Los vigentes campeones mundiales de cross, el ugandés Jacob Kiplimo y la keniata Beatrice Chebet sigen añadiendo jalones a sus brillantes historiales y volvieron hoy a demostrar su conspicuo nivel con sendas exhibiciones en el 19º Cross Internacional de Atapuerca. Ellos pusieron el colofón a una épica jornada de climatología adversa, con viento en ocasiones huracanado y rachas de lluvia que complicaron la tarea a los miles de atletas que se dieron cita en el circuto permanente de los yacimientos de la sierra de Atapuerca.
Chebet retiene su título con pasmosa facilidad
La prueba femenina, disputada sobre 8000m, presenció la salida en tromba de Chebet quien, lejos de especular, tomó el mando desde el primer metro y solo sus compatriotas Edinah Jebitok y Lucy Mawia se atrevieron a seguir sus pasos, cediendo Mawia poco después del primer kilómetro y antes de ser alcanzada por la ugandesa Sarah Chelangat. Al paso por la primera vuelta de 2000m el crono señalaba 6:06 con Chebet siempre tirando y Jebitok pegada a su compatriota, pero unos metros después recibieron la visita de Chelangat, pasando a formarse un trío en cabeza; por detrás, la etíope Likina Amebaw medía muy inteligentemente sus fuerzas y tras una salida cauta remontaba posiciones, hasta el punto de alcanzar la cabeza justamemte al paso por el tercer kilómtro, para convertir en cuarteto al grupo delantero, que marcaba 12:16 al paso por la segunda vuelta mientras Mawia circulaba solitaria en quinta posición; entre las españolas, Majida Maayouf transitaba claramente en cabeza, mientras Irene Sánchez-Escribano tiraba generosamente de un nutrido grupo de compatriotas entre las que se encontraban María Forero, Carolina Robles, Marta García, Ángela Viciosa, Rosalía Tárraga y la local Cristina Ruiz.
El momento decisivo, claramente elegido por Chebet a su antojo, aconteció poco antes de completarse la tercera y penúltima vuelta; fue entonces cuando la keniata abrió descaradamente gas para destacarse con asombrosa facilidad de sus tres compañeras de viaje, Jebitok, Chelangat y Amebaw; roto en mil pedazos el grupo, fue Amebaw quien en la campana, a falta de 2000m, iba segunda con dos segundos de retraso con Chebet pero otros dos de adelanto con Chelangat, mientras Jebitok cedía otros tres segundos con respecto a la ugandesa. La última vuelta resultó un recital de Chebet, que incrementaba paulatinamente su ventaja, pero no sobre Amebaw, quien se llevaba la mano a su costado y perdía comba, sino sobre Chelangat, rebasando ella también a la etíope residente en Peguerinos (Ávila). En meta, nada menos que 15 segundos separaron a Chebet, que retenía así su título del año pasado, de la ugandesa (25:21/25:36), que superaba por ocho segundos a Jebitok, mientras Amebaw, cuyo cuarto puesto no corrió nunca peligro, aminoraba ostensiblemente su marcha para entrar 45 segundos después de la triunfadora.
Por detrás, Mawia era superada por una atleta llamada a hacer grandes cosas, la británica de apenas 21 años Megan Keith, flamamte campeona de Europa sub-23 este verano en 5000m, habiendo ya descendido de la cota de los 15m (14:56.98), mientras Maayouf entraba primera española en 27:07 poniendo pie y medio en el equipo español que acudirá el Europeo de cross en Bruselas el 10 de diciembre; la batalla por la segunda posición entre las nuestras fue preciosa, imponiendo Marta García (10ª con 28:05) su mayor velocidad terminal ante su colega médico Irene Sánchez-Escribano y Carolina Robles, ambas marcando 28:11; la distinción de ser la primera sub-23 patria recayó en María Forero, flamante campeona de Europa de cross sub-20, que con 28:14 aventajó en un par de segundos a Ángela Viciosa, completando ambas una espléndida carrera.
Kiplimo vence de bóbilis
En la prueba masculina (9000m) salió en estampida el keniata Ronald Kwemoi, quizás recordando sus tiempos de plusmarquista mundial sub-20 de 1500, allá por 2014, cuando paró el crono en unos estratosféricos 3:28.81; a su vera se ubicó Dani Arce, comprensiblemente espoleado por el hecho de correr en su tierra burgalesa; el tándem llegó a amasar 40m de ventaja sobre la dupla compuesta por Kiplimo y el burundés Rodrigue Kwizera; la lógica aeróbica impuso su ley y cuando el reloj señalaba 5:30 la estrella ugandesa adelantaba sin compasión al obstaculista Arce y fijaba ya su mirada en el escapado Kwemoi, que no tardó en ser alcanzado por Kiplimo cuando llevaban transcurridos 3.200m; quizás por ser su primera carrera tras la lesión que le impidió competir en el Mundial de Budapest, Kiplimo se limitó en un principio a pegarse a la espalda de Kwemoi y cierta ralentización del ritmo de cabeza fue aprovechada por el eritreo Merhawi Mebrahtu para unirse a Kwemoi y Kiplimo poco antes del cuarto kilómetro, mientras el calculador Kwizera también se acercaba a la cúspide de la carrera.
A falta de dos vueltas, y tras un último giro completado en 5:55, Kwemoi y Kiplimo descolgaban a Mebrahtu, a su vez atrapado por Kwizera, que ponía fácilmente tierra de por medio con el eritreo en los siguientes hectómetros; fue a falta de 3000m, mediada la penúltima vuelta, cuando el vigente plusmarquista mundial de media maratón (57:31) Kiplimo decidió pisar el acelerador, desembarazándose claramente de Kwemoi, y es que el ugandés, bronce olímpico en 10.000m en los Juegos Olímpicos de Tokio, cubrió esa penúltima vuelta en unos espeluznantes 5:40 que decidieron la prueba a su favor; al toque de campana, eran ya trece segundos, 70 metros, la distancia entre Kiplimo y el dúo perseguidor que seguían conformando Kwemoi y Kwizera; el burundés tiraba con denuedo intentando despegarse del millero Kwemoi para evitar llegar al sprint con él mientras Kiplimo, que vestía doble camiseta naranja, sencillamente se deslizaba con pasmosa facilidad (5:38 para la postrera vuelta) e incrementaba hasta los 100m su renta sobre Kwemoi y Kwizera, que libraron un apasionante sprint en el que el keniata impuso su pedigrí de mediofondista para escoltar a Kiplimo en el pódium 15 segundos detrás del astro ugandés (26:00/26:15) que sellaba su segunda victoria en Atapuerca cinco años después de su victoria en 2018, cuando era áun un imberbe de 17 años.
Cerrado el podium, la pelea por la cuarta plaza deparó un gran espectáculo, protagonizado por el ganador en Amorebieta, el burundés Celestine Ndikumana, el ugandés Leonard Chemutai, segundo allí, y el israelí Tadesse Getahon, entrando finalmente por ese orden justo delante del primero de los españoles, Nassim Hassaous, que mantuvo durante toda la carrera un enconado duelo con Abdessamad Oukhelfen, que les llevó a adelantar en la última vuelta a Mebrahtu, mientras Sergio Paniagua cerraba el 'top-ten' 17 segundos por detrás de Hassaous, que aventajó en seis segundos a Oukhelfen, con respectivos cronos de 27:00 y 27:06, mientras Alejandro Quijada, nada menos que campeón de Europa sub-23 de 3.000 obstáculos, se erigía en primer español sub-23 en 27:39 por delante de Adam Maijó (27:46).