Había saboreado el glamour de competir en todos los grandes eventos: Juegos Olímpicos, Mundiales, Europeos…incluso era parte ya de la historia al haber batido un récord de España de 27 años de antigüedad, pero faltaba lo mejor, y ya con Èric correteando por Valls, Jordi puso Toda su sabiduría al servicio del regreso exitoso de Marta, que ha superado todas sus marcas personales en asfalto excepto en su distancia predilecta, ésa en la que, sobre todo, aspira a batir su récord de disfrute.
Pedimos a nuestra protagonista que nos comente cuán difícil es, cuando una carrera deportiva va viento en popa a toda vela, como era su caso, tomar la decisión de hacer un parón para abrazar la maternidad, “cuando estás en la dinámica de correr un maratón de invierno para mínima y el maratón del gran campeonato de verano, entras en una espiral donde no es fácil encontrar el momento adecuado para tomarte un respiro porque, con todos los años que has tenido que invertir para llegar a ese nivel y lo difícil que es clasificarte, nunca quieres renunciar a vivir un gran campeonato de verano y cuando estás en ese bucle lo de ser padres no es una prioridad…pero en 2023, después de un mundial de Budapest en el que, pese a llegar mejor que nunca, tuve una mala actuación, y de otra mala actuación en el maratón de Valencia que me dejaba lejos de los JJOO de París pese a tener la mínima hecha de 2022, nos lo medio planteamos: teníamos el campeonato de Europa de Roma ese verano, y todavía teníamos la opción de seguir luchando por la plaza olímpica en primavera, pero yo sentía que mi cabeza no estaba preparada para otro maratón, y la verdad es que nos quedamos embarazados muy rápido, sin tiempo a repensarlo mucho, así que está claro que era el momento; creo que el embarazo me dio el respiro que necesitaba, renuncié a seguir luchando por los JJOO de París y me perdí el europeo de Roma, pero Èric lo compensó al 300%”, zanja más que orgullosa.

Nada más confirmarse su estado de buena esperanza, el tándem, metódico y analítico como pocos, que conforman Marta y su entrenador y marido Jordi Toda comenzó a recabar toda la información posible, que resultó ser muy exigua, “en cuanto supe que estaba embarazada, preguntamos al equipo de profesionales que nos asesora sobre qué podía y qué no podía hacer estando embarazada, desde la nutrición hasta las posibilidades de mantenerme entrenado para volver lo antes posible a competir después del parto. Nos dimos cuenta de la poca información y los pocos estudios existentes sobre entrenamiento en mujeres embarazadas. Desde el CAR de Sant Cugat nos decían que normalmente las chicas desaparecen durante el embarazo y post parto y vuelven (o no) después, que ellos no tenían experiencia en casos de atletas entrenando durante el embarazo, pero a todo nuestro equipo, liderado por la Dra. Mireia Guarner, le motivó mucho poder ayudarme, buscaron a profesionales especializados en cada uno de los temas y crearon un equipo extraordinario en torno a mí. Fue una experiencia muy bonita, que además quedó documentada y está en vías de publicación. Trabajamos muchísimos factores y me sentía muy bien corriendo embarazada, con la tranquilidad de que estaba controlada por profesionales sin poner en riesgo ni la salud del bebé ni la mía y pude correr hasta el último día de embarazo, cuando rompí aguas tranquilamente en casa por la noche”.
Certero él, Èric nació el 11 de septiembre, celebración de la Diada, de 2024 y su mamá cumplió 39 años apenas 24 días después; pocos podían imaginar entonces que batiría varias marcas personales y, por generoso margen, en 2025, “desde el inicio teníamos la duda de cómo iba a volver, no sabía cómo sería la nueva vida, cómo me recuperaría, ni como respondería mi cuerpo, pero sí tenía claro desde el primer momento que lo iba a intentar y para eso trabajamos durante todo el embarazo y el postparto con mi equipo; si no conseguía volver a mi antiguo nivel, pues seguiría al nivel que el cuerpo me permitiera, pero el trabajo estuvo enfocado siempre a poder volver lo mejor y lo antes posible”.
Dicho y hecho, el 31 de diciembre ya marcó 33:11 en los 10K y el 16 de febrero paró el crono en unos prometedores 1:12:04, en Barcelona en ambos casos, pero, prudentes, no aceleraron la preparación para acudir al Mundial de Tokio, “Tokio lo descartamos, no por no poder llegar en forma al campeonato, sino porque las fechas para conseguir las mínimas no cuadraban para un regreso postparto y lo mismo pasó con el Europeo de ruta de abril, adonde habría llegado muy bien para correr una media maratón, pero no para conseguir la mínima en las fechas que se pedía; como me iba encontrando bien, se nos planteó la posibilidad de correr en Madrid y pensamos que era la mejor opción para volver al Maratón, sin la obsesión de un crono en concreto, con el cariño de la gente de Madrid y el apoyo de Adidas; correr en Madrid nos encanta, nos sentimos muy queridos allí”; nos interesamos acerca de en qué momento concreto atleta y entrenador se apercibieron de que su progresión les conduciría a establecer nuevos topes personales, “ya entrenando para el maratón de Madrid en Font-Romeu, vimos que los ritmos que me salían en los entrenos eran muy parecidos a los de anteriores concentraciones y de Madrid en adelante me fui encontrando cada vez mejor entrenando, hasta el punto que Jordi tenía claro que en julio ya batiría mi mejor marca de 10K en Berlín y en septiembre la de media maratón en Copenhague. Tal y como entrenamos nosotros, con tomas de lactato en cada entreno, para Jordi es fácil saber para qué marca estoy en cada momento”.


La práctica hace maestros y sin duda el caudal de conocimientos de Jordi crece cada temporada, “sí, creo que cada año sé más que el anterior, pero a la vez me voy dando cuenta de lo poco que sé y de la cantidad de profesionales que tenemos que involucrar en la preparación de Marta para afrontar cada nuevo reto que ella nos plantea. El principal motivo de la mejoría de Marta después de la maternidad es el trabajo que hicimos con todo el equipo que nos ayudó en esta etapa. Intentamos trabajar en busca de la salud y la rápida recuperación postparto, pero también en aspectos que durante el embarazo se podían trabajar para mejorar el rendimiento atlético posterior y aprendimos muchísimo los unos de los otros, fue muy enriquecedor para todos, creo; además, para Marta ahora es mucho más fácil afrontar la competición, no tenemos nada que perder ni nada que demostrar. Quitarse la mochila de las expectativas se nota mucho, y creo que, en 2023, por varias circunstancias, esa mochila nos pesó demasiado, e hizo que perdiéramos el enfoque correcto, el que había sido siempre nuestra esencia, el de centrarnos en nosotros mismos y disfrutar del camino”, reflexiona Jordi, que nos señala los puntos fuertes de su pupila, “lo mejor de Marta, sin duda, es la constancia, su capacidad de sumar trabajo a lo largo del tiempo, en cualquier circunstancia; se cuida como nadie, es una grandísima profesional del deporte. Cuando ella se enfoca en algo, no tiene distracciones y es capaz de estar trabajando para ello durante mucho tiempo. Ahora, con Èric, el descanso es mucho más complicado, y era el tema que más me preocupaba, pensaba que no podría asimilar igual el entreno que antes; sin embargo, algo mágico ocurre cuando una es madre, y te das cuenta de que, pese a ya no poder controlar el descanso como antes, las madres tienen una capacidad extraordinaria de poder con todo; la verdad es que no se me ocurre ningún aspecto a mejorar y si ella es capaz de seguir sumando constante como hasta ahora, va a seguir mejorando cada año”, prorroga con admiración.

Adentrándonos en planes de entramiento, nos interesamos por el esquema específico que siguió Marta para el maratón de Chicago del pasado 12 de octubre, “cada vez me gusta menos hablar de preparación específica, pues todo el entreno que hacemos está enfocado al rendimiento en maratón y desde las dos semanas posteriores al maratón de Madrid ya estábamos enfocados en Chicago; hace unos años te habría dicho que hicimos 11 semanas de básico y 11 de específico, pero cuando lo analizo veo que todo va en la misma dirección y que ya no varía tanto el entrenamiento a lo largo de esas 22 semanas; sí que hemos adaptado cosas, siempre lo hacemos. En este caso el cambio más importante fue que centramos más la carga de entrenamiento de carrera en una sola sesión diaria, mientras que la segunda sesión de carrera diaria era más ligera y la podía hacer en una hora. Con Èric, y por la logística que conlleva, nos es más fácil entrenar así: en cuanto al volumen, no lo hemos variado mucho, soy de hacer mucho volumen de entrenamiento, si bien también de controlar mucho la intensidad para que no entrene más intenso de lo estrictamente necesario y pueda, así, asimilar bien cada trabajo sin riesgo a sobrecargarse y lesionarse; en la última concentración que hicimos en Font-Romeu saldría una media de casi 200km semanales, con un pico máximo de 213km”.
Curiosamente, la única distancia en la que aún no ha mejorado su marca personal (2:26:14) tras la maternidad es la de Filípides, escudriñando la experiencia de Chicago, “estábamos para un gran crono, pero allí descubrimos las complejidades de correr un ‘major’, es todo muy diferente a lo que estamos acostumbrados y, pese a que estoy muy satisfecha con la carrera que hice, sé que en otro tipo de carrera habría podido mejorar también mi marca de 2:26:14; el principal objetivo en Chicago era vivir desde dentro, cómo atleta de élite, una de las mejores maratones del mundo; no conocía la mínima para el Europeo de Birmingham, de hecho no queríamos saberla, para no salir condicionados por una marca en concreto; sabía que estaba fuerte, mejor que nunca, y pensábamos que estaba para hacer 2:25 pelados o incluso menos; conseguir dorsal élite allí es muy complicado, mi representante, Alberto Suárez, tuvo que mover hilos para conseguírmelo, por lo que, de entrada, ya es imposible tener liebre personal. La carrera élite sale por separado y sabía que no tendría más grupo que las propias atletas de élite y las liebres oficiales; el nivel es tan alto que las liebres más lentas de la organización salían a bajar de 2:24 y no fui a Chicago para correr una maratón sola de inicio a fin, quería disfrutar luchando desde el inicio con las demás y como me veía muy fuerte decidimos salir en ese grupo; los pasos por los kms 5 y 10 fueron rapidísimos, mucho más de lo estipulado. Yo me encontraba bien, pero en el km 15 las otras chicas del grupo empezaron a rezagarse y las liebres aflojaron un poco al quedarse sin americanas tan pronto; una de las liebres se quedó con ellas y la otra me pregunto si yo iba bien y quería seguir; le dije que sí y se quedó conmigo un rato: pasamos la media en 1:12:34 pero luego, pese a ir yo sola con él, se escapó y no me esperó, así que desde el km 25 tuve que correr en solitario y desde el km 30, sola y con el viento en contra, pagué el esfuerzo inicial y se me fueron bastantes minutos hasta meta; la verdad es que me siento muy orgullosa de la carrera que hice, porque de mi grupo fui la que terminó mejor y al final conseguí un muy buen puesto de la general (12ª, 2:28:23). Lo disfruté muchísimo de principio a fin, fue una gran experiencia”.

Atención ahora al nuevo planteamiento de Marta de cara a los próximas temporadas, “antes del embarazo, metida de lleno en el bucle de correr Valencia o Sevilla para mínima y luego el gran campeonato de verano, no tenía la posibilidad de correr algunos de los maratones míticos del mundo y no me arrepiento, pues disfruté muchísimo esos años compitiendo en europeos, mundiales y Juegos Olímpicos, pero ahora lo que quiero es escoger el maratón por la experiencia de correrlo, independientemente de si es un maratón en el que pueda hacer marca personal o no: quiero estar en los grandes maratones del mundo luchando con las mejores, sin que una mínima para un campeonato me condicione la elección; he ido ya a muchos campeonatos y ahora esa no es mi prioridad; si sale la mínima y tengo opción de estar en el equipo para el Europeo de Birmingham, iré encantada, pero no escogeremos el maratón solo pensando en esa mínima ni en mejorar mi marca personal”; incluso le sondeamos sobre la posibilidad de darle una oportunidad al 10,000m, algo que no desdeña del todo, “en 10.000m creo que es difícil que me clasifique para Birmingham, pero tengo la mente abierta, así que nunca se sabe”.
Le preguntamos ahora si nota alguna diferencia al correr después de ser madre, “noto que tengo más fuerza que antes, ya no sé si es por el trabajo de fuerza que hicimos durante el embarazo y postparto con Sandra Escolà, especialista en trabajo de fuerza y suelo pélvico en embarazadas, o porque ahora voy siempre con Èric en brazos (risas); a diferencia de los últimos años en los que tenía dedicación exclusiva al entrenamiento, ahora voy siempre con prisas para estar con Èric, estoy siempre más pendiente de él que del propio entrenamiento, y todo ahora gira en torno a él”. Cuando Èric crezca, podrá presumir con un argumento muy sólido: “mi madre llevaba muchos años ya como atleta profesional y sus marcas en 10K y en media maratón eran 32:29 y 1:10:45; fue tenerme a mí y conseguir 31:59 y 1:10:01”, y le pedimos que valore si el ser madre ha acabado resultando una ventaja para su rendimiento, “ser madre y atleta es muy complicado, así que lo de ser una ventaja en su conjunto diría que no porque el descanso se ve muy comprometido y hay que hacer malabares para poder entrenar y a la vez darle al pequeño la atención que necesita y reclama; además, nos hemos planteado disfrutar del atletismo con Èric, así que nos lo llevamos a todos sitios (Font-Romeu, Berlín, Copenhague, Chicago…) priorizando estar con él en todo momento. En Chicago, por ejemplo, podía haber dormido tranquila en el hotel de la organización, pero preferí dormir con Jordi y Èric todos los días; sí que es cierto que durante el embarazo se producen muchos cambios hormonales y si los sabes aprovechar y lo trabajas bien, pueden ayudarte a tener un mejor rendimiento deportivo; también el factor psicológico ayuda, ahora todo tiene una perspectiva diferente y afrontar los retos propios del deporte es mucho más fácil”.

Con esa nueva mentalidad disfrutona afrontó Marta el 10K de Berlín el 26 de julio, cuando mejoró 10 segundos su mejor marca, hasta 32:19 y la media de Copenhague, el 14 de septiembre, donde rebajó muy holgadamente, 44 segundos, su anterior tope para dejarlo en 1:10:01, “aunque no somos de hacer super-entrenos, por los tests de lactato sabíamos que podía hacer esas marcas, incluso en Copenhague habría podido correr más rápido sin tanta lluvia”; ese crono berlinés resultó ser la primera piedra del récord de Europa W-40 de 10K que batió en Barcelona el 9 de noviembre, descendiendo de la cota de los 32:00 por primera vez en su vida, “la verdad es que nunca me había fijado en los récords Master y en Berlín no tenía ni idea de cuál era ese récord W-40, pero Fernando Marquina puso un tuit comentando que el récord era 32:23, es decir, había corrido por debajo de ese tiempo, y como cumplía 40 en octubre, eso me motivó; además, el antiguo récord no era de una atleta cualquiera, lo ostentaba Christelle Daunay, toda una campeona de Europa de maratón en Zurich 2014; atacar un récord de Europa me hizo ilusión y lo incluimos en nuestra la lista de retos motivantes; pensar que ninguna chica en todo Europa, con 40 años cumplidos, ha corrido jamás tan rápido es emocionante; la idea era batirlo más adelante, no tan pronto, cuatro semanas después del maratón, fue una sorpresa encontrarme tan bien, pero en la carrera de Barcelona le pusieron liebre a Meritxell Soler para batir el récord de Cataluña de Rosa Morató (32:06) y no podíamos desaprovechar la oportunidad”.
El retorno, al más alto nivel además, de Marta a buen seguro que deberá servir de inspiración a muchas atletas que se hallen en la tesitura de decidir cuándo parar una temporada para ser madres, “me encanta pensar que mi caso pueda ayudar a normalizar el embarazo en atletas y espero que pueda ayudar a otras chicas. Creo que es importante que poco a poco salgan a la luz estudios sobre mujer embarazada y alto rendimiento, como el artículo científico de mi caso, que se publicará próximamente, por parte de nuestra fisióloga, la Dra. Mireia Guarner, la coordinadora de todo el equipo de profesionales que trabajó a nuestro lado durante el embarazo y el postparto. Mireia, además, es una gran maratoniana (2:36), fue madre este año de su primer hijo y ya está compitiendo de nuevo a buen nivel”.
Sin siquiera sospecharlo, el ‘nen Èric’ ha cambiado profundamente la rutina diaria de quien batiera en 2022 la plusmarca española de maratón, “yo siempre he sido una persona muy organizada y sistemática, pero con la llegada de Èric eso ahora es imposible; ahora tenemos que tener la mente abierta a lo que pueda pasar y adaptarnos de la mejor manera posible; por ejemplo, estamos empezando a llevarlo a la guardería por las mañanas y, en casa estamos enfermos cada dos por tres; cuando estamos de concentración en Font-Romeu todo es más fácil y, si no hay ningún contratiempo nocturno, la rutina que intento llevar es la siguiente: a las 6h me levanto para desayunar tranquilamente antes que se despierten Jordi y Èric. Jordi se pone a trabajar a las 7h y yo me quedo jugando con Èric hasta la hora de entrenar. A las 9h, o cuando Jordi se puede escapar, bajamos a entrenar por el Lago Matemale toda la familia (Jordi en bici y Èric con un carrito detrás). A las 12h comemos, a las 13h Èric y yo intentamos hacer una larga siesta mientras Jordi sigue trabajando; merendamos con Èric sobre las 15h, y sobre las 16.30h o 17h cuando Jordi puede hacerse cargo del pequeño salgo yo sola a correr unos kilómetros más. A las 19h cenamos y a las 21h nos acostamos”. Habrá que acuñar un nuevo refrán: “familia que entrena unida, permanece unida” y, visto el maravilloso efecto que ha tenido su maternidad, nos permitirnos inmiscuirnos en su esfera personal e inquirir acerca de un hipotético aumento de familia, “estamos tan ocupados con Èric y tan motivados con mis nuevos proyectos atléticos que no nos lo hemos planteado. Supongo que, como pasó con Èric, si llegara el momento adecuado, lo sabríamos”. ¿Alguien lo duda?
