
La catalana acumula 3704 puntos (39 por encima de su marca) tras las cuatro primeras pruebas del heptatlón la tarde en la que Thierry Ndikumwenayo cayó eliminado en las semifinales de los 5000 metros.
La mujer cuyos récords solo pueden ser recitados con la ayuda de la plana mayor de la Asociación Española de Estadísticos de Atletismo, ChatGPT o uno de esos ordenadores guapos que tienen en la NASA (son 59 desde sub-14 a sénior), inició sus particulares siete trabajos de Hércules en el mismo estadio donde en 2021, con solo 20 añitos, debutó con la Selección en un campeonato global absoluto. Desde entonces, María Vicente, campeona mundial y europea en categorías inferiores, se ha ratificado como nuestra mejor heptatleta de siempre, una navaja suiza forjada en Cataluña y afilada en San Sebastián a las órdenes del sabio Ramón Cid que, hace dos inviernos, en la lluviosa Glasgow, cuando era evidente que el oro aguardaba en el Campeonato Mundial bajo techo, lloró (como lloramos todos) al escuchar chascar su tendón de Aquiles al cometer el segundo intento sobre 1,73 en el salto de altura.

Hoy, en su regreso a la altísima competición desde aquel infortunio, superó el listón sobre 1,77 a la tercera y se embolsó 941 puntos. Previamente, flanqueó el 1,71 a la primera y el 1,74 en segunda convocatoria. El 1,80 (su marca personal, que este año igualó en el Nacional de Tarragona), ya con muchos brincos acumulados, no fue posible.
La alegría de verla de nuevo peleando con las mejores del orbe había comenzado un poco antes, en los 100 metros vallas, prueba en la que este mes de mayo había logrado su mejor marca personal (13.33). Su actuación fue más que solvente y, 13.65 mediante (tres centésimas más que el día de su récord, 6304 puntos), sumó sus primeros 1028 puntos. Tras las dos primeras pruebas acumulaba un botín de 1969, a solo 5 de su mejor prestación.
La tercera muesca de la sesión fue el lanzamiento de peso. María tiene una PB de 13.84, de la que se quedó a 50 cm (ampliando su cuenta en 750 p). Tras salir del círculo era 13.ª del sumario con 2.719 puntos (33 por encima de su récord de España). Su última actuación esta tarde tuvo lugar en una de sus pruebas predilectas, los 200 metros (posee un mejor crono de 23.03), donde este año tenía como referencia más destacada 23.98 (ninguna de las 8 integrantes de su serie había bajado jamás de 24.00, y del total solo una mujer). Estuvo magnífica, ganando con 23.96, marca de la temporada, que traducido a puntos es 985. Se marcha a descansar con 3704 puntos y el récord de España en el horizonte (39 puntos por encima).

El otro español en liza durante la tarde tokioíta fue ‘el Tigre’ Ndikumwenayo, quien ya fue 9.º en los 10.000 metros (puesto calcado al de los últimos Juegos). Competía en la segunda semifinal de los 5.000 m, donde avanzaban hasta la carrera definitiva los ocho primeros de cada una. Su tope (12:47.67, segunda marca española de la historia), conseguido este curso, le situaba cuarto de los 22 contendientes atendiendo tanto a la personal como a la season best. El plusmarquista nacional de diez mil, discípulo de Lluís Torlà (ex marchador con medalla continental en el currículo), venía de ser 15.º en los Juegos en las doce vueltas y media (en su primer Mundial, Budapest, cayó en ‘semis’ y en el Europeo de Roma ocupó la quinta plaza), donde ahora se encontraba con un Ingebrigtsen (ganador de los últimos tres oros globales) ansioso de quitarse el regusto amargo de su eliminación en el 1.500, el inesperado campeón del 10.000, Jimmy Gressier, o el rapidísimo Niels Laros… entre otros grandes nombres del oficio.
Thierry se situó en el corazón del grupo (11.º) durante el primer mil (2:52.84), y poco a poco, viendo que la carrera iba lenta, subió hasta la séptima plaza poco antes del 2.000 (5:45.34) y acto seguido llegó a colocarse tercero, emparejado con Gressier. En el 3.000 seguía el paso monótono, con Fisher liderando en 8:42.57 y ‘Tití’ 10.º (8:43.00). Al paso por el 4.000 (15.º, 11:18.33) tuvo un toque con Gressier que a punto estuvo de enviarle al suelo. Había muchos candidatos y los codos y los nervios empezaban a aflorar. Al toque de campana era 13.º, lo que complicaba en exceso sus opciones: concluyó 14.º con 13:47.72.

FOTOGALERÍA (RFEA | Sportmedia)