Lorea Ibarzabal: “Si logro estar sana podré mantener y mejorar mi nivel de 2023”

Es locuaz Lorea Ibarzabal (1994). Habla con ritmo y frescura para repasar la mejor temporada, por mucho, de su carrera deportiva. 2023 le ha llevado a establecerse en la élite de nuestro deporte, a debutar con España Atletismo y a conseguir su primer contrato profesional. Una auténtica revolución vital que no pudo tener la guinda que merecía en el Campeonato del Mundo de Budapest, donde sufrió el desgaste de vivir nueve meses (desde la pista cubierta hasta el aire libre) en estado de gracia. Hablamos con ella sobre todo lo ocurrido en este tiempo, sus sensaciones y sus aprendizajes. También de sus ambiciones de cara a un 2024 repleto de objetivos y con una cita, los Juegos Olímpicos de París, marcada con el rojo con el que se indican los sueños por cumplir.

¿Te ha dado tiempo a recuperarte del "chasco" de Budapest?

No lo he querido pensar mucho mientras he estado de vacaciones pero ahora sí que he analizado qué pudo haber pasado y es verdad que ha sido una temporada muy larga desde la pista cubierta. Tenía expectativas muy altas y quizá llegué a Budapest algo cansada física y mentalmente. Tenía presiones que me ponía yo misma y también que llegaban del exterior. Me dio mucha pena acabar así un año tan bueno pero he aprendido mucho.

¿Y qué es eso que has aprendido?

Creo que no fui consciente del escenario en el que estaba y se me hizo grande. En el Campeonato de Europa de Pista Cubierta todo estaba mucho más igualado pero en Budapest… es otro escenario. Creo que no estaba mentalizada ni preparada para ese gran momento. En ese aspecto tengo que trabajar para que no me vuelva a pasar.

Lo vimos en el Mundial de milla en ruta con Faith Kipyegon: la perfección no existe.

Llevaba un año muy bueno, parecía que no iba a fallar pero lo hice en uno de los días en los que más visibilidad tienes. De algún modo fallé a todos los que me seguían y no lo supe gestionar.

¿Cómo se ve la Lorea Ibarzabal atleta cuando se mira al espejo a día de hoy?

El otro día estuve viendo mis carreras de todo este año desde la pista cubierta y a veces no termino de creerme que justo hace un año comenzaba una temporada más y que iba a conseguir todo esto. Estoy muy orgullosa de mí misma, de haber dado la vuelta a tantas cosas y haber tenido la cabeza en el atletismo pero de otra manera. Convertirme en una de las mejores ochocentistas de la historia de España es una pasada. Me hace muy feliz poder hacer disfrutar a mi familia y amigos con mis carreras y levantarles del sofá de la emoción de vez en cuando. ¡He enganchado a más de uno al atletismo en estos últimos meses!

¿Y la Lorea persona? ¿Has cambiado mucho en este último año en el que te has revolucionado a nivel deportivo?

He crecido en ambas partes. Por todo lo que he pasado a nivel personal he madurado en otro aspecto y he visto la vida de otra manera. Me siento igual, la verdad, pero sí que estoy más segura en la pista.

Decía Esther Guerrero que ella no admira tanto a las atletas que han conseguido algún logro importante de forma puntual, sino a aquellas que han sido capaces de estar en grandes finales una y otra vez. ¿Qué tiene que hacer Lorea Ibarzabal para que lo alcanzado en 2023 no sea flor de un día?

Mantenerme sana. Llevo dos años enteros sin ninguna lesión, sin tener que parar, sin molestias. Y esa es una de las claves principales de que haya corrido así este año. Si lo logro y puedo entrenar como lo he hecho este año podré seguir en mi nivel y mejorarlo. Estoy de acuerdo en que lo difícil no es llegar sino mantenerse. Por eso, el objetivo es seguir sana en 2024 ya que hemos conseguido dar con la tecla que nos funciona.

Y el sueño olímpico, tan cerca ya… ¿Piensas mucho en ello?

No pienso demasiado en ello pero sí que es un objetivo. Antes decía que era un sueño improbable pero ahora es un objetivo factible y muy ilusionante. Creo que es el gran objetivo de todos los atletas para el año que viene. Todo el año va a estar encaminado a lograr una de las tres plazas para estar en París.

¿Te quita el sueño?

Siendo realista creo que estoy en un momento muy bueno y con lo que he hecho este año estoy en una buena posición para acudir a esos Juegos. Si lo lograse sería mucho más de lo que hubiese imaginado hace unos años. Me podría retirar muy contenta y satisfecha. Eso sí, no me quita el sueño: hay más vida más allá del atletismo.

Eres de las atletas a las que su familia siempre va a ver competir. Estuvieron en Estambul, estuvieron en Budapest. ¿Cómo están viviendo ellos esta etapa?

Siempre han estado ahí, desde muy pequeña. Incluso cuando estuve en Estados Unidos estudiando me vinieron a ver correr allí. Este año que me ha salido casi todo bien lo han disfrutado muchísimo más. Hacer el 1:59 en Madrid, en mi casa, con mis padres en la grada es, junto con el cuarto puesto del Europeo de Estambul, mi mayor logro deportivo. Que me puedan acompañar en estos momentos es muy emocionante, lo disfrutan muchísimo.

Y Uriel Reguero, más allá del entrenamiento, ¿qué te ha enseñado?

A ser constante y a creer en mí misma. Uri, fuera de mi familia, fue el único que confió en mí al volver de Estados Unidos. Cuando nos íbamos a estudiar y competir allí parecía que desaparecíamos del mapa, algo que ahora ha cambiado mucho. Cuando volví siempre me apoyó y vio que tenía potencial. No sé si pensaba que podía llegar a bajar de dos minutos pero estoy muy agradecida porque sin su confianza lo hubiese dejado hace mucho tiempo.

Ha sido tu gran protector en los momentos duros. La implicación de entrenadores como él es total.

Es que este año se lo debo todo a él. He pasado momentos muy malos y Uri podría no haberse involucrado. Más que entrenador, es un amigo o un padre, como lo quieras llamar. Un gran apoyo. Gracias a él he podido gestionar momentos muy malos, como antes de las eliminatorias de Estambul. Calentando me vine abajo pensando en Bea porque justo ese día era su cumpleaños (su amiga fallecida en octubre de 2022) y si él no hubiese estado allí el resultado hubiese sido diferente. Es un pilar fundamental en los entrenamientos pero también en lo personal. Hace que nos lo creamos.

Ya en el club de los ‘sub 2 minutos’, una barrera mítica que, bien es verdad, estamos viendo cómo cada vez deja de ser más inaccesible. De hecho las mínimas para los grandes campeonatos a nivel global ya están por debajo de esa marca. ¿Cómo valoras este hecho? Es decir, si hace seis años si pensabas en ti corriendo por debajo de 2 minutos dirías: sería una top 10 mundial. Pero ahora no es así.

Creo que las mínimas se han endurecido muchísimo y las barreras de los 2 minutos y los 4 minutos para otros países parecen haber desaparecido, pero en España siguen siendo muy importantes. De hecho, Natalia Rodríguez sigue siendo la única en haber bajado de 4 minutos en 1500. Romper esa barrera fue alucinante independientemente de que el resto del mundo lo haga de forma tan fácil. Ahora con 1:59 te puedes quedar fuera de unos Juegos Olímpicos. Es como una contradicción: tú corres muy rápido pero el resto de atletas todavía más.

¿Y qué se siente cuando algunos parecen infravalorar marcas como la tuya por la nueva tecnología en el tartán, las zapatillas, el entrenamiento, la nutrición, etc.?

Me da bastante igual la opinión de cualquiera que esté en el sofá y que no haya logrado nada esto. Estoy super feliz y orgullosa de mi 1:59 y bastante duro es conseguirlo como para que algunos te lo intenten minusvalorar. A los haters del atletismo no les hago ni caso. El atletismo evoluciona y las marcas van a mejorar.

Planes para 2024. Dónde y cómo quieres entrenar (¿quizá en altitud?) y cuál sería el camino perfecto hacia Roma y París.

De momento no vamos a hacer altitud. Vamos a entrenar en Valladolid estos meses y en diciembre iremos a Portugal. Todavía no nos hemos sentado a hacer la planificación pero todo depende de los criterios de la RFEA para el verano. Mi objetivo es estar en los tres campeonatos: Mundial de cubierta en Glasgow, Europeo de Roma y Juegos Olímpicos de París.

La última. Nuestro deporte, aunque con sus rivalidades, respira un buen ambiente generalizado entre atletas. En tu caso, estás compartiendo esta etapa deportiva con dos personas, Marta García y Lorena Martín, que no están de paso en tu vida. Cuando os retiréis del deporte seguiréis siendo amigas.

Es una pasada. Lorena y yo vinimos con Uri con 2:07 de Estados Unidos y tenemos una trayectoria muy parecida en cuanto a lesiones y baches. Estar las dos en la misma prueba, en el día a día, estar en un Mundial, hacer 2:00 y 1:59… es una pasada compartirlo porque son mis mejores amigas. Hemos vivido juntas. Es verdad que Marta este año al estar más tiempo fuera de España ha hecho otro tipo de vida pero las tres tenemos una gran amistad y ojalá estar juntas en París. Cuando vivíamos en el mismo piso hace unos años lo teníamos en mente pero yo lo veía muy lejos. Ahora estamos las tres en posición de lucharlo y eso es alucinante. Me gusta pensar que cuando esto se acabe podré revivir estos momentos con ellas.

HISTORIAL DEPORTIVO DE LOREA IBARZABAL