Madrid acogerá el próximo mes de junio la undécima edición del Campeonato de Europa de Naciones, en su máxima categoría, la Primera División. Una competición apasionante para los aficionados al atletismo, tanto en su formato y denominación actual como en formatos más antiguos y con la denominación de Copa de Europa. En el europeo de naciones, o por equipos, pasan a un segundo plano los atletas, pasan a un segundo plano las marcas, porque lo que cuentan son los puestos, el vencer a tus rivales para sumar el máximo número de puntos. Es una competición en la que nuestro deporte, eminentemente individual, pasa a ser colectivo, y en el que se celebran tanto las victorias esperadas como los puestos ganados a la previa y teórica puntuación sobre el papel. Una competición en la que los puntos aportados por cada atleta no son suyos, son de todos, y en la que el éxito o el fracaso no es de uno sino de todos.
Veamos cómo ha evolucionado el atletismo en Madrid, desde hace más de un siglo al actual estadio de Vallehermoso en el que se desarrollará el Campeonato de Europa de Naciones. No fueron fáciles los comienzos del atletismo en Madrid, al igual que en el resto de España. Los recintos que acogieron en las primeras décadas del siglo XX a nuestro deporte en la capital fueron siempre modestos, normalmente campos de fútbol de tierra sobre el que se dibujaban con cal las líneas de la pista. El estadio Metropolitano, también compartido con el fútbol, fue el primer escenario en 1926 con una pista alrededor del rectángulo de césped, de 400 metros de cuerda. Pero allí el atletismo sólo estuvo muy de paso en los años 20 del siglo XX.
En la época en la que en Barcelona se levanta el majestuoso estadio de Montjuïc, uno de los mejores recintos deportivos del mundo en aquellos tiempos, Madrid se tiene que conformar con la humilde pista de la Ciudad Universitaria, de sólo 300 metros de cuerda. Aquel recinto, modesto para una capital, que sufrió los daños de la Guerra Civil y que asombrosamente sigue existiendo en la actualidad, fue sin embargo el epicentro del atletismo madrileño, y no pocas veces del atletismo nacional, durante los años 30, 40 y 50 del pasado siglo.
Fue en 1961 cuando se inaugura el estadio de Vallehermoso, llamado así por estar situado al final de la calle del mismo nombre, en los antiguos terrenos que ocupaba un cementerio. Vallehermoso era ya otra cosa, muy superior en todos los sentidos a la vetusta pista de la Ciudad Universitaria, y produce un cambio radical en el atletismo madrileño, pues a partir de 1962 se convierte en el centro de nuestro deporte de la capital y también del atletismo español, llevando al olvido a la pista Universitaria, que ve sus últimas competiciones a principios de los años 70. Vallehermoso es en aquel momento un estadio moderno de 400 metros de cuerda y seis calles, con graderío en todo el anillo, y que acoge en 1962, en su auténtica puesta de largo, los Juegos Iberoamericanos, que constituyen un rotundo éxito y que marcan un momento importante en la historia del atletismo español. Aquella fue la primera gran competición disputada en Madrid. Vallehermoso sería la sede de incontables campeonatos de España y de numerosos encuentros internacionales, y pronto quedó como lugar insustituible y de referencia en el atletismo madrileño y español. En 1969, Vallehermoso se adapta con rapidez a los nuevos tiempos y cambia su superficie de ceniza por un flamante tartán que le coloca con más fuerza si cabe en el centro del atletismo español.
Más de cuarenta años acogiendo atletismo, desde 1961 a 2007, dan para mucho. Desde aquellos Juegos Iberoamericanos de 1962, hace ya 62 años, desde aquellos meetings y trofeos (como el del club Canguro) a las reuniones de atletismo, a partir de los años 80, de la Comunidad de Madrid y luego Meeting de Madrid, pasando por la Westathletic de 1969, eliminatorias de la Copa de Europa, 14 encuentros internacionales absolutos de España, 12 campeonatos nacionales absolutos e innumerables campeonatos de otras categorías o controles de la federación madrileña. Momentos estelares ha habido muchos, es difícil de realizar una selección. Señalemos, a vuelapluma, el récord mundial de Yelena Isinbayeva en pértiga, aquel duelo entre Edwin Moses y Danny Harris en vallas, las actuaciones estelares de Carl Lewis, Sebastian Coe, Said Aouita o Alberto Juantorena. Momentos que se mantienen inolvidables en la retina de los aficionados.
Pero todo lo que es nuevo en un momento determinado pasa a ser antiguo con el paso de los años. El transcurrir del tiempo hará que Vallehermoso se vaya quedando anticuado, su pista de seis calles, sus gradas, su cubierta. Además, comienza a tener competencia, pues en una ciudad que crece enormemente, se construyen otros recintos atléticos, que, en ocasiones y por diversos motivos, le toman ventaja. Hablamos en los primeros tiempos de la pista del Parque Sindical (de 400 metros y 8 calles, pero lejos de la ciudad) o de la pista de la Ciudad Deportiva del Real Madrid (de iguales características), pero que no tienen continuidad. Más tarde, en los años 70, de la pista del INEF (junto a la Residencia Blume y el parque de la Casa de Campo); después, en los 90, el Estadio de la Comunidad, la popular Peineta, con la vista puesta en unos futuros Juegos Olímpicos madrileños. Frente a todos ellos, Vallehermoso tendrá siempre a su favor su céntrica ubicación, insertado en el entramado urbano de Madrid. Y, paradójicamente, Vallehermoso ha sobrevivido a todas sus pistas rivales, no sin dificultades.
Otro recinto histórico madrileño, el Palacio de Deportes, es hermano de Vallehermoso. Ambos no se hicieron la competencia, ambos se complementaron maravillosamente, uno para el invierno, para la pista cubierta, el otro de cara al buen tiempo, para el aire libre. Ambos nacen en el mismo momento histórico y social y ambos pasan por algunas circunstancias y vicisitudes comunes. Ambos cumplen el papel de epicentros del atletismo madrileño y español. El viejo Palacio de Deportes desaparece en 2001 pasto de un voraz incendio; renace en 2005 pero, para el atletismo, es un renacimiento muy efímero. Habrá que esperar a 2016 para que Madrid vuelva a tener un anillo para la práctica de nuestro deporte a cubierto, el Polideportivo Municipal de Gallur. Fueron años de travesía del desierto del atletismo madrileño, pues ya no existía Vallehermoso, como veremos a continuación, ni existía el Palacio de Deportes, ni teníamos la Peineta, encaminada irremisiblemente a un futuro sólo futbolístico.
Las luces del viejo Vallehermoso se apagan en 2007 tras 46 años de funcionamiento, en aquel meeting en el que Blanca Vlasic intentó por enésima vez el récord del mundo; habrán de pasar 12 años para ver su renacimiento. En el marco de la candidatura madrileña para los Juegos Olímpicos, se consideró con razón que el estadio había quedado obsoleto. En marzo de 2008 el Ayuntamiento autorizó la demolición, paso previo para la construcción de un nuevo Vallehermoso. Se convocó un concurso para el proyecto de construcción, en el que resultó ganador el Estudio Cano Lasso, en el que se preveía un estadio de atletismo, con un graderío para 10.000 espectadores, y diversos espacios deportivos anexos. Se esperaba que para final de 2010 el nuevo Estadio viera la luz. Pero el adiós a las esperanzas olímpicas y la crisis económica que comenzó en 2008 lo paralizaron todo y llegó el vacío, literalmente hablando, pues durante años en el solar del estadio hubo un gran agujero vacío. Sólo el característico arco de entrada desde la avenida de las Islas Filipinas se mantuvo en pie. No fue hasta abril de 2018 cuando todo se reinició, pilotado por el mismo estudio adjudicatario del concurso. De este modo, el 25 de agosto de 2019, el “atletismo volvió a casa”, como se dijo en su momento, con la celebración del Meeting Madrid 2019 en el nuevo y flamante Estadio Vallehermoso.
En ese 25 de agosto de 2019, con una edición siempre muy recordada del citado meeting de Madrid, con un lleno absoluto, se inaugura el nuevo estadio, un recinto muy llamativo por muchos motivos y que no deja nunca indiferente a quien lo visita, con su ya característica pista de color verde. En este lustro de vida, el nuevo estadio ha acogido varios campeonatos de España, varias finales de las ligas Iberdrola y Joma, así como el ya citado y tradicional Meeting de Madrid, el más importante de cuantos se celebran actualmente en España. Y para terminar, volvemos al principio: los días 27, 28 y 29 de junio del año próximo Vallehermoso se vestirá con sus mejores galas y será escenario de una competición de enorme trascendencia para el atletismo español y europeo: el Campeonato de Europa de Naciones. 16 países estarán en liza, con Italia a la cabeza como vigente campeona. Será un honor para el atletismo español ser el anfitrión de esta apasionante competición. ¡Nos vemos en Madrid!