Los 5 mejores momentos (y más) de Manuel Olmedo con #EspañaAtletismo

Tres de ellos lo llevaron a ser elegido mejor atleta español de 2011
Martes, 9 de Abril de 2024
Antonio Aparicio
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Manuel Olmedo, mejor atleta español de 2011
RFEA/Miguelez Team

El mejor atleta español de 2011 repasa y valora con nosotros su trayectoria internacional con #EspañaAtletismo ―un equipo nacional al que, asegura, siempre quiso “poder aportar lo máximo”―, con especial atención a los que considera sus cinco mejores momentos (todos ellos comprendidos entre 2008 y ese mágico 2011). Además, Manuel Olmedo no se olvida de sus tempranos éxitos en categorías menores ni de su mejor actuación en unos JJ.OO.; una experiencia que, pese a sus tintes amargos, acabó resultando más positiva de lo que parecía.

Olmedo en el Mundial de Daegu 2011

 

1) MUNDIAL DE DAEGU 2011: Un cuarto puesto más valioso que sus medallas

El sevillano tiene claro que, por encima de sus dos medallas europeas absolutas y otros triunfos como internacional, el momento que encabeza su currículo atlético con letras de oro es su 4º puesto en  los 1.500 metros de aquella cita mundialista coreana que deparó muy pocas alegrías para #EspañaAtletismo. En esa carrera, nuestro protagonista fue el mejor europeo con diferencia (con 3:36.33), sólo superado por los kenianos Asbel Kiprop (3:35.69) y Silas Kiplagat (3:35.92) y el estadounidense Matthew Centrowitz (que le privó del bronce por apenas 25 centésimas). Así lo valora el entonces discípulo de Enrique Pascual:

“Era mi primer Mundial en 1.500m, y logré un 4º puesto muy cerca de las medallas. Creo que para cualquier atleta que se dedique a esto, pensar que va a estar luchando por una medalla en un Mundial de atletismo hasta el último metro es un sueño. A mí ese día se me cumplió. Hay personas que no ven un gran resultado si no es una medalla. Pero detrás de cada campeonato hay una historia, una preparación. Fue muy duro conseguir un estado de forma como el de ese día, en una cita donde había que responder a tres carreras y a cualquier ritmo. Considero que es mi mejor carrera, y que poco más podía dar”. 

Olmedo campeón de Europa en París 2011

 

2) EUROINDOOR DE PARÍS 2011: El día que hizo sonar el himno de España

Seis meses antes, vivió el momento que ocupa sin dudarlo el segundo escalón de su podio particular. No en vano, el triunfo que obtuvo en la capital francesa (también en el ‘milqui’), aun siendo ‘sólo’ a escala continental, le procuró su primer y único oro en un gran campeonato, mejorando el valor de las tres medallas europeas (dos en categoría sub-23) que lucía hasta entonces en su palmarés. En aquella final, Manuel Olmedo pudo con el correoso y crecido turco (Kemal Koyuncu) que ya le había pisado los talones en la eliminatoria. Y entre otros rivales notables, dejó fuera del podio al reciente subcampeón europeo al aire libre, el alemán Carsten Schlangen (4º) y a los otros dos españoles en liza (Juan Carlos Higuero 6º y Diego Ruiz 9º).  

“Fue probablemente uno de los días más felices de mi vida”, rememora el hispalense. “Tenía la certeza de que estaba en mi mejor momento. Había realizado grandes entrenamientos, y compitiendo estaba muy regular. Creo que leí la carrera muy bien y que di los pasos justos para llegar a la última vuelta intacto y con fuerzas. Siempre he sabido que si llego a la última recta [con opciones] soy muy competitivo. Ese día logré hacer sonar el himno de España en el pódium; esos momentos hacen que todo lo sufrido y entrenado cobre sentido”. 

Olmedo junto a Arturo casado en Barcelona 2010

 

3) EUROPEO DE BARCELONA 2010: Un estreno en el ‘milqui’ difícilmente mejorable

2010 fue el año en que Manolo Olmedo, tras toda una década destacando en los 800m pero sin terminar de rematar la faena (con un 5º puesto en el Euroindoor de Turín 2009 como única plaza de finalista en grandes competiciones absolutas), decidió al fin jugársela y dar el salto a la distancia superior de la mano de su prestigioso entrenador. Y la jugada no pudo salirle mejor, colgándose el bronce en su primer gran campeonato como ‘millero’… “Mis referentes siempre fueron atletas de 1.500m, pero realmente yo no confiaba ni creía que pudiera valer para esta distancia”, admite. “Enrique Pascual fue la persona que hizo esa transición, y creía más en mí que yo mismo. Él lo tenía claro... Ese 2010 fue complicado al principio ya que no tenía experiencia en 1.500m, pero llegué al Europeo de Barcelona como campeón de España de la distancia, y eso me generaba una gran confianza”. 

 Al final, sólo 2 centésimas le separaron del subcampeón (Carsten Schlangen, a quien sí doblegó el siguiente invierno en París), pero pudo compartir podio en la Ciudad Condal con el indiscutible campeón, Arturo Casado, y 13 centésimas por delante del gran Reyes Estévez (4º). Así rememora lo ocurrido: “Recuerdo perfectamente que me equivoqué de táctica y salí muy atrás en una carrera muy lenta; un gran Arturo Casado asumió el control y no dio opciones. Gracias a una gran concentración en mi última vuelta, donde sólo pensaba en escalar posiciones, llegué a la última recta con opciones de luchar por las medallas. En el último momento logré un bronce que, tal como se dio la carrera, me supo a oro. Fue un gran día, al poder conseguir una medalla en una prueba nueva para mí y además en mi país, junto a otro compañero en el podio”.

4) COPA DE EUROPA DE ANNECY 2008: Su mayor logro como ochocentista

Tras debutar como internacional absoluto con sólo 18 años en el Euroindoor de Viena 2002 y ser olímpico en Atenas 2004, el mediofondista andaluz creció competitivamente en Gotemburgo 2006 (quedándose a 14 centésimas de la final europea), y fue también semifinalista en el Mundial de Osaka 2007. Pero su mayor éxito en los 800m llegó al fin en la Superliga disputada en la “Venecia de los Alpes”, donde se impuso por delante de toda una estrella en ciernes como el polaco Marcin Lewandowski. Un triunfo que tuvo un sabor doblemente especial para él: “Siempre es un orgullo competir con la Selección, y más aún poder sentir que tu aportación es importante. El haber conseguido el mayor número de puntos fue todo un honor. Personalmente, ese triunfo reforzó mi seguridad para este tipo de competiciones”, destaca. 

5) EUROPEO DE SELECCIONES DE ESTOCOLMO 2011: ¡Dos triunfos en dos Superligas!

Tres años después, ya reconvertido a ‘millero’ y en la rebautizada versión de la clásica Copa de Europa, Manuel Olmedo se confirmó como un auténtico seguro de vida para #EspañaAtletismo en esta competición. Y es que, con su intratable victoria en la capital sueca con 3:38.63 (sólo inquietado seriamente por el ruso Valentin Smirnov, 3:38.89), dio el máximo de puntos al combinado español en las dos Superligas continentales que disputó. “Es cierto que las dos veces que he acudido al Europeo de Selecciones he conseguido la victoria. Le doy tanto valor a esos triunfos porque son para el equipo nacional.  Para mí siempre ha sido importante poder aportar lo máximo que estuviera en mí en este tipo de competiciones”.

Olmedo y sus dos victorias en la Copa de Europa

 

Sus éxitos precoces… y aquella espinita pequinesa que no lo fue tanto

Fuera de esos cinco grandes momentos en categoría absoluta, Olmedo ya empezó a sentar las bases de lo que estaba por venir con un buen ramillete de éxitos internacionales en categorías menores, todos ellos en 800 metros. Concretamente, un 8º puesto en el Europeo Júnior de Grosseto 2001, otra 8ª plaza en el Mundial Júnior de Kingston 2002, y dos medallas en Europeos Sub-23 (bronce en Bydgoszcz 2003 y plata en Erfurt 2005). “Todos esos son grandes recuerdos; siempre viví el atletismo como algo que me hacía feliz. Pero por encima de los resultados, están las experiencias y aprendizajes de estas categorías”, destaca. 

En el apartado de decepciones durante su trayectoria con #EspañaAtletismo, cabría apuntar a que, en sus dos participaciones olímpicas, no pudo disfrutar de resultados tan placenteros como los logrados en Europeos o en el Mundial de 2011. Y eso que en Pekín 2008 acarició la gloria, al quedarse a sólo 6 centésimas de la final… Pero bien mirado por él mismo, no hay mal que por bien no venga: “Ojalá pudiera haber competido en una final olímpica. Está claro que si no lo logré es porque en ese momento no lo merecía. Pero verlo tan cerca y no lograrlo quizás fuera el inicio de que empezara a pensar en los 1.500m. La vida es así; algunas experiencias que parecen negativas te llevan a otras mejores”. 

Esa cita pequinesa también le confirió cierta notoriedad extradeportiva para el gran público, debido a aquel pequeño incidente verbal y televisivo que protagonizó en la zona mixta tras haber acariciado una final olímpica que —ojo al dato—, hasta los pasados JJ.OO. con Adrián Ben, ningún ochocentista español masculino había alcanzado. “Que la persona que está retransmitiendo en la cadena nacional juzgue tu actuación como algo negativo... Si fuera cierto pues hay que asumirlo, pero no lo era. En ese momento, y recién terminada la carrera, es verdad que le hablé con un tono poco correcto debido a lo exhausto que estaba de la competición, pero en ningún momento le insulté ni falté al respeto, como hay personas que todavía dicen. Después hicimos un reencuentro donde solucionamos el malentendido. Por mi parte quedó todo en una anécdota, y coincidimos en muchos más campeonatos sin ningún tipo de problemas”, zanja.  

 

HISTORIAL DEPORTIVO DE MANUEL OLMEDO