, la que consiguió en la hora. Una prueba hoy caso olvidada, pero con un historial importantísimo, en que se suceden nombres como Walter George, Jean Bouin, Paavo Nurmi, o Emil Zatopek. Haro consiguió en 1965 sus primeros récords de España en los 20.000 y la hora. Y el 9 de agosto de 1975, en San Sebastián, batió sus propias marcas con unos registros extraordinarios: 58:37.8 al paso por 20.000, y 20.493 metros en la hora. En el momento de lograr esta marca, sólo había habido una carrera más rápida en el mundo. En 1972 en Bruselas, Gaston Roelants logró 20.784 metros y Willi Polleunis 20.518. A ambos los hemos visto competir también en cross. Por lo tanto Haro se colocaba aquel día como tercero del mundo de todos los tiempos. Su marca en ambas pruebas perduró como récord de España hasta 2021, cuando Dani Mateo mejoró la de la hora en 100 metros justos, y lo coloca todavía hoy, casi 50 años después, en el top-30 mundial.
Colofón
Evidentemente mucho más se puede decir de una trayectoria tan rica como la de Mariano Haro. Estas líneas sólo pretenden rendir homenaje a una figura del atletismo español que significó en muchos aspectos un cambio de época. Recordar a los que los vivieron unos momentos descollantes, y poner en contexto logros que siguen emocionando.
Tras la retirada, llegó el regreso a la vida civil. Puso en marcha una marca de ropa deportiva, y se involucró por completo en la vida de “su pueblo”. Nada menos que 24 años ejerció la Alcaldía, desde 1979 hasta 2003.
Descanse en paz, Mariano Haro. Su memoria permanecerá siempre en los que se emocionaron con sus logros.
Mariano Haro en Bilbao en enero de 2017 junto a Tomás Barris, Josep Molins y Dimas Ramos (todos miembros de la AEEA ya fallecidos); a la derecha, en 2020 posando con el boletín biográfico que le dedicó íntegramente la AEEA como homenaje a toda su larga y exitosa vida deportiva.
MARIANO HARO - LA LEYENDA - BOLETÍN AEEA 106 (publicado en octubre 2020)
MARIANO HARO (RTVE Play, documental realizado en 1973)
¿Quién era Mariano Haro, la 'liebre' histórica del fondo español? Tribuna de Palencia