
En esta 1ª parte hablamos con Andrea Tankeu, que, junto a Magno Llopis, hizo historia para el sector en el pasado Europeo sub-18
El pasado julio, el Campeonato de Europa Sub-18 de 2024 celebrado en Banská Bystrica alumbró una nueva generación de lanzadores españoles que, liderada por la pesista-discóbola Andrea Tankeu y el martillista Magno Llopis, está llamada a mejorar sensiblemente el nivel de su sector en los años venideros. Entre Tankeu (plata en disco) y Llopis (bronce en martillo) sumaron un tercio de las 6 medallas cosechadas en tierras eslovacas por la delegación española y, lo más importante, firmaron un hito histórico: la primera vez que #EspañaAtletismo lograba dos medallas en lanzamientos en un gran campeonato (JJ.OO., Mundiales o Europeos) de cualquier categoría de edad (el único precedente similar se dio en el FOJE de 1995, gracias al pesista Iker Sukía y al discóbolo Mario Pestano).
Andrea Tankeu, santanderina de padres cameruneses, y Magno Llopis, grancanario de padre valenciano y madre cubana, comparten año de nacimiento, ascendencia foránea (total o parcial), pasión deportiva y un mismo sueño olímpico; pero a la vez difieren en muchos otros aspectos de su incipiente trayectoria o de su carácter. Hemos hablado con ambos para conocerlos mejor, empezando en esta primera parte por la joven cántabra.
De entrada, la que todos conocemos como Andrea Njimi Tankeu Djeudji (14-agosto-2007) nos revela que en realidad se llama al revés que en la nomenclatura oficial: Njimi Andrea (la bautizaron así por su tía Njimi y por su abuelo paterno André). Pero en su caso podría ser aplicable la propiedad conmutativa, ya que está acostumbrada a que la llamen sólo Andrea, y le gusta así.
La lanzadora cántabra se inició en el atletismo a una edad relativamente tardía, con 12 años, porque antes practicaba otros deportes, entre los cuales le gustan especialmente el balonmano y el patinaje artístico: “El balonmano se me daba muy bien, y al principio lo compaginaba con el atletismo. Pero claro, tuve que elegir uno porque entraba en la ESO, y ahí ya es descontrol total; sólo podía hacer un deporte porque si no no me iba a dar tiempo a hacer cosas”, explica.

EL “PRIMER AMOR” DE LA PLUSMARQUISTA ANDREA
Como la mayoría de niños, Andrea empezó tocando todas las disciplinas atléticas (fondo incluido) y, tras competir inicialmente en pruebas combinadas, acabó viendo que lo más le gustaba eran los lanzamientos, salvo la jabalina. Pero aunque ha acabado compatibilizando con éxito el peso y el disco, ella tiene claro cuál es su disciplina preferida: “Al principio hacía sólo peso y martillo, porque el disco de pequeña no me gustaba. Le tenía un odio total porque al principio no me salía, y veía a las otras niñas lanzar mejor que yo, y me frustraba. Luego ya me puse con el disco, pero le tenía amor-odio. Empecé a hacerlo en serio en el primer año de sub-18 y ahora bien, pero el peso es lo que más quiero, porque es lo primero que he hecho; es mi primer amor en los lanzamientos”.
A sus 17 añitos, la lanzadora del Atletismo Piélagos ya sabe lo que es batir 9 récords o mejores marcas de España en categorías menores; 7 en peso y 2 en disco. Como muestra de su precoz talento, en su primera competición que recogen las estadísticas oficiales, el 26 de agosto de 2020 en Los Corrales de Buelna, batió ¡por tres veces! la plusmarca sub-14 de peso. Pero curiosamente, Andrea ni recuerda bien esa competición ni fue consciente de su hito: “De por entonces sólo recuerdo que me dijeron que en lanzamientos era muy buena, porque tenía buena planta para lanzar, pero en ese momento no sabía ni lo que era el récord de España. Yo lanzaba porque me gustaba, y ya está”.
Njimi Andrea se entrena en una instalación deportiva de nombre harto inspirador, el Complejo Municipal Ruth Beitia, y tiene como entrenador nada menos que a un tal Ramón Torralbo. Así valora al famoso ‘50 por ciento’ de la campeona olímpica de altura en Río 2016: “Ramón es una parte de mí: me acompaña en los campeonatos, en los entrenamientos… y ahora mismo no me vería sin él, porque siempre estoy con él, me apoya… Hace ‘coaching’ antes de las competiciones: me dice ‘tienes que hacer esto, quitarte los nervios…’. Es muy especial”.
Unos nervios que, precisamente, señala como su principal hándicap en estos inicios de carrera atlética. Aunque no siempre le afectan igual, como ocurrió en su primera prueba en el Europeo Sub-18: el peso de 3 kg, donde empezó maravillando en la calificación con un nuevo récord nacional de la categoría (16.89), pero ya en la final no pudo pasar de 14.64 y tuvo que conformarse con ser 12ª. “Fue la decepción más grande de mi vida. En la calificación iba tranquila, porque para clasificarme directamente con la Q, me pedían una marca que yo no tenía [16.60]. Pensé: ‘Esa marca la tengo que pasar’. Y la pasé… Pero llegamos a la final y me atacaron los nervios. Y aunque intentaba ponerme como me decía el entrenador, no me salía y estaba frustrada. Así que pasó lo que pasó…”.
PLATA EN DISCO Y NERVIOS VENCIDOS
Andrea habría sido bronce de haber repetido esos 16.89 en la final (donde otras atletas de más de 18 y 17 metros también estuvieron muy lejos de sus marcas). Pero en los dos días posteriores, pudo sacarse la espina en el disco, donde llegaba como la única lanzadora por encima de 50 metros, y con su flamante récord de España sub-18 de 51.85 aún reciente. Aun así, la brillante plata que se colgó no la satisfizo del todo: “Esa final de disco me dejó un sabor agridulce. Yo venía con toda la ilusión del mundo, pensando: ‘He entrenado muchísimo para esto, y menos de 51 metros no puedo lanzar’. Tras mi récord en el campeonato de España en Málaga, yo iba mentalizada de que ‘aquí vengo a ganar’. Y en la calificación bien, porque me pedían 47.50 [y lo solventó con 48.90 al primer intento]”, empieza contando.
Sin embargo, en esa calificación ocurrió algo con lo que nuestra heroína no contaba: “Allí, la alemana [Nadjela Wepiwe] lanzó más de 53 metros. Y yo pensé, no me voy a poner nerviosa por esto, porque puede hacer cualquier cosa en la calificación y luego en la final es otro mundo… Llegó la final y, aunque yo intentaba relajarme, no podía, porque veía un ambiente diferente al que suelo ver; había mucha tensión y yo estaba muy nerviosa y temblando. Aun así, iba por delante de la alemana hasta que en su quinto lanzamiento me ganó [con 51.61]. Y yo dije, ‘no puede ser’. Pero es lo que toca; no se puede ganar todos los días, y aprendí que tengo que controlar más los nervios, porque si no me juegan malas pasadas”.
Con todo, hizo un concurso muy notable de menos a más (46.51 - 46.85 - 48.57 - x - 49.67 - 50.01), y acabó superando a la sorprendente croata Vita Barbic, que logró el bronce con 49.50 unas horas antes de imponerse en la jabalina. “Sí, no me puedo quejar: he quedado segunda de Europa, y a muchas niñas les gustaría estar en mi situación, así que en verdad me siento agradecida”, valora Andrea.
En categoría absoluta, pese a su juventud, la pupila de Ramón Torralbo ya se ha metido en el ‘top 20’ nacional de todos los tiempos en disco (19ª con 51.85) y está muy cerca de hacerlo también en peso (14.71 con el artefacto sénior de 4 kilos). Es más, se ha destapado con dos medallas de bronce en peso en sus dos primeros Campeonatos de España absolutos: el de aire libre de 2024 en La Nucía y el de ‘short track’ de 2025 en Madrid. En ambas ocasiones supo controlar su cabeza y estar tranquila; algo que no logró el primer día en La Nucía al quedar 8ª en disco (“y pensé, no sé por qué me pongo nerviosa, si ni siquiera es mi campeonato…pues yo iba allí para aprender, para ver cómo lanzan las mayores…”).

FÍSICO, TÉCNICA… Y MARKETING
Frente a ese punto débil que poco a poco va mejorando, también va haciendo valer el que considera su principal punto fuerte: “El físico, más que nada por genética. Entre las absolutas, yo soy la más pequeña, pero físicamente, a algunas las gano de cuerpo, o si no soy parecida. Y en mi categoría, es alucinante el físico que tengo en comparación a las demás”, destaca.
En el apartado técnico, choca bastante que una buena especialista de peso y disco como ella lance la bola de 4 kilos con el estilo lineal (algo de lo que tiene la culpa su inmersión más tardía en el disco). Pero según nos revela, no debería tardar mucho en empezar a lanzar también el peso con el estilo giratorio tan en boga: “Lo hemos hablado, y los entrenadores de la RFEA también han dicho que tengo que cambiarlo ya. Pero no es fácil. Yo estoy entrenando bien el estilo giratorio, pero cambiarlo así repentinamente en competiciones importantes, tiene sus puntos negativos para mí. Así que no me veo haciendo giratorio ahora mismo. Pero en un futuro sí, porque no me va a quedar otra, y porque me han dicho que con el potencial que tengo, ganaría muchos más metros”.
A esta futura estudiante de ADE y Marketing Internacional no le falta vocación a la hora de ‘vender’ su especialidad; algo que ya ha hecho con su hermano pequeño, quien le dice que quiere ser como ella: “Lo mejor de los lanzamientos es el compañerismo que hay entre nosotras. Y da igual con qué edad empieces a lanzar, porque si tú te pones, lo vas a conseguir. Pero ya es cuestión de ti mismo; es tener voluntad. Yo a mi hermano le animé a hacer lanzamientos, porque me veía y a él le gustaba. Y yo le decía: ‘es que es trabajo; si tú ves que lo quieres conseguir y puedes sacrificarte, hazlo. Si no, es una pérdida de tiempo y métete a otro deporte’. Porque no todo el mundo está dispuesto a sacrificarse físicamente, venir a entrenar todos los días, al gimnasio, alimentarse bien, dormir bien… Pero yo animo un montón a los niños a que se metan a los lanzamientos, aunque nos tengan un poco apartados en comparación con los velocistas o los fondistas, porque es una bonita disciplina y aprendes un montón”.
Respecto a sus próximas metas, en su primer año como sub-20, apunta al Europeo de la categoría que se celebrará el próximo agosto en Tampere (Finlandia). “Tras haber hecho ya la mínima en el peso y el disco, y pese a ser de las pequeñas, mi objetivo es quedar en el podio 100 por cien; por lo menos en el disco, que yo me veo con posibilidades. Y en un futuro más lejano, sueño con Los Ángeles 2028, porque mi entrenador me ve ahí, y me dice que yo lo valgo. Pero hay que trabajar muchísimo, y en eso estoy, para un día verme ahí y decir: lo he conseguido”, concluye.
