La soriana obtiene el pase de manera brillante al ser sexta en su serie, mientras que Esther Guerrero y Águeda Marqués (con marca personal) estarán mañana en la repesca. El navarro fue segundo en su carrera de repesca y mañana estará con Quique Llopies en la antesala de la final. Cayeron en la calificación de longitud Tessy Ebosele y Fátima Diame.
Tras la resaca de Mondo, de la naturalización de lo imposible, era el mediofondo el encargado de abrir la sesión matutina. 1500 femenino. Tres españolas con la difícil misión de alcanzar las semifinales entre una pléyade de nombres propios y registros de fantasía. Accedían las seis primeras de las tres carreras de la ronda inicial y el resto tendría el examen de recuperación mañana (la repesca a las 12:45).
La más madrugadora de las nuestras en catar el violeta del Stade de France fue Águeda Marqués, primera atleta segoviana en participar en unos Juegos. Lo hizo de manera brillante, marca personal (4:01.60) por más de dos segundos (llegó a la cita con 4:03.78), aunque la novena plaza obliga a volver a competir; tal es el nivel salvaje (nunca tanto en la historia) que las dos que la precedieron, la irlandesa Sophie O´Sullivan (hija del mito Sonia) y la italiana Sintayehu Vissa, sendas personal best de 4:00.23 y 4.00.69, también estarán en la repesca. Las seis primeras rompieron la barrera de los cuatro mitos (ganó Gufar Tsegay con 3:58.84). Águeda se convirtió en la tercera española más rápida en unos Juegos, sólo superada por Marta Pérez y Maite Zúñiga.
No gozó mejor suerte Esther Guerrero en su tercera presencia ante los cinco aros (Río en 800, las dos siguientes en el milqui). Una carrera, la segunda, algo más lenta y táctica en la que, viendo que no estaba en el latigazo final (se la llevó la etíope Diribe Welteji 3:59.73, la única sub 4), se dejó ir en la recta por temor a que las piernas se le hinchasen en exceso y limitar sus opciones en la nueva oportunidad que aguarda en menos de 24 horas (contra su voluntad, pues se le hace extraño a ella y a muchos el interpretar el nuevo formato de clasificación aunque… ya que está, hay que aprovecharlo: la gerundense hizo lo que exigía la situación).
Marta Pérez, en la tercera y última serie, a lo Britney Spears. Ups, she did it again. Lo volvió a hacer. Lo de Tokio. Agigantarse, encarar a las mejores y mostrar a las 80.000 almas que rugían en el Stade de France que el 1500 es algo muy serio en Soria. La reina del torrezno (el lema que figura en los cientos de pegatinas que sus admiradores están colocando por toda la ciudad y las camisetas que familia y amigos visten para la ocasión) está mimada por los Juegos. Suceda lo que suceda acaba llegando en forma, afilada en extremo, fluida tácticamente, pensando con precisión y celeridad. Arribó sexta con 4:04.94. Estará en su segunda semi olímpica peleando con realistas posibilidades de alcanzar la final, como hace tres años cuando fue 9ª con la mejor marca de su vida: 4:00.12.
Mientras atendía a los medios en zona mixta saltaba uno de los mejores vallistas del mundo a escena. Asier Martínez, siempre sincero, reconociendo que las cosas están costando más este curso, sobre todo en comparación a esos mágicos 2021 y 2022 en los que condesó casi todos los sueños a los que un especialista en 110 vallas puede aspirar: campeón europeo, medallista mundial y finalista olímpico. Nunca se había visto en la situación de no pasar con Q, así que asistía a la repesca con miedos, a los toques con el rival, a tropezar con las barreras… Pero todo quedó en nada. Se impuso la lógica. Los dos primeros de cada una de las tres carreras accedían a semis y él fue segundo en la suya con 13.46, lo que definió como una prestación discreta, añadiendo que tampoco las sensaciones fueron buenas, pero dejando para lo último el aviso a navegantes: “Mañana todo será distinto, seré un Asier nuevo”. Además, dejó claro que la velocidad no es el mediofondo y no cree que un esfuerzo extra le vaya a pasar factura. Competirá, junto a su compañero Quique Llopis, a las 19:05. No sucedía eso, dos españoles en semifinales, desde Río 2016 (Orlando Ortega y Yidiel Contreras). Ambos tienen argumentos de sobra para aspirar a la final.
También concursaron en la jornada las discípulas de Iván Pedroso, Tessy Ebosele y Fátima Diame. La vasca saltaba en el grupo A de la calificación (pasaban las que brincaran 6.75 o al menos las 12 mejores marquistas) y lo cierto es que no tuvo precisamente el debut ideal: 6.02, nulo y 6.09. Última de las 16 de su tanda y penúltima de las 31 del global. La valenciana, bronce mundial bajo techo este invierno, competía en el B. Su serie fue algo mejor, aunque también insuficiente para seguir en la pelea: 6.37, 6.52 y nulo. Octava de su terna y 15ª del sumario (a 7 centímetros del pase). Habrá que esperar por lo menos cuatro años más para ver, por primera vez, a una saltadora de longitud española en una final olímpica.