Luis Miguel Martín Berlanas empezó a entrenar nada más dejar su actividad como atleta, pero lo hizo con amigos muy cercanos y asesorando a algunos otros. Sacó el título de entrenador nacional entre 2011 y 2013 y en 2015 lanzó la propuesta a Juan del Campo, para poder compartir tareas como entrenadores asociados, tipo tándem, algo fuera de lo común.
Juan del Campo empezó sus labores como entrenador colaborando con Dionisio Alonso, con quien había sido también atleta, haciendo 1:51 en los 800 metros. Fue durante casi dos décadas preparador físico de las canteras de los clubes de baloncesto Estudiantes, sobre todo, Real Madrid y Majadahonda. Es doctor en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y profesor en la Universidad Autónoma de Madrid.
Cuando en 2015 el grupo de Dionisio había prácticamente desaparecido y él mismo dejó sus labores como técnico, Juan se quedó al frente con Jesús España como máximo exponente. Es entonces cuando surge el acercamiento entre Luismi y Juan.
“Yo se lo propuse a Juan, y desde el principio planteamos que fuéramos dos entrenadores, no uno para unas labores y otro para otras. Su respuesta fue afirmativa. Él está muy acostumbrado a enseñar, por sus años de experiencia en las aulas y yo me veía capacitado para relacionarme en el día a día con los atletas, tras tantos años en las pistas. Me sentí muy afortunado por su respuesta”, dice Luismi.
“Veníamos de cerrar la temporada de verano de 2015, habíamos estado en el Mundial de Pekín con Jesús, yo conocía a Luismi de verle a diario entrenando, desde sus inicios casi, y pensé que su forma de ser concordaba con la mía. Vi que era una apuesta al trabajo en equipo, algo en lo que siempre he creído, porque cuatro ojos ven más que dos. Se lo trasladamos a Ramón Cid y le dio el visto bueno rápido, nos apoyó y animó a trabajar juntos”, añade Juan.
En aquellos inicios, en septiembre de 2015, los atletas a cargo del tándem eran Jesús España y su hermano Fran, Raúl Gil, dos chavales muy jóvenes que venían de San Fernando de Henares, Bilal y Amín, que corrían 1500, y Lucía Rodríguez, que dejaba su casa en El Escorial para irse a entrenar a Madrid. También estaba alguno de los amigos de Berlanas como Toni Franco.
Pregunta: ¿Cómo se organiza el trabajo entre dos?
Juan: Hacemos propuestas de trabajo para los distintos atletas o grupos y las discutimos y sacamos adelante los dos, no nos encargamos uno de unos y otro de otros. Todo es consensuado, porque creo firmemente en que tener dos puntos de vista, de dos expertos, es beneficioso y nos ayuda a cada uno a salir de nuestro foco, creo también que nos ayuda a valorar cuándo un atleta está tocado, más bajo, y hay que darle un poco de relax… y las propuestas salen de ambas partes. Insisto en que cuatro ojos ven más que dos. Y para mí algo clave es poner el foco cada parte de la temporada en las personas o grupos que tienen sus competiciones más importantes: hay momentos de más atención para la gente de la ruta, ahora por ejemplo para los de pista cubierta, luego vendrá el aire libre… y a todos les damos la misma atención e importancia. Podemos decir que no hay casi descanso durante todo el año.
Luismi: Ocurre a veces que determinados atletas tienen más ‘feeling’ con él o conmigo y eso nos permiten a los dos tener acceso a esa información fina, que luego nos sirve para matizar ciertos entrenamientos. Yo por ejemplo cuando tengo salud intento compartir parte de los entrenamientos con los chicos y chicas y eso nos ayuda para tener más información. Y si no se puede corriendo, o Juan o yo, con la bici, sobre todo en las preparaciones del maratón.
P: ¿Qué primer gran éxito recordáis trabajando juntos?
Luismi: Lógicamente cuando Jesús se clasificó en maratón para Río. Pero tengo dos recuerdos especiales. Uno con Lucía Rodríguez y su primera medalla absoluta en pista cubierta, en el 1500 en Salamanca 2017, y otro unos años después con la primera medalla nacional absoluta de Yago Rojo en los 10.000 metros, en Burjassot 2019, porque llevaba muchos años quedándose cerca.
Juan: La clasificación de Jesús para los Juegos en maratón, y no solo por el hecho en sí, sino porque recuerdo que los meses previos no fueron fáciles. Jesús corría muy alto, hicimos pruebas de laboratorio en cinta, y veíamos que la economía de carrera era malísima para una carrera tan larga y parecía que nos la podíamos pegar. Pero se puso pico y pala y le dio la vuelta a su técnica en tres meses, desafiaba a la teoría y lo consiguió. Luego además aquella foto icónica de su hijo recibiéndole en la meta en su debut en Sevilla… Y coincido con Luismi en ese trabajo de Yago poco a poco hasta conseguir la medalla.
P: ¿Y qué sinsabor os queda de aquella etapa?
Luismi: Me quedo con Sebas Martos. Estuvo con nosotros dos años y en el Mundial de Londres se cayó en las semifinales, y eso me dolió mucho, porque le teníamos cariño, porque creo que era el mejor Sebas hasta ese momento, y que si hubiera pasado a la final habría supuesto un punto de inflexión en su carrera.
Juan: Yo voy a señalar algunos atletas a los que no hemos podido sacar, por diversas razones, todo el talento que tienen dentro. Una es Celia Antón, a la que las lesiones reiteradas, pese a los cuidados, su profesionalidad… no han dejado sacar su valía. Creo que era una atleta para haber batido el récord de España de 5000 metros. El atletismo le debe algo y no le ha dado las oportunidades que ha buscado, y ojalá le puede recompensar en el futuro. También me acuerdo de Miguel González Carballada, al que algunas lesiones, pero yo creo que más motivos extradeportivos, le hicieron no encajar en la Residencia Blume, fuera de su casa, y finalmente le llevaron a dejar el atletismo. Aparte está el caso de Trihas Gebre, una atleta con gran calidad, pero que para mi gusto no hizo lo que tenía que hacer. Es una gran chica, muy buena gente, pero asistemática. Luego llegó la pandemia, la guerra en su país, y eso la sacó del atletismo. Creo que tenía capacidad para haber batido el récord de España de maratón, incluso con la actual marca.
P: ¿Cumplisteis las expectativas del anterior ciclo olímpico?
Juan: Yago tenía la mínima para ir al maratón, aunque no fuera convocado finalmente. Los jóvenes han ido evolucionando bien, en general, yo creo que es para estar satisfechos de cómo íbamos. Para algunas pruebas nuestros deportistas eran aún muy jóvenes.
Luismi: Celia tenía muchas posibilidades de haber estado en los 5000 metros, pero las lesiones no le permitieron optar a ello.
P: Y para los Juegos de París, ¿qué objetivo teníais antes de arrancar la temporada?
Luismi: Pues era tener algún atleta allí y ahora mismo tenemos tres con mínima: Tariku, Yago y Laura en maratón, y creo que es posible que algún otro atleta opte a ello. Por ejemplo, Gonzalo Parra en 3000 obstáculos o una atleta que aún no ha reflejado en sus cronos su potencial, siempre está con pequeños problemas, pero los supera, y es Beatriz Álvarez.
Juan: Andreu Blanes es un ejemplo de ilusión por lograr ese objetivo, tiene gran capacidad de trabajo, no es fácil, pero con esa ilusión tendrá posibilidades.
P: ¿Cuál ha sido vuestro momento más feliz desde que compartís tarea?
Luismi: Lo vivido en el Maratón Valencia. Nosotros hacemos una previsión del resultado y los tres atletas que consiguieron el objetivo, estuvieron magníficos. Fue un momento muy emotivo, allí había familiares, yo conozco a Laura, por ejemplo, desde que es una niña, y acabamos llorando todos. Aparte hay un gran momento para mí que es el título Iberoamericano de Gonzalo Parra en 3000 obstáculos hace dos años. Era un chaval que lo iba a dejar tras la pandemia, se recicló de los 800 a los obstáculos sin pasar por los 1500 y nos salió muy bien, y fue él quien lo decidió así, había hecho algo de obstáculos de chaval y fuimos a tope con él. Como te decía, pasó de dejar el atletismo a apostar definitivamente por este deporte.
Juan: Sin lugar a duda lo de Valencia. El maratón es una prueba ingrata, y nos ha dado grandes alegrías, lo mencionado de Jesús España en 2016, los 2:09 de Yago (en su debut), el 2:10 de Álex Jiménez, los 2:30 de Clara Simal… y ahora lo de Valencia con las tres mínimas y el récord de España de Tariku. Yo sí pensaba que estaban los tres preparados para hacer esas marcas que hicieron, pero pocas veces lo que piensas que va a suceder ocurre.
P: Y del grupo actual, ¿hay algún diamante en el que aún no nos hayamos fijado?
Juan: Si nos hubieras preguntado hace algunos años, no muchos, nadie habría hablado de Laura Luengo, yo creo que ni ella misma, por eso hay que dejar fluir, pasar el tiempo, que se vayan haciendo y ya veremos qué pasa. Laura, por ejemplo, llegó con nosotros teniendo 5:00 en 1500 e incluso le costaba seguir en calentamientos a sus compañeras. Hay que tener en cuenta que algo muy importante en los atletas con los que trabajamos es la durabilidad, la capacidad de trabajo… Por ejemplo, tenemos a Paula Herrero, una deportista talentosa pero que ahora está arrastrando una larga lesión, tras una irrupción en nuestro deporte espectacular.
Luismi: Tenemos un chaval como Andrés Lara, que pasó en unas semanas de jugar al baloncesto con 16 años en el Canoe a estar en la final de 1500 del Campeonato de España de su categoría, sin haber hecho antes atletismo. Pero la actitud y la durabilidad marcan la pauta de los que acaban llegando, y por eso el que hoy es quinto, sexto, puede llegar a ser el mejor.
P: ¿Sois entrenadores consejeros, en el sentido de orientar a los chicos en si vida social, al margen del deporte?
Juan: Sí, y además creo que es fundamental alentarles a que estudien, que avancen en ese campo, que tengan vida social plena, en un entorno sano, y de los cuidados que han de tener si quieren ser deportistas de alto nivel. Es fundamental que confíen en nosotros e intentamos que controlen el entorno, que no hagan caso de lo primero que les llegue por redes sociales y demás.
Luismi: Conforme crecen los chavales el embudo se va haciendo más estrecho, nosotros incidimos en los matices que pueden cuidar para intentar pasar el embudo. No es ejercer de padres, pero nuestros teléfonos están abiertos a cualquier hora.