Hablar de campo a través en España en el último lustro es hacerlo de Irene Sánchez-Escribano. Campeona nacional absoluta en 2019 y en 2020, la toledana es una fija en el circuito español que compone la espina dorsal del World Athletics Cross Country Tour, donde los mejores especialistas del planeta recorren nuestra geografía midiéndose en el barro y las cuestas. También ha representado a #EspañaAtletismo en todas las competiciones internacionales, siempre que el físico se lo ha permitido –aún nos duelen sus lágrimas cuando decidió no salir en el Europeo de Fingal-Dublín 2021, cuando los viejos fantasmas de la lesión en el pie que había truncado su sueño olímpico meses atrás reaparecieron en la capital irlandesa–, pero con la roja, la suerte le había sido esquiva… Hasta Bruselas.
Antes del pasado 10 de diciembre, Irene había disputado dos sensacionales Mundiales de Cross –25ª en Aarhus 2019 y 30ª en Bathurst 2022– y tres Europeos de Campo a Través como absoluta. En el primero (Chia 2016), acabó 39ª a más de dos minutos de la cabeza. En el segundo (Lisboa 2019), ya fue con diferencia la mejor española, 16ª en meta. Fingal-Dublín habría sido el tercero, que finalmente tuvo lugar en Piamonte en 2022, donde volvió a liderar a #EspañaAtletismo con su 15º puesto. Cada año crecía un poquito más, más cerca de las mejores del continente, pero todavía algo lejos de la élite a la que todos estábamos convencidos que pertenecía… Hasta Bruselas.
En el Parque de Laeken de la capital belga, Irene sentó al fin cátedra con la camiseta de #EspañaAtletismo. Igual que ha hecho durante tantos años en el Monte Valonsadero, en el CAREX de Atapuerca o en las ruinas de Itálica. A medida que el embarradísimo circuito de Bruselas iba cobrándose víctimas a cuentagotas, Sánchez-Escribano progresaba en carrera, al principio junto a sus compañeras Carolina Robles y Cristina Ruiz, finalmente en solitario. Hasta el último metro esprintó Irene para ganar un puesto. No solo por ella, sino por su equipo. Porque en el Eurocross cada punto es oro de cara a la clasificación colectiva y ella, que ejercía de capitana de #EspañaAtletismo, sentía ese compromiso por encima de todo.
Al final, el esfuerzo tuvo recompensa. El premio a su trayectoria en el campo a través, la disciplina de fondo en la que es más complicado brillar porque allí conviven todas: mediofondistas, fondistas pisteras, ruteras, maratonianas, obstaculistas… Entre lo mejor de cada casa, Irene acabó octava de Europa, un resultado que en las últimas 10 ediciones solo habían logrado Trihas Gebre y Carmela Cardama entre las nuestras. No solo eso, sino que Irene logró lo que ni Trihas ni Carmela consiguieron en 2016 y 2021: ganar una medalla por equipos con #EspañaAtletismo, en este caso, de plata.
Solo su entrenador Antonio Serrano sabe lo que ha sufrido Irene para llegar hasta su mejor resultado con la camiseta nacional, y por ello nos emocionamos al verle desgañitarse en el Parque de Laeken, animando a su pupila hasta la misma línea de meta, y enloquecer cuando acaba octava de Europa y subcampeona por equipos (tú también puedes verlo aquí). Fue la guinda a un año de ensueño en el que ya había brillado sobre el obstáculo, logrando la segunda mejor marca española de la historia (9:20.04) y acariciando la final del Mundial en Budapest… y el prolegómeno de un 2024 en el que, esta vez sí, Irene espera cumplir su sueño olímpico en París.