Primero practicó baile y luego llegó el baile de disciplinas, en el prefacio construyó la base, como debe ser, léase combinadas y después arribaron al catálogo la velocidad y la joya de la corona, el salto de longitud; se ha establecido ya en lo alto de la cucaña estadística de siempre por delante de atletas que quitan el hipo y sus 16 tiernos años se antojan garantes de un futuro más que halagüeño; si bien entrena con Juan Carlos Barrero, no se atisba barrera que se le resista.
El mes de junio resultó tan frenético como provechoso para Laura (3/11/2006), que cada vez que visitaba el pasillo de longitud se volvía a casa con marca personal, como si eso fuera coser y cantar; si el 11 de junio en el transcurso de la Liga Iberdrola brincaba hasta 6.38 (+1.8) , dos semanas después, a pesar de no haber viajado en avión, aterrizaba en Málaga hasta los 6.45m (+1.0) frisando ya el 6.50 esa medida a mitad de periplo entre los voluntariosos 6m y los elitistas 7m. Le preguntamos a esta alcorconera de pro cuáles son las razones capitales de esa mejoría, “creo que ahora se está viendo reflejado el trabajo que hemos estado haciendo durante todo el año; estos últimos meses hemos estado trabajando mucho la carrera y la batida de la longitud con mi entrenador y supongo que eso ha hecho que mejore mi marca”. Los vuelos sin motor de Laura han zarandeado con virulencia el ránking, no ya del año, sino ese otro tupido de marcas espectaculares que es el de todos los tiempos: resulta que las inquilinas de los dos primeros pisos se llamaban Fátima Diame (6.38) y María Vicente (6.37) con lo que en Madrid igualó la plusmarca nacional y en Málaga, tras descartar la posibilidad de compartir piso, decidió mudarse a un cómodo loft gracias a sus 6.45 malacitanos, aunque aún se le intuye el respeto que profesa a ambas, “claro, impone mucho mejorar los registros de María y Fátima, que son grandes atletas que han conseguido llegar a los Juegos Olímpicos y el hecho de superar sus marcas a la misma edad me hace pensar que yo también puedo conseguir grandes cosas”.
Laura tuvo su bautismo de fuego internacional en el Europeo sub-18 que se celebró en agosto del año pasado en Jerusalén; acudía entre el ramillete de favoritas al haber acreditado 6.21 un mes antes de la gran cita israelita, si bien su bisoñez no le favorecería y es que, de los 24 meses que comprenden la categoría sub-18, Laura había nacido en el 23º, “yo era realista y sabía que había gente muy buena y mejor que yo, así que lo que buscaba en ese campeonato era pasar a la final, porque únicamente había pasado una vez de los 6 metros, pero sabía que estaba para saltar mucho y me notaba bien”. Ese espinoso examen parcial que siempre es la calificación lo saldó con éxito, acreditando 5.91 que le ubicaron en una discreta novena plaza entre las doce finalistas, pero es bien sabido que la final es literalmente ‘otra historia’ y en el asalto definitivo disputó con bravura el concurso y con un segundo señor brinco de 6.24, marca personal, se colocó en las privilegiadas posiciones de pódium, aunque, garantía de éxito, Laura se había centrado en el proceso, más que en el resultado, “sinceramente, nunca pensé en las medallas, sólo pensé que era el momento donde tenía que darlo todo, hacerlo lo mejor que sabía y disfrutar; eso hice y salió bien”. No faltó el suspense y durante unos minutos el pódium parece haberse esfumado, “tanto la búlgara Chakarova como yo habíamos hecho 6.24, pero yo tenía un segundo mejor salto que el juez me dio como bueno, pero al terminar el concurso los búlgaros reclamaron y lo consideraron nulo, por lo que ella se colocó provisionalmente en tercer lugar al tener un segundo salto mejor que el mío, pero al final nos dieron a las dos terceras y recibimos sendos bronces; fue curioso porque, al terminar el concurso me llamaron para hacerme el control antidoping al haber sido tercera y durante esa hora y media que estuve allí no me enteré de nada y cuando salí ya me contaron todo lo que había pasado con las reclamaciones”; dicen que el atletismo es un deporte individual, pero siempre es bueno que haya ‘team spirit’, como Laura subraya, “sin la ayuda del equipo técnico de la federación no hubiera tenido la medalla”.
Su inicio de temporada bajo techo en 2023 fue espectacular, batiendo sendas plusmarcas en 60m (7.49) y longitud (6.28), amén de brillar en el Nacional sub-18 de pista cubierta de Salamanca con un doblete 60/longitud que solo se había visto ¡hace 25 años!, protagonizado por una tal Concha Montaner, y no solo fue eso… “fue un campeonato muy especial porque pude compartir el pódium de longitud con mi compañera de club Carla García, que además es mi amiga y me alegré mucho por ella; se lo merecía y espero compartir muchos más pódiums con ella”. Tiene bemoles la situación que tiene Laura a la hora de entrenar y es que el estado de las pistas de Alcorcón deja mucho que desear, “llevan diciendo mucho tiempo que van a arreglar la pista y que van a poner una solución, pero el único arreglo que han hecho ha sido parchear una parte de la pista y ahora está casi peor, porque vas corriendo y te vas torciendo el tobillo o pisas un agujero y vas con los clavos y te resbalas. Durante el tiempo que llevo yo en atletismo no han hecho mucho y tampoco se les ve interesados en arreglarlo.”
Nos relata a continuación qué circunstancias rodearon sus inicios en el atletismo y cuál fue su primera especialidad, “yo antes hacía baile, pero no me gustaba y les dije a mis padres que no quería seguir bailando; mi madre me dijo que tenía que hacer algún deporte así que me dijo que probara en el atletismo, probé y me gustó; en sub-16 gané un par de medallas a nivel nacional en combinadas y aún sigo haciendo ‘combis’ y entrenándolas, espero seguir haciéndolas todo el tiempo que pueda, porque es lo que más me gusta del atletismo ya que al entrenar cada día una cosa diferente no me aburro nunca”. A ello contribuye sobremanera su mentor, Juan Carlos Barrero, “Juancar es el mejor, siempre está pendiente y te ayuda en lo que necesites. Me ha ayudado mucho y he aprendido un montón durante este tiempo que he estado con él, que son ya cinco años”. Laura también ha demostrado un conspicuo nivel en los 100m, descendiendo ya a su tierna edad de la cota de los 12 segundos, firmando 11.85 en junio con viento nulo, “me gusta hacer 100 y 200, y el 60 en pista cubierta, también entreno para ello y bajar tanto mi marca me alegró mucho”. Los puntos que aportó a su equipo fueron pilar fundamental para que el C.A. Alcorcón haya retornado a la División de Honor tras alzarse brillantemente con el título de Primera División, “el único secreto es el esfuerzo de cada una del equipo y de todos los que están detrás de todo el trabajo”, reflexiona Laura.
Sobre su plan de entrenamiento nos comenta, “entreno una hora y media todos los días de lunes a jueves y también el fin de semana si no tengo competición. Los entrenos que menos me gustan son los de pretemporada, pero me gusta mucho entrenar las vallas y las series cortas o la fuerza”; en todo caso, es consciente de cuál es su punto fuerte, “creo que puedo mejorar en todo, la técnica y la caída hay que mejorarla, pero tengo mucha fuerza y eso ayuda para impulsarme y saltar”. Los que empiecen a conocer a Laura ahora pensarán aquello de “salto de longitud, ¡menuda competencia le espera a Laura a nivel absoluto! con la mejor generación de saltadoras españolas de la historia, incluyendo a tres que han alcanzado en las últimas temporadas los 6.80, Fátima Diame, Tessy Ebosele y María Vicente, “sí, este año hay un gran nivel de longitud femenina en España y eso creo que puede ayudarme a mí y a las demás a mejorar; creo que con María no he coincidido todavía, pero con Fátima y Tessy coincidí en el campeonato de España absoluto de pista cubierta este año; espero coincidir más veces y aprender de ellas porque son grandes atletas y ejemplos de buenas deportistas”. Las marcas de Laura van por delante de su edad, como demuestra el hecho de que a sus 16 años posea de largo la mínima (6.15) para competir en el Europeo sub-20 de Jerusalén a celebrar dentro de un mes, “la mínima del campeonato la tengo, pero sinceramente no sé si me seleccionarán al ser un campeonato sub-20 y ser yo sub-18 pero, si puedo ir, por supuesto que competiré y me lo prepararé como debo; volver a Jerusalén me haría mucha ilusión, porque el año pasado me lo pasé muy bien y el principal objetivo allí sería disfrutar y darlo todo”, comenta una esperanzada Laura, que además haría valer su conocimiento de la sede tras su éxito en 2022, “supongo que hará mucho calor como el año pasado, pero la pista me encantó y el pasillo de longitud y el foso están muy bien; también corrí el relevo 4x100 y me pareció que la pista era rápida. En cuanto a la altitud, es una ventaja que sea la misma más o menos que la de Madrid porque al final estás acostumbrada a ella y es una cosa menos por la que preocuparse”, analiza.
Si sobre el tartán Laura se debate entre la longitud, el 60, el 100 e incluso las combinadas, a nivel universitario las opciones se multiplican aún más y la decisión, como el cielo, tendrá que esperar, “la verdad es que no tengo ni idea de qué voy a estudiar dentro de un año ni de lo que quiero ser de mayor, voy poco a poco”. La longitud es una disciplina bastante lesiva y Laura nos cuenta cómo surfea y soslaya las complicaciones físicas inherentes a su especialidad, “de momento no he tenido ninguna lesión seria y esperemos que no llegue, pero esta temporada, sobre todo en pista cubierta, me ha molestado bastante el tobillo porque no tenía bien cogida la carrera de la longitud y batía mal, aunque ahora lo hemos estado entrenando, lo hemos mejorado y ya casi no me duele. Y luego siempre está presente la periostitis”; desde su enfoque juvenil, sondeamos a Laura sobre cómo podría conseguirse que el atletismo tuviera más repercusión y por ende medios, “últimamente se están echando muchos campeonatos por streaming y creo que eso es una gran mejora; yo echaría más atletismo por la ‘tele’ y le daría más publicidad, dándole más importancia en la prensa y en las noticias, ya que a veces se le da muy poca cobertura”.
Por último, Laura tiene claro que qué es lo que más le gusta del atletismo, “me encanta irme de concentración y competir fuera de Madrid para así poder ver a toda la gente; sin duda, el viaje a Jerusalén del año pasado es de los mejores de mi vida, no solo por lo que llegué a conseguir, sino por toda esa gente que conocí y el buen equipo que hicimos. Me lo pasé muy bien y guardo muy buenos recuerdos de esa experiencia, las amistades que haces con el atletismo son muy especiales”, remata; este fin de semana, en el precioso Gijón, disputará la longitud en el Nacional sub-18, “tengo muchísimas ganas de competir allí y creo que puede salir una buena competición”, Y, sobre todo, volverá a ver a ‘toda la gente’".