Roma 1974: una mirada 50 años atrás

Miércoles, 5 de Junio de 2024
José Javier Etayo
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Roma 1974 - Carmen Valero
Portada Revista Atletismo Español Octubre-Noviembre 1974 (nº 234-235) y Carmen Valero, primera finalista española en un Europeo.

La temporada atlética 2024 tiene dos hitos fundamentales: los Campeonatos de Europa en Roma, y sobre todo los Juegos Olímpicos en París. Pero hubo un tiempo en que las cosas eran distintas. Los Campeonatos de Europa se celebraban en los años pares no olímpicos, o en 1969 y 1971 en años impares. De este modo, en Europa toda la actividad del año iba encaminada al Europeo. Así, en 1974, en que se regresó al modelo cuatrienal, y el Campeonato se celebró en Roma, que 14 años antes había acogido los Juegos Olímpicos. Parece mentira pero ya ha pasado medio siglo, y justamente este año los Europeos regresan a la Ciudad Eterna. Parece un excelente momento para recordar aquellos Campeonatos, que tuvieron muchas cosas importantes.

En esta breve nota queremos recoger dos aspectos fundamentales. En primer lugar, la actuación de los representantes españoles; y en segundo, una brevísima pincelada del Campeonato, situado justo entre medias de los Juegos de Munich y de Montreal, en un mundo, y un atletismo, que eran muy distintos a los actuales.

Comencemos por la actuación española. Obtenidas las mínimas de participación, y efectuada la oportuna selección, se inscribió a veinte atletas para el Campeonato. Se trataba con mucho de la participación más numerosa en un Europeo, que había cambiado mucho desde la solitaria aparición de José Luis Torres en 1950. De esos veinte atletas hubo tres que no llegaron a participar. Antonio Burgos renunció a los 1.500 metros por la baja forma que se puso de manifiesto en el encuentro frente a Suiza y Grecia celebrado pocos días antes y en que quedó último en la prueba. También renunció, en su caso a los 3.000 metros obstáculos, Vicente Egido, que se lesionó en el encuentro internacional y acabó esa carrera cojeando. Y finalmente se quedó sin competir Francisco Espinach, seleccionado para el relevo corto.

Vayamos ya, pues, con lo que fue la participación de los españoles, y empecemos como es costumbre por la velocidad. En 100 metros corrió Javier Martínez, que había igualado en la temporada los 10.3 que suponían el récord nacional. Sin embargo su forma no era la adecuada, en pleno servicio militar, y se quedó en las eliminatorias. Se disputaron cuatro, todas ellas con apreciable viento en contra, que clasificaban para las semifinales a los tres primeros más los cuatro mejores tiempos. Martínez corrió en la tercera, en la que ganó el sueco Garpenborg con 10.53 en una llegada apretada de los cuatro primeros; pero nuestro representante, siempre fuera de carrera, sólo puedo ser quinto con una marca de 10.82, que ya le descartaba de la repesca.

En 200 metros tuvimos dos representantes, Luis Sarria y Miguel Angel Arnau. El sistema de competición era análogo, pero al haber cinco eliminatorias, sólo se repescaba a un atleta por tiempos. También como en el 100, se corrió con viento en contra. Sarria compitió en la cuarta serie, y arrancó lento. En su remontada final sólo puedo llegar al cuarto puesto, igualando en 21.54 al británico Steven Green, tercero, pero que le ganó por milésimas. Y como otro británico, Christopher Monk, había sido cuarto en la primera serie con 21.25, ahí quedó eliminado Sarria que achacó su mala actuación al exceso de entrenamiento. Arnau corrió en la quinta serie, la última; y fue al revés: salió rápido, para acabar pobremente en un quinto puesto con 21.72, que también lo eliminaba.

Por la renuncia de Burgos, nuestro único atleta en medio fondo fue Andrés Ballbé en 800 metros. Se corrieron cuatro series que clasificaban para semifinales a los tres primeros, más cuatro por tiempos. A Ballbé le correspondió la primera, que se corrió en grupo, de modo que los seis primeros entraron en un pañuelo. Lo malo fue que aunque las marcas fueron bastante buenas, Ballbé no pudo remontar desde que se corrió en calle libre, fue precisamente el sexto clasificado con 1:48.2, mientras el belga Johan van Wezer ganó con 1:47.7. Como la segunda serie fue análoga pero un poco más rápida, desde el ganador Ghipu en 1:46.9 hasta el séptimo clasificado Wulbeck en 1:47.6, sus siete corredores pasaron a las semifinales. Y así de nada le sirvió a Ballbé haber obtenido mejor marca que los ganadores de las dos últimas eliminatorias.

En 5.000 metros corrió Fernando Cerrada, el vigente campeón europeo junior. Se disputaban tres series, que clasificaban a los cuatro primeros, más tres por tiempos. A Cerrada le correspondió la primera. Corrió al principio en el grupo de cabeza, con otros cinco atletas, pero quedó descolgado en el tercer kilómetro, continuando en solitario y afectado por ampollas en los pies, para acabar sexto en 13:56.8. Aunque la segunda serie fue más lenta, los tiempos de la tercera lo eliminaron.

La gran esperanza de la selección española era Mariano Haro, que corría la final directa de 10.000 metros. La prueba se corrió en grupo, con un tren lento que no permitió eliminar corredores. El propio Haro, que había tenido grandes actuaciones en el anterior Europeo de Helsinki ’71, y en los Juegos de Munich ’72, llevó el ritmo en algunas fases, pero su forma no era la misma que en aquellas ocasiones y no le permitió arriesgarlo todo. Pasó en primer lugar por el noveno kilómetro; pero cuando se desató la lucha final, su sabida falta de velocidad terminal le descolgó al octavo puesto en 28:36.0. El último kilómetro en 2:34.0 estaba fuera de sus posibilidades. Clasificación de finalista, pero que decepcionó un poco; no acababa aquí la carrera de Mariano Haro, que aún sería finalista de nuevo en los Juegos de Montreal.

Roma 1974 10000m

 

Los 110 metros vallas vieron a dos españoles, Gerardo Calleja y Juan Lloveras. Se corrieron, con vendaval, tres series, que clasificaban para semifinales a los cuatro primeros, y cuatro por tiempos. Pero tanto daba. La actuación de ambos no dio opción, quedando en sus respectivas eliminatorias octavo y séptimo, con unas marcas de 14.54 y 14.60, que los descartaron directamente.

La renuncia de Egido dejó solo a Antonio Campos en los 3.000 metros obstáculos. En el mencionado encuentro frente a Suiza y Grecia había batido el récord de España con 8:32.41, pero también él acabó tocado aquella carrera. En Roma se corrieron tres series, que enviaban a la final a los tres primeros, más tres por tiempos. Campos estuvo en la tercera, con el recordman mundial, el sueco Gärderud, que la ganaría.  Pero corrió de modo irregular, a tirones, y se descolgó a mitad de la prueba. Sólo pudo ser séptimo, aunque con una buena marca de 8:38.2, quedando eliminado.

En salto de altura dos españoles lucharon en la calificación, Gustavo Marqueta y Martín Perarnau. Se pedían 2,14 para el acceso a la final, que era precisamente la marca que ambos tenían en el año. Marqueta estuvo cerca, se quedó en el paso anterior, pues superó los 2,11; pero no puedo con la mínima. En cuanto al junior Perarnau, superó los 2,08, pero falló claramente en 2,11. En total fueron catorce los atletas que rebasaron los 2,14, y los españoles quedaron eliminados.

El otro saltador español fue Rafael Blanquer. La marca de calificación en el salto de longitud era de 7,70, con repesca de ser necesario hasta los doce primeros. En su primer salto Blanquer logró 7,66, que parecía que le garantizarían el pase. Pero hubo de realizar los dos intentos restantes. No mejoró su marca, pero sufrió una contractura. Y a la postre, efectivamente, con sus 7,66 pasó a la final, pues bastó con 7,62 para clasificarse. En la final hizo un primer intento de 7,38, y se agravó la lesión obligándole a retirarse, y a que le enyesaran la pierna. Tanto esfuerzo le dio el 11º puesto en el Campeonato.

Roma 1974 Blanquer y Campos

 

Rafael Cano participó en su tercer Campeonato de Europa en decatlón. Su desempeño fue pobre, quizá se pueden salvar los 49.57 en 400 metros y lógicamente los 110 metros vallas en que hizo 15.49, para totalizar 7.024 puntos, que lo clasificaron en el 15º puesto de dieciséis combineros que completaron la prueba.

En el maratón corrió Agustín Fernández. Estuvo siempre en posiciones secundarias, hasta acabar retirándose, acusando el calor

Y para terminar con la actuación masculina, hemos de volver a los velocistas, para relatar la actuación del relevo 4x100 metros. La temporada venía siendo decepcionante, y no se esperaba gran cosa. Se corrían dos series, que clasificaban a los tres primeros, más los dos mejores tiempos. A España le correspondió la primera de las eliminatorias, y se decidió que el orden fuera José Luis Sánchez Paraíso, Luis Sarria, Juan Sarrasqueta y Miguel Arnau. Las entregas fueron mejorables, pero aun así el cuarteto español quedó cuarto en 40.01, detrás de Italia, la República Democrática Alemana, y Polonia. La clasificación quedaba a expensas de los que ocurriera en la otra serie: fue cuarta Checoslovaquia en 40.00, y quinta Gran Bretaña con 40.33, gracias a la descalificación de la República Federal Alemana. Por lo tanto España pasaba a la final, a costa de los británicos. En la final aún se mejoró, en marca y en puesto. El mismo cuarteto, en el mismo orden, quedó sexto con 39.87, detrás de las potencias: Francia, Italia, República Democrática Alemana, Unión Soviética y Polonia; y por delante de Checoslovaquia, la anterior campeona. Ambas marcas, la de la serie y la de la final, superaban sucesivamente el récord de España con cronometraje eléctrico, que era de 40.17 logrado tres semanas antes en la Weltklasse de Zurich por el mismo cuarteto cuarteto, salvo Juan Reverter en lugar de Sarrasqueta. Digamos por completar que la mejor marca manual era por entonces de 39.7.

Roma 1974 - Arnau 4x100 m

 

Hemos terminado así con la representación masculina, pero nos falta algo muy importante. Por primera vez el equipo español en unos Campeonatos de Europa incluía a una atleta: Carmen Valero. Que además, a sus todavía 18 años, dobló, corriendo los 1.500 y los 3.000 metros. Veámoslo en orden cronológico. Primero fueron los 3.000 metros, prueba que se estrenaba en esta edición. Hizo una buena primera mitad, pero después se descolgó, hasta acabar decimoquinta, con 9:35.4, lejos de la vencedora, la finlandesa Nina Holmen que registró 8:55.2; pero sólo un mes antes, con esa marca habría igualado su propio récord nacional, logrado en el campeonato de España, y que había batido con 9:19.2 en agosto en Viareggio. Pero lo más importante llegó en los 1.500. Aquí se corrieron tres series, que clasificaban a las tres primeras, y los tres mejores tiempos. En la primera ganó la alemana oriental Hoffmeister con 4:11.7. A Carmen le correspondió la segunda, que fue la más rápida. Las cinco primeras, encabezadas por Tatiana Kazankina con 4:11.4, llegaron en un margen de tres décimas de segundo. Un pelín descolgada, Carmen Valero era sexta con unos extraordinarios 4:13.02 que mejoraban en mucho su récord nacional de 4:18.25, logrado el año anterior al quedar cuarta en el Campeonato de Europa junior. Para situar el éxito, digamos que la campeona de 3.000 Nina Holmen fue octava. Como la marca de Carmen era mejor que la de la cuarta clasificada en la primera serie (la rumana Natalia Andrei con 4.14.1), quedaba a la expectativa de pasar a la final, según qué ocurriera con la cuarta de la tercera serie. Y todo fue bien. Ese cuarto puesto lo logró la búlgara Nikolina Shtereva en 4.14.7. Carmen Valero, en esta participación inaugural, se clasificaba para la final. En la final, celebrada dos días después, el 8 de septiembre, clausura de los Campeonatos, nuestra atleta corrió con gran bravura, recuperando posiciones al final, y terminando en un excelente séptimo puesto, con 4:11.61, nuevamente récord nacional. La campeona fue la alemana oriental Hoffmeister con 4:02.25, pero para situar lo que logró Carmen Valero aquel día es casi mejor reseñar quiénes la siguieron en la clasificación: octava la británica Joyce Smith, novena la italiana Gabriella Dorio, décima la alemana federal Ellen Wellmann, undécima la sueca Gunilla Lindh.

Hasta aquí, pues, la actuación de los atletas españoles en Roma 1974. ¿Qué decir de los resultados generales? En el sector masculino no se registraron marcas de altísimo nivel. Otra cosa fue en las féminas, donde se produjeron tres récords del mundo, todos logrados por atletas alemanas orientales. El primero fue para la jabalinista Ruth Fuchs que con 67,22; le siguió la saltadora de altura Rosemarie Witschas con 1,95, y finalmente el relevo corto que marcó 42.51.

Y nos quedaría situar a los españoles en el marco global. Como hemos visto, considerando ocho finalistas por prueba, se consiguieron tres posiciones. La sexta del relevo corto masculino, la séptima de Carmen Valero, y la octava de Mariano Haro. Esto colocaba a España, aproximadamente en el vigésimo lugar masculino, y en el decimosexto femenino. ¡Está claro que los tiempos han cambiado!

Roma 1974 actuación ESP

ASÍ LO CONTÓ LA REVISTA "ATLETISMO ESPAÑOL" (Nº 234-235 Octubre-Noviembre 1974)