Paula Herrero, la dueña del asfalto

Plusmarquista española de 10km
Jueves, 25 de Mayo de 2023
Emeterio Valiente
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Paula Herrero campeona de España de 10km

No se recuerda en el deporte de élite una irrupción de tal calibre. En apenas 70 días pasó de no tener licencia a pulverizar la plusmarca nacional de los emergentes 10 km en uno de los templos de la especialidad, Laredo. Por supuesto, todos los guarismos del récord, 31:23, remiten a su hábitat natural, el podio, faltaría más; suyo también es el cetro nacional de la disciplina y ya maquina grandes prestaciones en las distancias más alcalinas, aunque antes ¡París bien vale un 10.000 m!

Le preguntamos a Paula si miraba de reojo al mundillo del atletismo cuando era una triatleta de postín: “Realmente, era uno de los deportes que más me gustaba, pero para mí entonces simplemente era una de las tres disciplinas que componen el triatlón. Sí seguía en las grandes competiciones a atletas como Marta Pérez o Irene Sánchez-Escribano porque entrenaban también en el CAR de Madrid y las veía con frecuencia, esas eran mis referencias”.

La primera eclosión de Paula ha llegado en los 10 km, una disciplina que conocía bien, no en vano supone el tercer y último esfuerzo del triatlón de distancia olímpica: “Nunca había hecho fuera del triatlón un 10 km; recuerdo que hice 35:20 cuando gané el campeonato de España en 2020 en Bañolas, que es una marca considerable después de la natación y la bici”.

Paula Herrero en Huelva 2023Quizás ese 35 bajo fuera el germen de la plusmarca nacional que hoy ostenta, aunque la decisión de cambiar de rumbo deportivo se urdió en el mes de noviembre, como ella relata: “Es entonces cuando termina la temporada de triatlón, tenía tres semanas de descanso y en esa época de transición, a la hora de plantearme los retos para 2023, no sabía qué objetivos ponerme. Llegué a empezar la temporada de triatlón, pero estaba entrenando por entrenar, sin un objetivo concreto. La carrera a pie era lo que más me gustaba y mejor se me daba del triatlón y llegaron varias carreras populares en diciembre en Asturias: los 8 km de Castrillón, la carrera de Nochebuena de Gijón, la San Silvestre de Avilés… y los tiempos eran muy buenos sin aún entrenar específicamente para atletismo, con lo que empezó a comentarse por redes sociales el ‘boom’ que había dado en esas carreras, salieron artículos, como el de Antonio Esteban en ‘Triatlón Channel’, en los que se hablaba de qué sería capaz de hacer en atletismo y que por qué no probar ahí, así que me dije: ‘si el correr es lo que más me gusta y se me da bien, ¿por qué no voy a cambiar, si es algo que además me motiva mucho?’”.

Dicho y hecho, con las 12 uvas ya deglutidas, a su vuelta a Madrid decidió que su regalo de Reyes sería una tan apasionante como decidida apuesta por el deporte olímpico por excelencia. Para ello, resultaba imprescindible de rodearse de expertos: “Primero contacté con mi actual mánager, Álvaro Rodríguez, y él me puso en contacto con Luismi Berlanas y Juan del Campo”. Llegando al atletismo con 26 años y medio, no había tiempo que perder y unos días después, el 15 de enero, afrontó su primera carrera, los 5 km de Valencia: “Fue una carrera horrorosa (risas) porque me quedé sola, además al no controlar aún los ritmos salí muy rápido, a tres ‘pelados’, y al final acabé en 16:11”.

Tres semanas después afrontó su primer 10 km, los de la Gimnástica de Ulía. Muchos atletas tienen muy claro cuál es el récord de España al que aspiran, pero pocas veces el sueño se convierte en realidad; el de Paula aquel 5 de febrero casi fue el caso contrario: “A Ulía fui a lo que saliera, iba de novata, no sabía ni cuál era el récord ni fui con ninguna liebre, simplemente me pegué a un grupo de chicos que llevaban mi ritmo. Por delante iban Majida Maayouf y Joselyn Brea, a la que cogí después del quinto kilómetro; en la parte final vi que tenía a Majida a muy pocos metros, apreté pero ella se dio cuenta de que me acercaba y tenía todavía un cambio más. Fue una carrera espectacular y cuando vi 31:44 no me lo creía porque mi objetivo era estar sobre 32:10/32:15”.

Con esas credenciales easonenses se presentó el 11 de marzo en Laredo, donde experimentó por vez primera, pero seguro que no última, la presión de ser el indudable centro de atención: “Claro, el récord estaba a cinco segundos (31:39) y la verdad es que las dos últimas semanas noté bastante presión porque todo el mundo me decía ‘lo vas a hacer, lo vas a hacer’, ¡hasta el chico que me recogió en el aeropuerto me dijo, ‘ah, tú eres la chica que va a batir el récord’! (risas) Lo que me tranquilizaba mucho era correr con Tari (Tariku Novales), que es un reloj marcando el ritmo, pero en el kilómetro cinco se tuvo que retirar por unas molestias; eso me descolocó un poco y empecé a mirar más el reloj. Por suerte, me uní a un grupo de chicos, que debían saber que yo iba a por el récord e iban delante de mí, aunque a veces me ponía nerviosa por el reloj y les pasaba. Llegué al final con chispa, acabé en 3:04 y pude conseguir el récord”. Los primeros amores no se suelen olvidar y Paula intuye que volverá al lugar de los hechos: “El circuito es muy rápido, muy recto, tiene algunos giros en rotondas pero son bastante amplios, es una carrera marcada en el calendario, como puede ser la de Valencia”.

Habiéndose echado al zurrón todo un récord de España con apenas dos meses de entrenamiento específico, habrá siempre quien piense aquello de “si esta chica se hubiera iniciado en el atletismo con 18 años…”, pero Paula se muestra tajante a ese respecto: “Estoy muy contenta con mi trayectoria, no me arrepiento de no haber hecho antes el cambio y creo que precisamente el entrenamiento cruzado que se hace en triatlón al combinar natación, ciclismo y carrera a pie es el que me ha dado la base y la fuerza que tengo ahora. Eso ha sido gracias a mis entrenadores de triatlón, sobre todo Ricardo Clavería, que fue quien me dio la oportunidad de venir a Madrid para entrenar con la élite”.

Paula Herrero y sus entrenadoresSobre la dupla de técnicos (Juan del Campo y Luismi Martín Berlanas) que guían su asalto al olimpo atlético, comenta: “Es una pasada tener dos entrenadores, los dos son maravillosos, son los más expertos del mundo para mí”. Desde estas líneas abogamos por la creación de un grupo de Whatsapp a tres bandas para soslayar la divertida anécdota que cuenta risueña: “A veces le doy el feedback del entreno por ejemplo a Juan y pienso que le va a hacer un copia y pega a Luismi, pero a los cinco minutos me escribe Luismi para preguntarme ¿qué tal?”.

Le sondeamos sobre qué sesiones son más de su agrado y cuáles le cuesta realizar: “En realidad, todo ha sido muy nuevo para mí, por ejemplo, nunca hacía más de 12 o 13 km en un rodaje. Las series cortas no me gustan nada, las de 300 o 400 m todavía, pero las de 200 m las odio (risas), me cuesta hacer series a 32 segundos, pero sé que eso me va a dar la chispa que necesito para hacer bien el 10.000 m en pista y tener un plus al final de la carrera. Lo que más me gusta son series de 3000 m con cambios y los fartlek que hacemos en la Casa de Campo”.

Paula confirma cuál es su superficie favorita, pero acompaña su aserto con un ilusionante ‘de momento’: “La ruta es donde más cómoda estoy porque es donde tengo más ‘calle’, pero en mi debut en pista en Burjassot, en el campeonato de España de 10.000 m (donde ganó la plata con 32:05.35), yo iba con mucho miedo y pensaba ‘uf, 25 vueltas, llevo pocos entrenamientos en pista, solo me he puesto los clavos tres veces en mi vida…’, pero la verdad es que, aunque psicológicamente sí es duro dar 25 vueltas, llevé muy bien la carrera y lo más duro fue el final. Me lo jugué todo con ‘Isa’ (Barreiro), que, aun siendo también su primer 10.000 m, tiene mucha más experiencia que yo en pista y sabía de dónde cojeaba yo; sabía que me iba a apretar, pero no sabía cuándo. Creo que en dos o tres años la pista me puede llegar a gustar tanto o más que la ruta”.

Tres semanas después, Paula se desquitó en el Nacional de 10 km en Huelva, donde, con 32:10, aventajó en cinco segundos a la otra asturiana voladora: “Quise imponer un ritmo fuerte que fuera desgastando poco a poco a Isa y en una pequeña subida que había en el sexto kilómetro me distancié de ella, pero aun así se acercó bastante al final y tuve que esprintar para conservar el primer puesto”.

Ahora que ya sabemos que el tartán también será testigo de sus galopadas, bajamos al detalle de la distancia: “Yo me veo más en 10.000 m por los ritmos que se manejan. El correr por debajo de 3:00/km para el 5000 m se me atraganta un poco, al menos de momento, me veo más cómoda corriendo en 3:06 para hacer 31 en 10.000 m”. Y va más allá: “Antes de la lesión, mi objetivo para la pista era batir el récord de España de 10.000 m (30:51.69) y también me gustaría preparar la media de Valencia, y por qué no, intentar batir el récord de España (1:09:51). Ahora toca recuperarme, pero el año que viene lo tendré como objetivo”.

El campo a través, de momento, se tiene que conformar con el bronce en el podio particular de Paula: “Solo he corrido el cross de Quintanar, pero ya me han dicho Juan y Luismi que la próxima temporada haré la temporada de cross”. A más largo plazo, tiene cristalina la hoja de ruta: “En un futuro, quizás en dos o tres años, sí me veo siendo maratoniana”. Cuando se le interpela sobre ídolos o referencias en el atletismo, apuesta decididamente por los suyos: “Admiro a todos mis compañeros de entrenamiento, porque todos los días aprendo de ellos algo. Quizás mi mayor referente, al ser fondero, maratoniano, es Yago Rojo”.

Seguidamente, nos traslada varios aspectos que, en su calidad de atleta advenediza, le han llamado la atención: “La idea que yo tenía de un atleta de fondo era alguien que estaba ‘chupado’, muy delgado, pero me ha sorprendido ver a fondistas que están fuertes y también a velocistas que piensas ‘¿cómo va a correr rápido esta persona con ese cuerpo?’ Cuando hacía natación tenía más brazo y más dorsal, en triatlón me quedé más fina, en parte porque correr era lo que mejor se me daba y ahora tengo menos brazo aún (risas). También he notado que los atletas van con mucha frecuencia al ‘fisio’, incluso varias veces por semana. Yo no estaba acostumbrada a eso, pero el atletismo es un deporte de mucho impacto y es fundamental ir al menos una vez cada 15 días”.

Quizás el debate acerca de la mejora cronométrica provocada por las zapatillas que incorporan la placa de carbono empieza ya a languidecer, pero no nos resistimos a pulsar su opinión sobre ello: “No sé exactamente lo que se ganará, pero lo que está claro es que mentalmente es un plus, saber que vas con unas zapatillas con placa, eso da mucha confianza, además de que muscularmente se nota mucho la diferencia, el asfalto es muy lesivo y las piernas acaban menos fatigadas”.

Le preguntamos a Paula sobre su otra carrera, la de Enfermería: “Ya solo me queda cuarto, pero tengo todas las prácticas ya hechas y solo serían dos asignaturas y el TFG para terminar. La pena es que el año pasado, por las dudas que tenía, decidí no matricularme y ahora me doy cuenta de que haciendo solo atletismo, aunque entrene mañana y tarde, hay tiempo para todo”.  

Paula Herrero en LaredoEste portento de 1.63 m de estatura y 48 kg de peso nos confiesa alguna anécdota provocada por su condición de neófita: “Tengo un problema y es que me cuesta correr despacio. El día del récord en Laredo, como la prueba era por la tarde, salí a activar un poco por la mañana y me hice 6 km… ¡a 3:40! (risas). Ahí pensé ‘hoy va a ser mi día’. Aún tengo la mentalidad de ‘para ir a 4:15 no salgo a correr’, pero la estoy cambiando’. Dos semanas después repitió desaguisado fisiológico antes de Burjassot: “Dormí en Valencia, salí a activar al paseo que está donde la pista de atletismo y salieron 7 km a 3:46”. Mientras se mentaliza de calentar más pausadamente, sabe bien cómo evitar rapapolvos: “Ahora ya cierro Strava para que la gente no lo vea” (risas).

En sus escasos cuatro meses de carrera atlética, a la estrella de Vicky Foods le ha dado tiempo para realizar una concentración en la altura de Sierra Nevada: “Estuve tres semanas allí después de Burjassot, coincidí con mi compañera Laura Luengo, y la experiencia fue brutal. Por ejemplo, he aprendido a entrenar por pulso, pero pequé de novata y doblé bastante días carrera, acumulando bastantes kilómetros, unos 160 semanales. En la lesión que tengo ahora pueden haber influido muchos factores, pero es verdad que ese kilometraje quizá sea un poco excesivo para mí con el poco tiempo que llevo en el atletismo, y muchos días debería haber hecho la segunda sesión de natación o bici, que es además lo que me habían recomendado Luismi y Juan, fui yo quien me equivoqué en eso. Intenté nadar, pero es que me ahogaba con la altitud, por eso prefería correr”.

Visto que en el asfalto resultaba imparable, solo un rival en forma de edema en el segundo metatarso del pie derecho ha conseguido frenarla y mantenerla alejada de los entrenamientos desde el 1 de mayo: “Finalmente, en un TAC que me acabo de hacer, se ve que incluso llegó a haber fractura, pero no se veía en el TAC inicial porque tenía el pie hinchado. Ya se está formando callo óseo y estoy en proceso de recuperación, haciendo bici y natación y en unas pocas semanas espero volver a correr muy suave”.

Nació en Avilés, cuna del, probablemente, mejor saltador español de la historia, y quién sabe si algún día compartirá con Yago Lamela el honor de ser la avilesina de referencia: “La verdad es que no llegué a conocer personalmente a Yago, aunque sabía quién era al ser un mítico del atletismo. Aparte de Yago Lamela está Alba García, que fue fondista internacional y ahora es entrenadora. La pista de atletismo ya lleva el nombre de Yago y, cuando me retire, está claro que no le voy a quitar esa distinción a él, pero claro que me gustaría, por ejemplo, dar nombre a una piscina o una calle, sería un honor”. Quizás la primera de las opciones sea la fetén, y es que en las redes sociales aún quedan reminiscencias de su pasado polideportivo, como bien atestigua su identidad tuitera, @paula­_­swimmer, que no piensa actualizar: “Eso ya se va a quedar así, porque la gente ya me conoce como Paula Swimmer (risas)”. Y es que siempre es bonito y justo recordar de dónde venimos…