Es el segundo español en la historia que lo logra. La mañana se completó con las actuaciones de los relevos largos masculino y femenino, que no gozarán la misma fortuna que el mediofondista cántabro.
Las del récord nacional por costumbre, las mujeres del 3:25.25 (a ver cuánto les dura este), fueron las primeras de España Atletismo en pisar violeta para ser protagonistas de la antepenúltima sesión del Stade de France. Por la calle 9, enfrentándose (por orden de carriles) a Suiza, Cuba, Bélgica, Noruega, Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia. Casi nada. Por los albores de su mejor registro estuvo el pase a la final, cerrado con q (accedían los tres primeros equipos más los dos mejores tiempos) por Canadá en 3:25.77 en la segunda de las dos series. Nada que reprochar a Blanca Hervás (52.50), Berta Segura (52.20), Eva Santidrián (51.60) y Carmen Avilés (51.99), quintas en su carrera con 3:28.29 y duodécimas del sumario.
Acto seguido se adentraron en el corazón de Saint Denis nuestros hombres. Uno de ellos muchacho (el talento es lo que tiene), David García Zurita (tercer parcial, 46.18), 19 años, formando cuarteto con el siempre solvente Iñaki Cañal (primera posta en 45.20), el laureado Óscar Husillos (segunda, 44.70) y el rematador Julio Arenas (45.61). Finalizaron 7º con 3:01.60 (el récord nacional es 3:00.54) y se logró la última plaza por tiempos con 3:00.08 (Zambia). Hay que valorar esa marca en una carrera con mucho tráfico en los cambios, especialmente en el último, cuando justo después de recoger el palo de manos de David, Julio se vio trastabillado, lo que le obligó a un esfuerzo descomunal en los primeros metros que culminó con una lección de entrega en la recta final, demostrando que cuando uno se enfunda la remera del equipo nacional está más que dispuesto a que el ácido láctico le salga por las orejas.
Nuestro interés todavía tenía un foco en la mañana. Estaba en las asesinas semifinales de los 800 metros, donde Mohamed Attaoui partía en la tercera y última (avanzaban a la final los dos primeros de las tres careras y dos tiempos). El cántabro, 22 años en septiembre, plusmarquista español (1:42.04), salía con la segunda personal y season best, sólo superado por los imponentes 1:41.58 del keniano Emmanuel Wanyonyi (plusmarquista mundial de la milla en ruta). Sólo uno de los nuestros, en toda la historia del olimpismo, había corrido una final de 800 metros (Adrián Ben, quinto en Tokio). Mañana a las 19:05 serán dos, puesto que Moha fue cuarto con 1:43.69, la última de las q. Supo tirar de sangre fría y, sabedor del alto ritmo, aguantar su clásico ataque hasta los últimos metros, evitando así la incertidumbre de un arranque temprano que pudiera ser aprovechado por sus rivales. Es rapidísimo, cada día lee mejor una disciplina enigmática como el 8 y tiene esa aura desabrida que suelen mostrar los más grandes cuando están a las puertas de la gloria.