Marta Galimany ofrece una lección de resiliencia en maratón

Zurich Rock ‘N’ Roll Running Series Madrid
Lunes, 24 de Abril de 2023
Alberto Hernández
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Marta Galimany llegando a meta en el Maratón de Madrid

Cuando Marta Galimany – española que más rápido ha corrido un maratón en nuestro país (2:26:14) – comenzó a sentir que su estómago se revolvía sin misericordia, ya había dejado atrás la Casa de Campo, donde tras el primer repecho salvaje superó a la keniana Eunice Jeptoo para pasar de la quinta a la cuarta posición. No era todavía el kilómetro 30. Antes, cuando su rival la retó con un cambio de ritmo al final de la bajada del Paseo de Camoens, tampoco se amilanó al abandonar el confortable grupo en el que viajaba con más de una decena de hombres. Saltó a refugiarse en la soledad del corredor de fondo sin pensárselo dos veces. Y eso que su objetivo en las Zurich Rock ‘N’ Roll Running Series Madrid (prueba con la World Athletics Road Race Label) era disfrutar, sabiendo que tiene plaza consolidada para el próximo Mundial.

Correr sin liebres, atender las sensaciones, quizá mirar de reojo la mejor marca española de la prueba (Vanessa Veiga, 2:36:38 en 2013)… pero claro, si a una atleta de su nivel le tocan las palmas, baila. De la cuarta a la tercera posición pasó poco después del segundo gran muro del bosque madrileño, el que conduce a la bajada que conecta con la orilla del Manzanares. Olió la debilidad de Sophy Jepchirchir (Kenia) y se lanzó a degüello. Así, con el podio a la vista, tras las inalcanzables Fetale Tsegaye (etíope, segunda en meta con 2:32:18) y Doreen Chesang (ugandesa, 2:26:31, ganadora en su debut sobre 42 kilómetros), se plantó en el llano mentiroso que sucede a la cuesta de la calle Segovia, donde se vira a derechas con el imponnete viaducto apenas a una cuadra.

Sintió, decíamos, que la barriga no soportaba más geles, más líquido, más traqueteo. Una arcada, todavía en marcha. Dos. Era imposible continuar. Se detuvo, evacuó. Y de repente su cara volvió a transformarse. Del sufrimiento al coraje. Alargó la zancada, trató de recuperar el paso de 3:35 por kilómetro que llevaba marcando como un metrónomo durante la primera media, dejando claro que podía más la gloria en Madrid que el aparato digestivo. No duró mucho la alegría, pues al final de la interminable recta, tras la curva cerrada del 40, ya con la Estación de Atocha al costado, el asfalto vuelve a empinarse y no da tregua hasta las puertas del Café Gijón, en el Paseo de Recoletos, enclave fabuloso de la última línea.

Sufrió a más de 3:40 el mil, apretó los dientes, desestimó el crono (concluiría en 2:37:47) y se centró en el puesto, el mejor de su trayectoria deportiva (hasta ahora un octavo en Rotterdam 2019). Curioso deporte el nuestro: las cuatro veces que ha bajado de 2:30, dos en Sevilla y dos en Valencia, no había pasado de la 12ª plaza. Madrid, sus orgullosos desniveles, su altanería sobre el nivel del mar, su trazado no apto para espíritus pusilánimes, le concedió mucho más que una plaza de privilegio. Premió su valentía (la que en su momento tuvieron Vanessa Veiga, Chema Martínez, Javi Guerra o Tariku Novales, últimos talentos en apostar por la capital) y la puso en el papel de heroína ante un público que no olvida. Ojalá, en el caluroso verano húngaro, pueda impartir otra clase magistral de lo que significa ser atleta.

Tampoco estuvo escasa de alicientes la versión masculina de la prueba larga de Zurich Rock ‘N’ Roll Running Series Madrid, la fiesta deportiva que, sumando 42, 21 y 10 km, congregó a un buen puñado de miles de corredores. El grupo privilegiado, compuesto por kenianos y etíopes, con un solo ugandés, contempló cómo este, Geofrey Kusuro (segundo el año pasado con 2:09:23), ponía la directa en el último tercio y se llevaba tras de sí a Silas Kiptoo y Bernard Kipkemboi. No acabó de coger una ventaja holgada, aunque supo defender la plaza ante el arreón final de sus rivales, que hicieron del acceso al cajón una cuestión de segundos: 2:10:29 Kusuro, 2:10:31 Kiptoo (protagonista de una emocionnate recuperación en el último kilómetro) y 2:10:32 Kipkemboi. Los 12 primeros en cruzar el arco del reloj, todos africanos, arribaron en menos de 2:20, lo que parece intrascendente, pero no es baladí viendo las batallas, reventones y abandonos que suelen acontecer en este precioso como duro viario.

Récord en la media maratón

El keniano Victor Kipruto viajó a 2:51 por un circuito que por vez primera (como el 10 km) pisaba Gran Vía y Sol. Eso se traduce en un crono de 1:00:03, meritorio a más no poder en una urbe asentada sobre colinas. Es el nuevo récord de la prueba, además de marca personal (se presentó con la 1:00:54 que le dio el triunfo en la Azkoitia-Azpeitia el mes pasado). Ambicioso, golpeó el suelo nada más tirarse sobre él, abatido de cansancio, pues el arreón a falta de cuatro kilómetros que descolgó a su compatriota Chales Matata (1:00:21) no fue suficiente para atesorar su objetivo: romper la barrera de la hora. La tercera plaza, completando el festival de Kenia, se la adjudicó Geofrey Toroitich (1:00:43). El primer español fue Juan Antonio ‘Chiki’ Pérez, que ejerció de liebre durante los primeros cinco kilómetros y, al no poder mantener el ritmo, decidió aminorar para recuperar fuerzas y acabó noveno con 1:05:22. Tras él, 11º, llegaba Tariku Novales (1:06:21), saliendo poco a poco de sus problemas físicos, tomando de nuevo contacto con la competición, con la vista puesta en su gran objetivo del año, para el que ya tiene billete fijo: el Campeonato del Mundo de Budapest. Teniendo en cuenta su poco volumen de entreno, un resultado indicativo de que las cosas marchan bien. El vencedor del curso anterior, Toni Abadía, clausuraba el podio doméstico con 1:07:30 (12º).

El triunfo entre las mujeres se quedó en casa gracias a Clara Viñarás. En una distancia que excede sobremanera sus habituales 3000 metros obstáculos, registró 1:16:20 y se dio un baño de multitud en la abarrotada recta final. La de Fuenlabrada relegó a la segunda posición a otra crack del sur de la comunidad, la mostoleña Diana Martín. Pasados los 40, en su día ganadora de este evento, la que fuera medalla de bronce en el Europeo de 2014 en la prueba de la ría, ahora entrenadora de corredores populares, festejaba la segunda plaza tras 1:19.13 de zancadas. Marta García-Saavedra completó el trío de honor con 1:20:00.

Podio masculino del 10k en Madrid

Corporativismo en los 10 km

Los jueces dieron ganador a Carlos Mayo (tercer mejor marquista español de la historia en la distancia, 27:53), que cruzó la meta junto a sus compañeros del C. A. Adidas (30:11), el campeón de España de la disciplina Jesús Ramos y el campeón de Europa de 800 metros Adrián Ben. Fue un paseo triunfal del terceto en la carrera más madrugadora del programa (salió a las 8:00) saldado con la sexta victoria de Mayo en la cita. Entre las féminas revalidó laureles Águeda Marqués, con bastante más competitividad de por medio: 32:41 doblegaron a la campeona de nacional Paula Herrero (32:58) y la finalista olímpica de 1500 m Marta Pérez (33:44).