Jacinto Garzón es un tipo afable, de palabra fácil y al que gusta escuchar y leer artículos de los demás, de sus compañeros de profesión. Analítico, entusiasta de su tarea como entrenador, lleva ya unos años en la cresta de la ola de los técnicos españoles de marcha atlética, ya que desde hace tiempo ha guiado las carreras de Alberto Amezcua y María Pérez. El doble título mundial de su paisana este verano en Budapest, le ha puesto en primera línea de los medios de comunicación, algo a lo que no estaba acostumbrado, pero el accitano (gentilicio de los naturales de Guadix, Granada) no ha perdido la oportunidad para poner en valor la marcha atlética.
Garzón nació en 1982, el año del Naranjito. Toda su vida discurrió en su Guadix natal hasta que se tuvo que ir a estudiar a Granada, primero Magisterio de Educación Física y luego Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
Chaval inquieto y multideportista
“Fui siempre un niño muy activo, me gustaba el fútbol sala y jugaba con mis amigos, pero para prepararnos nos gustaba correr, y eso que tendríamos 10 años. Un entrenador de atletismo del pueblo, Manuel Segura, nos vio correr y nos animó a qué fuéramos por la escuela de atletismo. Y estuve al inicio jugando al fútbol sala en el colegio y haciendo atletismo, ya sabes un poco de todo… pero es cierto que probé pronto con la marcha y se me daba especialmente bien. Nosotros somos cinco hermanos y mi hermano mayor (18 años mayor que yo) hacía mucho deporte, bicicleta primero y luego correr, y fundó el primer club de atletismo popular en el pueblo, ‘Los Trotanoches’. En el colegio también jugaba a tenis de mesa y llegué a estar a un buen nivel nacional, porque teníamos un equipo en Primera División. Pero de la marcha me enamoré porque en Guadix estaba Manuel Alcalde y ya entonces organizaba una prueba internacional, donde venían los mejores… y los niños podíamos ver competir a Daniel Plaza, Josep Marín, Bragado… y luego a Paquillo Fernández, que es de aquí. En mi primera prueba de marcha con apenas unas semanas de entrenamiento ya quedaba en el podio y pronto empecé a ganar en esas categorías benjamín y alevín. También hacía cross y algunas carreras populares. Fui un atleta muy precoz, pronto me empezaron a llamar para concentraciones de la Federación Española, y de aquella época con 12-13 años coincidía por ejemplo con Beatriz Pascual, que sigue siendo una buena amiga. De cadete ya fui campeón de España y luego de juvenil igual. Como júnior me costó más, aunque seguí sacando medalla, pero tuve una crisis competitiva al entrar a la universidad… y en el año 2000 perdí la ilusión por entrenar y competir, coincidió con mi traslado a Granada para estudiar”.
Hablamos con el técnico mientras se encuentra en Atenas en un Congreso Internacional de Fisiología del Esfuerzo y Bioquímica, una formación de preparación física no sólo para gentes del atletismo, ya que Jacinto sigue desarrollando su día a día con una formación continua siempre que puede, y nos confiesa que no para de leer artículos sobre cualquier cosa que aluda a su especialidad.
A pesar de aquel desencanto iniciado el presente siglo, Garzón no llegó a desconectarse del todo como deportista, ya que un compañero de estudios era marchador y le “obligaba” a acompañarle a entrenar un par de días en semana… eso unido a que casi todos los fines de semana volvía a casa y allí Manuel Alcalde le pedía que fuera a entrenar con ellos, le permitió seguir cosechando resultados destacados, aunque él no los buscaba.
Inicios como entrenador y fallecimiento de Manuel Alcalde
Poco a poco se había decantado por el atletismo, aparcando el fútbol y el tenis de mesa aunque también le dio al badminton una época… pero él tenía claro que lo que quería ser es técnico, entrenar a otros. “En el 2000 Manuel me llamó para que no dejara la marcha y por ello más o menos me mantuve enganchado de forma más liviana, como atleta. E incluso ese año estuve en Font Romeu varias semanas con Manuel y María Vasco, en su preparación para los Juegos, para mí fue muy interesante aquella experiencia, eso justo fue antes de iniciar la universidad, quedé cuarto en el campeonato de España y luego llegó ese desencanto. Pero es que a mí me gustaba mucho entrenar, ya lo hacía con niños. Mi hermano montó una carrera para mayores y una milla escolar ese año y me invitaron a que hiciera yo la preparación de los escolares y disfruté mucho. Tras el primer año de carrera justo Manuel al ver la cantidad de niños que generamos por aquella acción, montó la escuela de atletismo en Guadix y yo entré con él como entrenador. Venían niños de un pueblo de al lado y muchos de nuestra localidad. Estuve con él así unos dos años, también empezó a venir Montse como entrenadora”.
Poco después llegó un hecho traumático para Jacinto y todos los amigos de Alcalde, porque en 2003 “enfermó de manera más seria. Él había superado un cáncer años atrás e iba muy bien, pero entonces se complicó la cosa, hubo metástasis y ya no pudo salir adelante. Murió en 2004”. El fallecimiento del fundador hizo que Jacinto y otros compañeros tuvieran que asumir más responsabilidad en la gestión de la escuela de atletismo.
Entretanto, Jacinto siguió marchando, a su aire, podemos decir, pero con resultados más que aceptables. En 20 km llegó a hacer 1h27 y fue a los Juegos Mediterráneos de Almería 2005, porque pudieron participar atletas de un cierto nivel, fuera de la selección española y el ahora técnico, hizo una gran competición acabando quinto ante atletas como Diniz, Goula, Paquillo, Juanma Molina… “Aquel resultado sí me hizo replantearme volver a dedicarme más como atleta, porque además yo veía por mis cualidades, que en 50km iba a tener más posibilidades de destacar, pero la muerte de Manolo y asumir más responsabilidad en la escuela, hizo que me decantara por ser más entrenador. Ya dirigía a Alberto Amezcua que había sido campeón de España cadete y me enamoré más de la docencia como técnico. Entonces me llamaron como interino para irme a trabajar a Murcia y así estuve varios años, volvía dos veces en semana para llevar la escuela y luego los fines de semana igualmente, lo importante es que mantuvimos el legado de Manolo entre todos los entrenadores y monitores que estábamos. De aquellos primeros años recuerdo que me motivó mucho José Antonio Carrillo, porque me invitó para ir a concentraciones con Amezcua como entrenador suyo, eso fue muy importante para mí, porque conocí a gente como Josep Marín, y me permitió compartir muchas jornadas con compañeros a los que yo admiraba… Recuerdo la primera Copa del Mundo a la que me llevaron con Alberto como júnior, aluciné con toda la expedición, los grandes del momento por allí. Y desde entonces no dejé de ir a esas concentraciones y grandes campeonatos fuera, a los que iba Alberto. Hubo otros niños destacados en la escuela entonces y buenos marchadores, pero al pasar a la universidad ellos lo dejaron”.
“Poco después llegó María Pérez, natural de Orce, un pueblo cerca de Guadix y gracias a la colaboración de la escuela de Guadix con la de Orce. Había un maestro de educación física de Guadix trabajando allí, y cuando veía que alguien destacaba en atletismo, nos lo mandaba a la escuela, así nos llegó María, y fue Inma su primera monitora. Hablamos de que María tenía 14-15 años”.
María Pérez, una niña muy competitiva
De aquellos inicios de María en el grupo, Jacinto recuerda que había otras niñas destacadas como Ángela Olivares, Laura Medina… y Pablo Oliva por ejemplo, que se fue a la Blume poco después. El problema era como pasa habitualmente, el abandono del deporte de competición al pasar a la universidad. De María destaca su entrenador que “con muy poca base de entrenamientos tenía una garra compitiendo enorme, era muy competitiva y siempre estaba ahí, no ganaba todavía pero andaba cerca de las mejores y ya de juvenil fue campeona de España. Pero yo lo que más valoraba es que lo hacía con poco entrenamiento, era de esas personas que sacaba un 120 por ciento el día de la competición, entonces nos decía: ‘a mí entrenar me gusta, pero lo que de verdad me gusta es competir”.
A Garzón no le asustaba esa ansia por competir, porque el calendario de marcha no es muy extenso, como otras modalidades y por eso las competiciones que podía hacer eran limitadas. En 2013 estuvo en su primera Copa de Europa júnior, luego fue al Mundial y quedó 12ª, y dos años después ya estuvo en el podio de la Copa de Europa. “Recuerdo que el gran campeón Mauricio Damilano, que era máximo responsable de Italia, me dijo ‘esa chica tiene mucho talento, ojo con ella’, porque a la gente le gustó como compitió María, como defendió y peleó el tercer puesto. Aquel año en Suecia fue cuarta en el campeonato de Europa, no pudo ser podio, pero hizo una gran competición batiendo el récord de España”.
Las etapas con la campeona andaluza fueron llegando siguiendo “la planificación de vida que yo tenía con ella, como la tengo con Alberto, José Manuel y los demás. Yo mi trabajo final de carrera, tras sacarme el título también de Entrenador Nacional de Atletismo, fue sobre la planificación de vida de un marchador y de aquel trabajo aplico mucho a mis deportistas… Se trata de no quemar etapas antes de tiempo, algo lógico, pero que hay que diseñarlo mucho. Hice una revisión del manual de la Marcha de Marín, había también otro libro de marcha de Fali, el entrenador de Barcelona, y con esos dos textos y una valoración de los entrenamientos de Manuel Alcalde, a los que tuve acceso, y charlando con el técnico andaluz Bartolo Castillo y además de con Carrillo, pues diseñé ese plan de vida del que te hablo, teniendo en cuenta las etapas de desarrollo de los niños y los jóvenes. Jesús Durán me ayudó bastante con material suyo para temas de planificación”.
De este modo Jacinto iba cimentando las carreras deportivas de Alberto, de María y posteriormente también de José Manuel Pérez, medallista europeo sub23 hace un par de años y ahora recuperándose tras una lesión e intervención quirúrgica.
2017 su primer gran año como técnico internacional
Los Juegos Olímpicos de 2016 llegaban muy pronto para la vida deportiva de María, “pero ella no dejaba de contemplar la posibilidad de ir y es cierto que al ser convocada para los Juegos Iberoamericanos aquel año, que fueron también en Río, fue un buen premio y sació sus ganas de competir. En 2017 ya se veía muy claro todo el talento que atesoraba, quedó sexta en la Copa de Europa, y compitió muy bien, era la primera vez que yo programé con ella una planificación completa con una gran competición de verano. Fue medalla de plata en el Europeo Sub23 y luego lo hizo muy bien en el Mundial de Londres y quedó décima. Alberto Amezcua fue noveno en el Mundial absoluto y José Manuel subcampeón Europeo sub20, con lo que se demostraba que habíamos planificado bien para todos, fue muy importante para mí”.
Al año siguiente llegaba la opción del Europeo de Berlín en verano y antes en mayo la Copa del Mundo, que demostró que María no paraba de crecer al acabar octava frente a las mejores, porque estaban todas allí. Alberto también se clasificó para el Europeo y José Manuel fue al Mundial sub20 aunque no le salió muy bien y quedó 15º.
“El Europeo sabíamos que María podía optar a medalla, porque llegaba muy bien, en su mejor momento, pero había gente muy buena allí y por eso ganar, era muy complicado. Recuerdo que hubo un falso aviso de bomba y se retrasó la salida una hora, tuvieron que salir con los chicos y esos contratiempos a María le vienen bien, porque ella se crece ante los imprevistos. Su victoria con el récord de España fue algo muy emocionante… Alberto no llegó tan bien, porque tuvo problemas físicos en su preparación final, él es alérgico y cuando le da fuerte en primavera le cuesta mucho”.
Los problemas de 2022
Y en 2022 llegó un “año horribilis” para Jacinto como entrenador. La progresión de María se cortó de golpe, “algo que es lógico en el deporte de alto nivel, no era normal que no hubiéramos parado de crecer y mejorar hasta ese momento. Por otro lado, Alberto fue muy bien, primero campeón de España y luego con un gran Europeo peleando la medalla hasta el final. Cuando empezaron los problemas con las descalificaciones con María, intentamos buscar soluciones, pero no era fácil, y tras solventarlo tras la primera descalificación, llegaron las dos del Mundial y el Europeo. Yo soy de los que sabía que teníamos cosas que mejorar, aunque no hubiéramos dejado de crecer cada temporada. Había un tema de ritmo, a ritmos muy altos aparecían los problemas y no pudimos solucionar aquello, era un tema técnico, a nivel físico María no estaba mal, pero es cierto, y ahora se puede decir, que ella atravesó por diversos problemas personales y eso genera estrés, a su vez afecta al tema postural y en la marcha, la postura es fundamental… como ves se juntaron muchas cosas y el tema fue a peor. Después del Mundial le dije que se planteara si quería ir al Europeo o renunciar, pero ella es echada para delante y quiso ir, yo no la veía anímicamente bien, pero fue”.
Evidentemente tras el palo del verano de 2022 llegaron muchas dudas y fue el peor momento de Jacinto como entrenador, tratar de recuperar a la gran campeona, mientras el resto del grupo iniciaba su temporada como siempre. “Pedimos consejo a mucha gente, buenos amigos que nos ayudaron como Josep Marín, Beatriz Pascual, Paco Mula, el propio Carrillo… gracias todos ellos conseguimos que María no sólo volviera a competir y bien, sino que mejorara su técnica de forma notable y eso se ha visto en este 2023. Una curiosidad, todo cambió de forma positiva tras ir a correr la San Silvestre Vallecana Internacional, allí corrió en 34 minutos el 10k y disfrutó muchísimo, recuperó las ganas por competir”.
Del doble éxito, histórico e inédito en el atletismo español, Jacinto sólo tiene palabras de admiración y como creemos que ya se ha escrito todo o casi todo al respecto, simplemente vamos a añadir, que la participación de María en los 35km, tras el problema en los isquiotibiales en el 20 km, estuvo en el aire hasta el día anterior. Gracias a los fisios y médicos de la RFEA María se recuperó, sin hacer nada hasta el día anterior a la segunda medalla, pero tras un entreno suave de 30 minutos, Pérez le dijo al técnico, que estaba para competir al día siguiente.
La resaca de Budapest y la ilusión de 2024
Mientras que aún, entrenador y atleta siguen atendiendo entrevistas, presentaciones, charlas… la resaca obligada por su doble título mundial, los Juegos de París ya apuntan al horizonte, eso sí, con la tranquilidad de estar ya clasificada María y focalizar toda su energía para julio de 2024. Entonces habrá prueba de 20 km y el novedoso relevo 2x10 km mixto, al que los técnicos aún siguen dando vueltas sobre cómo afrontarlo.
Garzón, es profesor funcionario de la Junta de Andalucía y gracias a un programa de conciliación de esta institución para deportistas y técnicos de alto nivel, realiza su trabajo fuera de las aulas convencionales junto a José Manuel Ruiz, campeón paralímpico de Tenis de Mesa, que fue compañero de fatigas en ese deporte antaño en Guadix. Desarrollan ambos ahora el proyecto: “Tu puedes ser olímpico”, con el que van por los colegios e institutos dando charlas promoviendo los valores del olimpismo, además de forma inclusiva. También desarrollan un programa para que el profesorado promueva hábitos de vida saludables. De este modo el técnico puede dedicar una atención plena a sus deportistas en el día a día, asistir a concentraciones y viajes con la selección española, etc. Y por ello este hombre busca ya la fórmula para lograr en 2024 la mejor versión de María, Alberto, José Manuel, Mar Juárez, y los jóvenes José Luis Hidalgo, Pablo Rodríguez, Ana Pulgarín… y de sus niños y niñas, siempre sus chavales, su pasión desde que empezó en esto, no hace tanto tiempo.