Miguel Ángel López: “En Pekín le birlé el oro al chino Wang, el público no se alegraría mucho”

El último campeón mundial al aire libre español recuerda su proeza de 2015
Martes, 8 de Agosto de 2023
Antonio Aparicio
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Miguel Ángel López
RFEA / Miguélez Team

Globalmente, el de Pekín 2015 no fue un buen Mundial para #EspañaAtletismo. Nuestra cosecha de finalistas (dos) fue la más escasa en la historia de la competición. Sin embargo, ese exiguo balance incluyó una solitaria medalla… pero de un valor superlativo. Porque esa madrugada de finales de agosto, Miguel Ángel López (Murcia, 3 de julio de 1988) nos hizo vibrar (y despertar a más de un vecino) con un triunfo apasionante que lo tuvo todo: remontada, marca personal, revancha ante un cualificado trío chino que dos meses y medio antes le había superado en Cantones… Y, por si fuera poco, esa medalla de oro en los 20 km marcha sigue siendo la única de #EspañaAtletismo en los Mundiales al aire libre en lo que llevamos de siglo.

Después de subir al podio en el Mundial de Moscú 2013 y de proclamarte campeón de Europa en Zúrich 2014, ¿cuál era tu objetivo en Pekín 2015?

El objetivo era luchar por el oro, que era la medalla que tenía entre ceja y ceja ese año. Ese fue quizá mi mejor año a nivel deportivo de principio a fin, con una temporada muy regular, grandísimos resultados, grandes marcas… y llegaba con mucha confianza a ese Mundial. Me veía con posibilidades. Tenía rivales muy fuertes en esa época como eran los chinos, que tenían un trío muy potente y además competían en casa. Sabía que iba a ser muy difícil, pero tenía mucha confianza, me encontraba muy bien y pude luchar; y me llevé el oro en la parte final de la prueba.

Has mencionado a los chinos. Concretamente, ¿a qué rivales temías más antes de darse la salida a la prueba?

El equipo de los tres chinos era muy fuerte, con grandísimas marcas. Dos de ellos tenían una marca personal de 1:17, y el otro [Zelin Cai] de 1:18. Yo tenía en mente al que luego fue segundo, Zhen Wang, que quizás era el más regular de todos. También Ding Chen, que había sido campeón olímpico en Londres, aunque después no tuvo buenos resultados. Pero Zhen Wang, que fue el que al final avivó un poco la prueba y se marchó en solitario, y luego yo lo cacé, no solía fallar. De los otros rivales, el canadiense que quedó tercero [Benjamin Thorne] fue un poco sorpresa, porque era un chico que estaba ahí pero a priori no era claro aspirante a medalla… Sí temía quizás a los japoneses, y especialmente a [Yusuke] Suzuki, que, aunque no hubiese logrado grandes resultados esos años, había hecho el récord del mundo ese año [1:16:36] y todavía lo conserva. 

En los meses previos ya te habías impuesto por primera vez en la Copa de Europa (con 1:19:52), en tu tierra de Murcia, y ya has dicho que consideras que fue tu mejor año. ¿Cómo fue tu preparación para ese Mundial?

Sí, ese año lo gané todo menos en La Coruña, que quedé cuarto y me ganaron los tres chinos. Pero fue un año muy regular, con esa Copa de Europa que pude ganar allí en Murcia, y luego los Campeonatos de España salieron bien [oro en el de 35 km y en el de 20 km], y los test previos también bastante bien, en el Campeonato de España de pista [10.000 m] hice muy buena marca… La parte final de la preparación, como siempre, la hice en Font Romeu, y las sensaciones eran buenísimas. Luego estuvimos en Barcelona la semana antes de viajar, con un poco más de calor y humedad, e hice unos entrenamientos buenísimos, de esos que te dan mucha confianza. Y ya en Pekín también me encontré muy bien, me adapté bien, aunque tuvimos un pequeño contratiempo, porque me puse un poco enfermo un par de días. Tras un entrenamiento, iba bastante sudado y, al llegar al hotel, estaba el aire acondicionado a tope y creo que ahí me enfrié. Al día siguiente tenía un poco mal la garganta y estuve un par de días regular, lo que llegó a asustarnos. Al final por suerte no tuve fiebre, y todo quedó en un susto. 

Miguel Ángel López

¿Con qué estrategia afrontaste de inicio la prueba, teniendo en cuenta condiciones meteorológicas, rivales, etc.?

Empezaba a las 8:30, y ese día [23 de agosto] no hizo excesivo calor. Sí que a primera hora estaba el cielo un poquito encapotado y temía que hubiese humedad, pero luego se despejó, empezó a salir el sol y la humedad no fue muy alta. Se salió a un ritmo más o menos controlado, a unos cuatro minutos el kilómetro hasta poco después del km 10, e íbamos un grupo de unos 10 o 12 atletas hasta entonces. Luego fue cuando Zhen Wang cambió de ritmo muy fuerte y nos sacó una distancia a un grupo más pequeñito, con un ecuatoriano [Andrés Chocho], el chino Cai y yo hasta casi el km 15.

¿Y cómo recuerdas esos momentos decisivos de la carrera?

Pasado el kilómetro 15 fue cuando yo empecé a tirar. A Cai le dio una pájara y se había quedado vomitando. Entonces ya me coloqué segundo, y en uno de los giros, miré hacia atrás y vi que el canadiense que luego fue tercero venía remontando muy fuerte. Para que no se me acercara, aumenté mucho el ritmo. Ese par de vueltas, hasta el km 17 o así, creo recordar parciales de 3:46, 3:47 el kilómetro, y fue cuando me acerqué al chino; le recorté una distancia considerable. Ahí me di cuenta de que podía alcanzarlo. Me fui animando y, a falta de unos dos km y medio lo cacé y ya me quedé con él para recuperar un poco del esfuerzo. Él, pese a que llevaba dos amonestaciones, me seguía dando algún que otro hachazo. Porque claro, estaba en casa y me imagino que querría ganar [risas]… Yo traté de mantener la calma, con los nervios lógicos de saber que te estás jugando el oro, pero a falta de una vuelta, que ya nos mandaban para el estadio, sentí que él no iba bien. Me puse a su altura e intenté lanzar un ataque. Vi que no respondía, así que seguí con todo, y ya prácticamente el último kilómetro hasta el estadio lo hice con una distancia de 10 o 12 segundos; sufriendo mucho, pero saboreando un poco la victoria y disfrutando del momento.

¿Cómo fue el momento de entrar en meta con 15 segundos sobre Wang y encima con la que sigue siendo tu marca personal (1:19:14)?

Esos últimos metros fueron espectaculares. Sobre todo, ese momento mítico en que piensas ‘ya voy a entrar al estadio’. El túnel de acceso era bastante largo y lo bueno es que ahí dentro estás prácticamente solo, por lo que tienes un momento para pensar tus cosas y las emociones que se te vienen entonces. Y luego sales al estadio, entre el griterío de la gente que, lógicamente, no fue como si hubiera sido en España, porque le había birlado el oro al chino, así que supongo que no se alegrarían mucho [risas]. Entrábamos por el 200 y ya solo me quedaba hacer la curva y la recta. Recuerdo que casualmente estaba lanzando Borja Vivas en ese momento en la clasificación del peso y se acercó a la calle 1 y me chocó la mano. Y en el 100, cuando iba a encarar la meta, lo recuerdo como si fuera a cámara lenta; ese momento de pensar ‘el año pasado fui campeón de Europa y ahora voy a subir un escalón más, voy a ser campeón del mundo’ fue un momento de emoción, de acordarte de la familia, de todo ese esfuerzo que has hecho…

¿Cómo valoraste entonces ese éxito y cómo lo valoras ahora?

En ese momento pasa todo muy rápido y tampoco te da mucho tiempo a valorarlo como se merece. Ahora con el tiempo lo ves de otra manera, ves la dificultad que tuvo… En ese momento a mí me pareció ‘fácil’, entre comillas [risas]. Pero ahora, desde la distancia, te das cuenta de que no lo fue tanto, porque luego, cuando en otros campeonatos los resultados no te salen, ya te parece que cuesta más.

Miguel Ángel López

Sigues siendo el único campeón mundial español al aire libre del siglo XXI…

Que haya pasado ese tiempo y no se haya podido emular también le da valor. Se ve que no es fácil, que otros compañeros lo intentan y no siempre se puede ganar. En Mundiales o Juegos Olímpicos es muy difícil estar en las medallas, y ganar mucho más. Todo el mundo quiere ganar y solo puede haber uno. Con el tiempo se va valorando mucho más tanto esa medalla como la de Moscú, que para mí también es importante. Primero fue de bronce y ahora es de plata, por ese positivo… Son dos medallas mundiales, no solo una, y hay que estar ahí varios años para conseguirlas. La de Pekín, sin duda, ha sido la mejor carrera que he hecho hasta ahora. Mi marca personal la hice ahí y aunque también es verdad que la segunda parte de la prueba fue mucho más rápida, creo que mi marca personal podría ser bastante inferior, pero al final siempre me he enfocado en los campeonatos más que en las marcas.

¿Qué supuso ese éxito para tu carrera? ¿Tuvo aspectos positivos pero también negativos?

Sí, como todo en la vida. Lo positivo es que has cumplido tu sueño y se abren muchas puertas en muchas cosas. Quizá lo negativo, o bueno, más complicado, y de lo que más aprendes son las dificultades de seguir en la élite manteniendo ese nivel, que no es nada fácil, porque no era solo un año, ya venía varios estando a un gran nivel… Y también la dificultad de gestionar esas historias de forma correcta, que muchas veces también es complicado, y que eso te sirva para seguir creciendo y motivándote para el futuro.

¿Alguna otra anécdota curiosa relacionada con esa histórica actuación en Pekín?

Una cosa curiosa que pasó en la prueba fue que, cuando salimos del estadio, iban los tres chinos en cabeza y Ding Chen levantó el brazo hacia la grada en plan ‘somos los mejores’. Luego cuando yo entré al estadio e iba a ganar, instintivamente me acordé y levanté también el brazo, como diciendo ‘al final he ganado yo’ [risas]. Fue una anécdota graciosa, porque el chino no lo hacía con maldad, pero se sentían tan superiores en aquella época que era como ‘lo tenemos hecho’, y recuerdo que, cuando levantó el brazo, yo iba justo detrás y pensé ‘espérate, que aún queda toda la prueba’.

Miguel Ángel López