La 44ª edición del Zurich Marató de Barcelona, encuadrado en el circuito World Athletics Label Road Races con la categoría Gold, respondió con creces a las expectativas y se llevó al zurrón dos nuevos récords de la prueba haciendo añicos, sobre todo en la vertiente femenina, los anteriores registros que se consiguieron apenas hace 10 meses. A diferencia de tantas ocasiones, los siempre aventurados pronósticos se cumplieron y fueron dos de los atletas que partían en la primera tanda de favoritos quienes impusieron la ley del cronómetro en un evento de una densidad espectacular, con cuatro varones descendiendo del anterior récord y de la cota de los 2:06 y, similarmente, otras cuatro mujeres por debajo de 2:23 y la vieja plusmarca.
Perfectamente guiados por las liebres elegidas por la organización, los kenianos Abednego Cheruiyot y Tarus Philip Kiprono, todos los grandes nombres empezaron a devorar kilómetros a un frenético ritmo de 2:56 para unos primeros parciales de 14:41 por los 5 km y un todavía más veloz 29:15 por los 10 km. A esas alturas eran aún más de 20 unidades las que viajaban en el grupo cabecero, sobresaliendo en los primeros lugares especialistas como el turco Kaan Kigen Özbilen y el etíope Adugna Takele Bekele. La cadencia orquestada por las liebres siguió su curso camino de la media y el ecuador se cruzó en unos prometedores 1:02:22, con más de 30 segundos de margen sobre el ritmo necesario para mejorar los 2:05:53 del curso pasado. Quizás la duda era si no se trataba de un parcial demasiado ambicioso que diera finalmente al traste con ese objetivo, pero nada menos que 12 unidades conformaban aún el grupo de cabeza y no parecía verosímil, como después se confirmó, que todas ellas pincharan en la segunda parte.
El primer marcapasos, Tarus Philip Kiprono, abandonó poco después del kilómetro 28, mientras Abednego Cheruiyot sí alcanzó como estaba previsto la cota de los 30 km, si bien la velocidad había descendido en los últimos kilómetros para un parcial de 30:00 del kilómetro 20 al 30. Este se alcanzó en 1:29:07, con nueve atletas aún con posibilidades de victoria de una miscelánea de nacionalidades: Özbilen (Turquía), El Goumri (Marruecos), Marius Kimutai (Baréin), Adugna Takele (Etiopía), Ogbe Kibrom (Eritrea), Tadesse Abraham (Suiza), Joel Kemboi Kimurer, Kenneth Keter y Leonard Barsoton (Kenia). El primero en caer de ese grupo de cabeza fue Takele, al que pronto siguieron Barsoton y Keter, con lo que el elenco de cabeza se reducía a seis en el kilómetro 32 y un parcial de 14:44 del 30 al 35 provocó que solo aguantaran el ritmo de cabeza Özbilen, Kimutai y El Goumri. Para entonces, se antojaba evidente que la plusmarca de la prueba tenía los minutos contados, máxime teniendo en cuenta que la lucha en pos del triunfo iba a resultar encarnizada.
El primero en ceder, en el transcurso del 39º kilómetro, fue Özbilen, que volvió a saldar sin victoria su 17º maratón. Kimutai, conocedor del circuito al haber participado ya en 2021, hizo valer esa circunstancia y, sobre todo, su mejor momento de forma para doblegar en los hectómetros finales a El Goumri, firmando a sus 30 años unos espectaculares 2:05:06, solo superados a nivel mundial en 2023 por el crono vencedor que deparó Sevilla hace cuatro semanas. (Gadisa Shumie, 2:04:59). El Goumri también mejoró ampliamente su marca personal con 2:05:12 y Özbilen se subió al peldaño más bajo del podio con 2:05:37. El italiano Iliass Aouani, que esta temporada se ha prodigado no poco por la geografía española este invierno, batió el récord italiano con 2:07:16 en novena posición.
La prueba femenina comenzó a un ritmo sostenido de 3:15/3:16 el kilómetro, con una cascada de etíopes tras los pasos de la liebre, el etíope Abebe Adissu Zewude: la finalmente vencedora Zeineba Yimer, Buzunesh Getachew, Zenebu Fikadu y Azmera Gebru, completando el sexteto inicial que se formó de salida una keniana, Sally Chepyego, y una rumana, Delvine Meringor. Juntas arribaron al 10º kilómetro en 32:28, dejando claras sus aspiraciones de atacar con éxito el 2:23:11 que figuraba como récord del evento. Por la media, el ritmo se mantenía casi milimétricamente para alcanzar ese punto en unos vertiginosos 1:09:02, con un margen brutal de dos minutos y medio con respecto a la vigente plusmarca. La única en acusar esa cadencia antes del ecuador fue Gebru, que perdía 34 segundos en ese punto. También Fikadu empezó poco después a divisar en lontananza a las líderes y antes del kilómetro 30 Getachew dio síntomas de fatiga, dejando a Yimer como única etíope en cabeza disputándose el podio con Chepyego y Meringor.
Era la keniana quien corría más cercana a las liebres seguida de la rumana, mientras una astuta Yimer, que ya sabía los que es correr por debajo de 2:20, permanecía un paso por detrás de sus compañeras de escapada. En todo caso, la frenética primera mitad empezaba a hacer mella incluso en las líderes y los siguientes parciales, del km 30 al 35 y del 35 al 40, se revelaron como los menos veloces de la prueba, con un 34:08 en ese tramo conjunto. Meringor perdió comba antes de alcanzar el kilómetro 40 y en ese punto empezó a tensar la cuerda Yimer, que aventajaba en un par de segundos a Chepyego y que no hizo más que fortificar su liderazgo en los dos postreros kilómetros para destrozar por más de tres minutos el récord, situándolo en 2:19:44 que, como todo registro por debajo de la cota de los 2:20, suena ya 'diferente' y de nivel mundial. Si bien se le escapó por 16 segundos su mejor marca personal, Yimer se apuntó una victoria de prestigio ante Chepyego, que sí firmó su mejor crono con 2:20:03, a las puertas de los elitistas 2:19. Es Meringor la que puede presumir de haber mejorado por mayor margen su anterior mejor prestación, cortesía de su 2:20:49 (venía con 2:25:04). La cuarta atleta que corrió más rápido que el anterior récord fue Getachew, con marca personal de 2:22:38.
Con los 2:19:44 de Yimer, Barcelona se convierte en la tercera española en romper la barrera femenina de las 2:20 tras Valencia y Sevilla. El registro de la etíope, además, la coloca sexta en el ranking mundial de 2023.