Oihana Kortazar: “No me gusta dejarme nada en las competiciones”

La Reina del trail running en Candeleda con pleno de títulos
Viernes, 19 de Abril de 2024
Vicente Capitán
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Oihana Kortazar en Candeleda Carrera Montana
RFEA/Jose Miguel Muñoz

Oihana Kortazar (29-6-84) natural de Elgueta (Guipúzcoa) pero residente desde 2008 en Motrico ó Mutriku, que de las dos formas lo podemos encontrar, ha hecho historia al obtener el doblete en los campeonatos de España de Subida Vertical y Carreras de Montaña celebrados en días consecutivos en Candeleda, en plena Sierra de Gredos.

Hemos charlado con la flamante campeona, madre de dos hijos de 15 y 11 años, que nos ha puesto al día de su evolución como deportista y de su presente y futuro más inmediato.

¿Cómo te iniciaste en el deporte?

Desde pequeña en casa, mi padre nos metió en el ciclismo, y mi hermano y yo nos apuntamos a ciclocross. De niños hacíamos también multideporte: balonmano, baloncesto, fútbol… pero no me gustaba. En lo que empezamos a entrenar más en serio fue en ciclocross, más o menos desde los 10 hasta los 18 años. En verano hacíamos ciclismo en ruta. Lo hacía a nivel regional y también íbamos a campeonatos y copas de España. No era muy destacada, era bastante miedica a la hora de andar en pelotón.

Antes de los 18 años me había apuntado a un club de montaña, para hacer senderismo y empecé a conocer más las montañas porque hacíamos muchas salidas. Cuando dejé el ciclismo al entrar en la universidad, me inicié con el duatlón porque en bici me defendía y empecé a correr por asfalto.

¿Tuviste resultados destacados antes de empezar con las carreras de montaña?

No mucho. En ciclismo iba a campeonatos de España, pero con el equipo y en duatlón sí que conseguía algún podio y ganar alguna prueba, pero no eran de las más importantes. Sí que me di cuenta que al unir la carrera al ciclismo estaba mucho más delante que cuando sólo hacía la bici.

¿Y cuándo llegas al ámbito del trail running?

En 2008 había acabado la temporada de duatlón y a mí en verano no me gustaba hacer triatlón, que es lo que tocaba. Me había mudado a vivir a Mutriku, en la costa vasca, y vi que allí en junio celebraban una carrera de montaña. Fuimos únicamente tres mujeres participantes y gané yo. Un poco después estaba por Navarra pasando el fin de semana y vi que había una carrera… me apunté el día antes y gané. Aquella era una prueba oficial de la Copa de Euskadi de la Federación de Montañismo. Luego hice alguna más, también la Subida al Angliru, en la que fui tercera y me metí en la dinámica de la selección vasca empezando a hacer un calendario oficial. Al año siguiente gané mi primer campeonato oficial.

¿Cómo te fuiste adaptando a este nuevo deporte?

Pues tenía muy buenas sensaciones a la hora de subir, se me daba bien y además cuando eran carreras rápidas y no muy largas, veía que tenía buena base para alargar zancada, de haber corrido los duatlones en asfalto. Al principio era miedosa bajando y subiendo me defendía muy bien, seguro que el fondo de la bici tenía mucho que ver en ello. En aquella primera etapa entrenaba por mi cuenta y hacía lo que consideraba, y año y pico después empecé a entrenar con Jokin Liceaga y con él estuve hasta 2014. Desde entonces y hasta ahora entreno por mi cuenta. Con él aprendí que ‘menos es más’, porque al principio yo creía que tenía que hacerlo todo a tope.

Nos cuentas que al inicio no ibas bien hacia abajo, y sin embargo ahora, pienso que eres temida por tus rivales en esos perfiles en descenso, ¿cómo cambiaste esto?

Nunca olvidaré en mi primera época, en una carrera un señor desde fuera me dijo mientras bajaba: “Relaja los hombros, vas muy tensa, échate para delante y déjate ir” y es algo que empecé a aplicarme desde entonces. Está claro que la bajada se mejora a base de practicarla y yo así hago, pero no entreno nada específico cuesta abajo, es más cuando entreno en monte, las bajadas las hago muy tranquila, nunca arriesgo. Fui aprendiendo a lanzarme sin miedo y es posible que la “habilidad” que coges con la bici, tenga que ver en que se me dé bien. Eso sí, para bajar fuerte tengo que tener a alguien por delante a la que pueda coger o al revés, que venga alguien por detrás que me venga apretando, si no, me falta esa adrenalina para lanzarme y arriesgar”.

Oihana Kortazar

 

Tras su brillante irrupción en el mundo del trail running en 2009, Oihana afrontó su primera maternidad en junio 2010, hasta 2011 no volvió a competir, pero obtuvo hasta entonces sus mejores resultados, con muchas victorias de prestigio como su querida Zegama-Aizkorri. La de Elgueta era titulada en dirección y administración de empresas y compaginaba su trabajo en el ámbito de los recursos humanos y contabilidad, con los entrenamientos. Siguió evolucionando estando entre las primeras en muchas de las mejores carreras del calendario.

Tuvo a su segundo hijo en 2014 y reconoce que la vuelta a los entrenamientos “fue algo precipitada, no como había hecho con mi primer hijo, y yo creo que aquello acabó derivando en pequeñas lesiones, no cogía la continuidad. Tras aquella época empecé a trabajar mucho más los entrenamientos de fuerza, que son una parte fundamental de mi preparación”.

En 2014-15 Oihana decidió dedicarse más exclusivamente a su faceta como deportista. “Pero no fue bien, tuve mis peores resultados y volví a trabajar, yo tengo que estar ocupada en cosas diversas para entrenar y correr bien”.

En 2016 empezó a formarse en el ámbito del entrenamiento y fitness y en 2017 emprendió su propio negocio, dando clases de Hiit (trabajo interválico de alto impacto) y de K-Strecht (entrenamiento postural), algo que es su ocupación laboral actual compaginada con los entrenamientos diarios. “De hecho parte de mis entrenamientos actuales pasa por las clases que doy, porque me las suelo aplicar como un complemento más”.

La gente del mundillo siempre ha alabado tu versatilidad para defenderte en diferentes distancias y en casi cualquier perfil, como se vio en Candeleda.

Desde mis inicios siempre vi que se me daban bien carreras cortas y también carreras en subida. Pero independientemente de eso, siempre, con el paso de los años he tratado de hacer carreras explosivas para coger chispa, aunque no sean mi prioridad competitiva. Suelen ser carreras con menos nivel, incluso de nivel regional, y yo creo que esta variedad que la aplico también en los entrenamientos, es algo que me permite defenderme bien en muchas distancias y perfiles. Hago entrenamientos en asfalto, menos que antes porque me lesionaba por ello, pero voy a alguna carrera de asfalto al año, porque creo que eso me da una velocidad diferente. Hoy en día lo que hago en asfalto todas las semanas es andar unos 12 km con bastante desnivel y a ritmo alto por mi pueblo y también intento hacer entrenamientos llanos de carrera en asfalto, o con algo de desnivel pero no mucho. Oihana ganó la Behobia San Sebastián en 2012.

¿Trabajas mucho el entrenamiento cruzado, la fuerza…?

Sí, hago bastante bici, que puede ser en carretera o montaña o incluso en rodillo, y también priorizo a veces el descanso activo, con esas caminatas que te he dicho en lugar de correr. La principal explicación es que yo compito mucho y por eso no necesito meter mucha intensidad entre semana. Lo que sí hago son varias sesiones al día, algunas veces hasta tres, a lo mejor correr por la mañana y hacer fuerza en mis clases, caminar y bici… Podríamos decir que el monte apenas lo toco entre semana. Y eso sí, entreno bastante en función de lo que crea que me va a venir bien incluso emocionalmente o hacer cosas que me apetece. Y creo que ese es el secreto para que lleve tantos años compitiendo a este nivel. Lo que no hago es sentarme en el sofá, eso lo hago muy poco.

Estás a punto de cumplir los 40 años, ¿cómo lleva tu cuerpo tantos años en la élite?

En 2016 tuve una lesión importante, un edema óseo en ambos maléolos del tobillo derecho, que me dejó sin competir un año y nueve meses. He aprendido a escuchar mucho a mi cuerpo y por eso me aplico muchos descansos activos, quitar impacto etc. Desde que hago mucho más entrenamientos de fuerza, me lesiono poco o no he tenido problemas limitantes.

Oihana Kortazar

 

¿Cómo te definirías como deportista?

No me gusta dejarme nada en las competiciones. Este campeonato de España en Candeleda fue un buen ejemplo, eran pruebas muy explosivas para mí, pero yo en la Subida Vertical tenía la sensación de que el grupo íbamos a ritmo lento y creía que debía subir la intensidad y arriesgar, y así hice. En la carrera de 16 km pasó lo mismo cuando me había descolgado Onditz en la parte final de la subida antes de bajar. Yo no quería tenerme que reprochar al acabar no haberlo intentado, y así hice para abajo. Me gusta apretar los dientes de verdad.

¿Qué te parece la evolución del Trail Running en la RFEA?

Yo corrí mi primer campeonato en Liencres, en 2021 cuando quedé tercera. Luego he estado en otros dos campeonatos de distancia maratón, en Reventón El Paso y el Trail Las Palomas y la clave es que mi padre es de Durango y el club local llevaba años animándome para federarme con ellos y por eso me hice la ficha en su momento. Aunque me convocaron para Tailandia hace dos años, mi primer Mundial fue el año pasado, en Innsbruck, y me pareció muy bien organizado. He visto una evolución importante en estos años, de unos campeonatos a otros.

¿Qué objetivos te planteas para este 2024?

A priori yo no contaba con ganar este campeonato de España, pero tras ganar sí me gustaría poder ir al Europeo, lo que pasa es que tengo comprometida la Zegama una semana antes, por lo que tendré que ver si lo puedo compaginar o decidirme. Esta sería mi décima Zegama, Europeos no sé si tendré más oportunidades de ir… así que ya veremos cuando hable con los responsables. Luego para los meses de verano iré compaginando pruebas de diferentes circuitos, pero que voy eligiendo de manera individual no para sumar puntos para una clasificación general. Tengo que cumplir con mi patrocinador y lo que busco es elegir carreras que a mí me apetece o son importantes, compito casi todos los fines de semana.

Oihana Kortazar