Las maratonianas de #EspañaAtletismo solventaron con suerte dispar una carrera durísima por las condiciones climatológicas que se encontraron en esta jornada matinal en Budapest.
El trío de españolas, liderado por la plusmarquista española Marta Galimany (2:26:14), escoltada muy bien por la segunda y tercera española de todos los tiempos Meritxell Soler (2:26:37) y Fátima Ouhaddou (2:26:44),llegaba al Mundial con ilusiones de hacer un gran papel a raíz de las marcas que las catapultaron al campeonato, el primero para Soler y Ouhaddou y el segundo para Galimany.
Con 23ºC y un 77% de humedad a las siete de la mañana, las tres optaron por la cautela desde el inicio, tratando de correr a ritmos controlados durante los primeros kilómetros para no cebarse con los ritmos de cabeza que pronto empezaron a marcar las favoritas. Entre ellas, la defensora del título Gotyton Gebreslase, Amane Beriso Shankule, Yalemzerf Yehualaw y Tsehay Gemechu, el cuarteto etíope, que pasaba los 10 km (35:31) dentro de un grupo de 20 atletas. Soler marcaba ese parcial a 17 segundos, Ouhaddou a 21 y Galimany, a 29.
El grupo de cabeza pasó el medio maratón en 1:14:29, a 3:33/km, con la misma veintena de corredoras a excepción de la que fuera campeona mundial en 2017, la bahreiní Rose Chelimo, retirada después de haberse descolgado con problemas físicos. Las españolas transcurrían ya a una amplia distancia del liderato, a 1:45 Soler, a 2:06 Galimany y todavía más lejos Ouhaddou, que ya sufría serios problemas y que acabaría por abandonar antes del km 26.
Desde aquí hasta el km 30 (1:44:26), la carrera se definió con un grupo que se reducía más y más hasta quedarse con 10 unidades y en el que las cuatro etíopes impusieron juntas un ritmo más exigente de 3:20/km. La selección comenzaba a hacerse, con la futura campeona Shankule más activa en cabeza de carrera. Soler había remontando hasta la 36ª plaza, a casi cinco minutos de las líderes, mientras que Galimany marchaba seis puestos por detrás a 19 segundos.
Entre el kilómetro 31 y el 32 se produjo un hecho que sería la clave de la prueba. Las cuatro etíopes decidieron dar un brusco cambio de ritmo y se marcharon en solitario sin respuesta de las kenianas ni de la israelí Lonah Salpeter (bronce en Oregón), ni tampoco de la combativa y sorprendente marroquí Fatima Ezzahra Gardadi. El ataque fue tan duro que una de las etíopes, Gemechu, tuvo que pararse y abandonar en el km 34, mientras sus compañeras aventajaban en 21 segundos a Salpeter y algo más a Gardadi. Para entonces, Soler ya había escalado hasta la 31ª plaza y Galimany había hecho lo propio hasta la 39ª.
Shankule se escapó de la vigilancia de sus compañeras en el penúltimo paso por el Puente de las Cadenas camino del túnel de Buda (km 37) y puso la directa, seguida de Gebreslase y Yehualaw, que parecía tener problemas... aunque en el km 38, justo antes de cruzar el puente por última vez, ya se había recuperado y había superado a la campeona de 2022. La marroquí Gardadi era cuarta y con una zancada muy enérgica se iba acercando cada vez más a la tercera plaza.
Aún pasarían más cosas en la parte más emocionante del maratón. Shankule enfilaba a buen ritmo los últimos kilómetros en busca del título, y aunque Gebreslase le recortaba distancias, acabó por proclamarse campeona con un crono de 2:24:23, 11 segundos más rápida que su compatriota, la ganadora de 2022. Yehualaw sufría una pájara y caía a la quinta posición, superada por Salpeter (cuarta) y por la sorprendente Gardadi, bronce en la carrera de su vida con 2:25:17, muy cerca de su marca personal.
Soler y Galimany aguantaban de lo lindo el apretón final, y mientras Meritxell escalaba algunos puestos para cruzar la meta 27ª (2:34:38) en el segundo maratón de su vida, la olímpica Marta Galimany mantenía su 38ª plaza (2:37:10) en un maratón de dureza extrema, como reconocían las propias atletas.
"Ha sido una carrera muy dura por el calor y la humedad, pero he mejorado 10 puestos respecto a cómo llegaba previamente y he mejorado mis expectativas. He podido ir cogiendo a rivales y ahora toca seguir luchando para lograr la plaza para París", reflexionaba Soler.
Galimany, por su parte, declaró: "No tuve mi día, y aunque había llegado muy preparada a este Mundial no encontré aquí mi mejor ritmo. Quería tirar para delante, pero las piernas no me respondieron, por lo que opté por seguir luchando aun sabiendo que no saldría la carrera que esperaba".