Marta Pérez estará en las semifinales del 1500

Mala fortuna para Dani Arce y por poco Guerrero y Marqués, fuera de semifinales del milqui
Sábado, 13 de Septiembre de 2025
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Marta Pérez Tokio 2025
RFEA |Sportmedia

Marta Pérez ha sido la buena noticia de la jornada verpertina en Tokio (matutina en España) con su clasificación para las semifinales de 1.500 metros.

Mala fortuna para el resto de la delegación española, con dolor especial por la caída de Dani Arce. Quedan apeados Alejandro Quijada, Irati Mitxelena, Esther Guerrero, Águeda Marques y Artur Coll.

Con los recuerdos frescos de los Juegos Olímpicos —escenarios vacíos, silencios extraños— resultaba todavía más enternecedor comprobar cómo el Estadio Nacional se llenaba casi hasta los topes (67.750 es su capacidad máxima) y el rugido de la multitud alentaba a los atletas cuando salían a escena. Ese panorama disfrutó el primero de los españoles en actuar en la sesión vespertina, Alejandro Quijada. El discípulo de Pedro García, campeón de Europa sub-23 hace dos cursos, debutante en un Mundial, partió en la primera de las tres semifinales buscando una de las cinco plazas directas que daban acceso a la final (lunes a las 14:55). Se situó a cola de grupo, buscando ir de menos a más en busca de atenazar a todos aquellos que fuesen cayendo por el ritmo machacón de Getnet Wale. No pudo ser, y el madrileño acabó 10.º con un crono de 8:42.30 (se ganó con 8:29.97; él este año había corrido en una marca personal de 8:13.40).

El ‘Caimán’ Dani Arce, dos veces noveno en esta competición (Eugene 2022 y Budapest 2023) y campeón de España las tres últimas temporadas, compitió en la tercera serie, en la que también estaban alistados el plusmarquista mundial Lamecha Girma (Etiopía) y el doble campeón olímpico Soufiane El Bakkali. El burgalés, entrenado por Roberto Cejuela, venía con una marca de 8:10.58 (no lejos de su mejor prestación, 8:08.45) y de ser cuarto en la final de la Diamond League a finales de agosto. Estuvo atento en el primer mil (2:54.54), situado entre los cinco primeros, por fuera, tratando de evitar problemas viendo que la carrera iba lenta… pero no pudo espantar la mala suerte y antes de llegar al segundo mil, en la barrera de la recta principal, se fue al suelo tras dejarse la tibia en la madera. Trató de continuar, pero con evidentes muestras de dolor en la pierna izquierda se vio obligado a retirarse. Una jugada rastrera de la fortuna que le deja (y nos deja) sin su tercera final mundialista consecutiva.

 

En la calificación de longitud, dada la anunciada baja de Fátima Diame, nuestra participación quedó circunscrita a la debutante Irati Mitxelena. La atleta de Ramón Cid concursaba en el grupo B buscando implementar su marca personal (6.70) para tener posibilidades de saltar en la final de mañana (13:40). Pedían un brinco de 6.75 para el pase directo o estar entre los 12 mejores saltos de los dos grupos. En su primer intento la vasca se quedaba lejos: 6.27. El segundo lo saldó con nulo. En el tercero no mejoraron las cosas y su aterrizaje a 6.22 propició su definitiva eliminación (28.ª del sumario).

La plusmarquista española de 1500 (3:57.75), Marta Pérez, regresaba al lugar donde cambió para siempre su carrera deportiva. En los Juegos del 21 la soriana encadenó tres carreras sensacionales, todas en marca personal, la última de ellas la final olímpica (por eso se llevó una ovación considerable cuando el speaker mencionó su nombre en la presentación). Era el quinto Mundial (todos desde Londres 2017) para la pupila de Antonio Serrano, que llegaba a la cita con tres ‘milquis’ por debajo de los cuatro minutos en 2025, algo jamás logrado en su carrera deportiva (ni en la de ninguna mediofondista española a lo largo de la historia); esas tres pruebas más su récord son las cuatro mejores marcas del ranking nacional all time. Partía en la primera de las cuatro series de primera ronda, donde pedían estar entre las seis primeras para acceder a las semifinales de mañana (14:07). Salió decidida, en la parte noble del grupo, a la estela de la gran favorita, la australiana Jessica Hull. 2:15.68 fue el paso del 800 y 2:48.67 el del 1000. Marta iba bien situada en un paquete muy compacto, un tanto encerrada (lógico con tantas aspirantes favorecidas por el ritmo medio), pero con una fuerza tremenda para emerger antes de la recta principal y acabar quinta con 4:05.14 (ganó Hull en 4:04.40). Bien física y tácticamente… ¡y a por su cuarta semifinal! (en el horizonte, sin duda, mejorar su 11.º puesto en la final de Eugene 2022).

Esther Guerrero, dirigida por Joan Lleonart, la única mujer española que ha bajado de dos minutos en 800 y de cuatro en 1500 (ya lo había logrado de manera independiente antes de 2025, pero este año ha vuelto a hacerlo en ambas pruebas), también veterana de aquellos Juegos ‘especiales’, disputó la tercera carrera. La capitana de la Selección (merced a sus 34 internacionalidades), segunda más veterana de la delegación tras la marchadora Raquel González (35 años ambas), afrontaba su quinto Mundial y su tercero decantándose por el ‘milqui’ (en los dos anteriores, Doha y Budapest, había alcanzado las semifinales). Agresiva como acostumbra, peleó en el grupo de cabeza, asegurándose una buena salida por fuera en una carrera mucho más rápida que la anterior (2:45.17 el 1000). Pasó cuarta al toque de campana y era quinta al entrar en la última curva… pero se hundió en el último tercio de la recta y fue rebasada casi en los cuadros por la irlandesa Sophie O’Sullivan (4:02.12 por 4:02.20 de la de Banyoles). La séptima plaza condenaba a la eliminación, pero hay eliminaciones y eliminaciones; esta es de las que dejan el buen sabor de boca de haberse dejado en el sintético todo lo que tenías. Nada que objetar, pues, a una de las grandes de nuestro deporte.

En la cuarta y última salió, junto a la mejor de todos los tiempos, Faith Kipyegon (literalmente porque estaban codo con codo en la salida), la segoviana Águeda Marqués. Entrenada por Arturo Martín, regresaba a la alta competición al aire libre tras su espectacular prestación de París 2024, donde alcanzó la final sellando su personal best: 4:00.31. Al igual que sus compañeras, se posicionó en la parte delantera del grupo, pegadita a la cuerda, aunque pronto fue desplazada al corazón del paquete. No le importó, y pasado el 400 se abrió para tener mejor perspectiva de avance. A falta de dos vueltas era sexta, mejorando una posición al paso por el 800 (la mantuvo en el mil, 2:45.06). Al toque de campana la volvió a perder y, ya en la parte decisiva, pese al hundimiento de Laura Muir (8.ª), vio cómo era superada por la alemana Webel hasta concluir 7.ª (4:04.13) y quedar fuera de su segundo Mundial.

Completó la participación española en la jornada de tarde el catalán Artur Coll, presente en la calificación de pértiga, donde la Q se cotizaba en 5.80 (de lo contrario, había que estar entre los 12 mejores saltos). El discípulo de Alberto Ruiz se había elevado este curso hasta 5.70. Comenzó sin titubeos, franqueando el 5.40 a la primera, pero falló en sus tres tentativas sobre 5.55 y quedó excluido de su primer Mundial.