Tarde de medallas

Plata y récord de España de Iker Moreno (400 m vallas) y bronces de Oriol Sánchez (200 m) y Aarón Ceballos (800 m)
Sábado, 9 de Agosto de 2025
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Tampere 2025 - Moreno, Sanchez y Ceballos
RFEA | Sportmedia

La plata de Iker Moreno en 400 metros vallas con récord de España incluido (49.66) y los bronces de Oriol Sánchez en 200 y Aarón Ceballos en 800, colocan a #EspañaAtletismo con siete preseas en Tampere 2025.

Habíamos ganado tres oros y un bronce, y la plata no se hizo esperar mucho. Llegó en la primera carrera del programa vespertino de esta tercera jornada en el Tampere Stadium. Fue una exhibición de pundonor de Iker Moreno, que aparcó el decatlón hace unos meses para centrarse en el ‘cuatro vallas’, una prueba en la que ha sumado para España la tercera medalla de su historia en el Europeo sub-20 (antes, los bronces de José Alonso Valero en 1975 y David José Pineda en 2017), quinta en la presente edición. El discípulo de Manoli Alonso dio espectáculo del bueno, reservándose, como es habitual en él, para la segunda parte de la carrera y emergiendo definitivamente en el último hectómetro, al que entró cuarto. Luego vino una remontada de fe, pero sobre todo de fuerza, sin inmutarse ante la amenaza del láctico, para echarse sobre los cuadros y detener el crono en 49.66 (su anterior marca personal estaba en 50.75), o lo que es lo mismo, nuevo récord de España sub-20 y 10.ª marca absoluta. Siendo realistas, ganó la medalla de más valor disponible, pues el oro parecía destinado (salvo catástrofe, que haberlas haylas) a la bestia checa Michal Rada, que se apostó en los tacos como líder del año (49.08) y levantó los brazos con nuevo récord de los campeonatos, nacional sub-20 y mejor marca mundial del año en la categoría: 48.78. Todo ello da mucho más brillo a la ya de por sí reluciente actuación (y medalla) de Iker.

 

En la final de 200 metros contábamos con dos opciones: Oriol Sánchez y Rodrigo Fito, quienes habían accedido a tal privilegio por la mañana clasificándose en semis al ser segundo (21.04, Q) y quinto (21.29, segunda y última q), respectivamente. Oriol salió de la curva sabiendo que era posible conquistar la primera medalla de una delegación española en esta competición. Y allá se fue, a hacer historia tras la estela de los favoritos —el italiano Diego Napi (20.77) dio la ¿sorpresa? al imponerse al luso Pedro Afonso (20.85), que tanto había asustado en las rondas previas— en la recta, haciendo oídos sordos al rugido de la grada que se desgañitaba animando al hombre que le precedía, el local Juho Venäläinen. Concluyó en 21.03, dejando a las puertas del cajón al finés y otorgando a #EspañaAtletismo la sexta medalla de un Europeo que está resultando virtuosísimo. Rodrigo, muy descolgado, entró octavo (22.19).

 

Los 800 metros, otra cantera inagotable de talento para nuestro atletismo (ejemplo: el récord de los campeonatos lo sigue ostentando Roberto Parra), contaban en la lista de salida de su final con Aarón Ceballos y Ryan Barcala. Fue una carrera sucia, presidida por el nerviosismo, con innumerables toques, culminada por la maniobra del líder del año, el británico William Sean Rabjohns, quien de manera evidente pisó por dos veces el verde en una arriesgada maniobra para tratar de superar a sus dos compatriotas (Mirfin y Waterworth) en la penúltima recta. Al volver al sintético motivó un empujón en cadena que acabó con Ryan por los suelos (Aarón, sin ninguna responsabilidad, fue quien en última instancia lo derribó, al encontrárselo justo delante fruto del desplazamiento hacia el exterior obligado por el jaleo de los british). Con el abulense descartado (entró octavo en 1:56.65), el cántabro trató de sobreponerse, pero fue demasiada energía perdida como para plantar cara en el sprint. Entró cuarto (1:48.74), pero la lógica se imponía poco después y los jueces descalificaban al campeón (Rabjohns), con lo que el título pasaba a manos de Rafferty Mirfin, la plata a las de Tom Waterworth (que también repartió lo suyo; se libró de la DQ por los pelos) y el bronce se aposentaba en el palmarés de Aarón. De esta manera, casi una tragicomedia de enredo, subió la séptima presea al casillero de nuestra selección en el medallero.

 

Mara en cabeza, marcando el ritmo, controlando desde la única posición en la que nadie te cubre del viento. Apenas una rotación de ojos para atender a la pantalla y ver cómo andaban las cosas por detrás, donde Claudia Gutiérrez se movía entre la quinta y sexta plaza, también con gesto de soltura. Así transcurrió la final de 1500 hasta el toque de campana. Luego todo saltó por los aires. Mara fue hundiéndose tras su lección de valentía (finalizó sexta con 4:19.98) mientras Claudia emergía hasta lanzar el ataque definitivo a menos de 200 metros y entraba en la recta en posición de medalla de bronce tras Lyla Belshaw (la más lista de todas, agazapada hasta dar el zarpazo en el último instante, el de colgarse el oro) y la sueca Cernjul. Se agarró al sintético con lo que pudo, pero su cara de impotencia era imposible de ocultar cuando giró la cabeza a la derecha y vio cómo Isobelle Jones, la segunda con el GBR en el body de competición, la adelantaba ya en los últimos 40 metros. La campeona de España acabó cuarta con 4:16.96 y, al igual que su compañera, dio síntomas de ser un animal competitivo sobre el que debe descansar paciente el futuro del ‘milqui’ español.

Siete vueltas y media a la pista para Ander Aramendi, Alejandro Ibáñez y Abel Rodríguez, las bazas españolas en la final de los 3000 metros (una prueba en la que solo dos mitos habían subido al podio: González y Abascal). El primer mil resultó tremendamente lento, un paso tedioso que marcaba Kristers Kudlis, aunque fue Alejandro Ibáñez quien, al ponerse momentáneamente en cabeza, pasó primero por la marca del 1000 (3:10.5). Tras ello, volvió el letón a comandar el grupo, que pasó el 2000 en 6:18.21. Luego, ya el acelerón no fue sensible, sino evidente, y los nuestros asistieron desde atrás a la abusadora manera de ganar del noruego Häkon Moe Berg (mañana buscará en el 1500 el doblete que no pudo conquistar su ídolo Jakob Ingebrigtsen), más de dos segundos por delante (8:43.20), relajación para festejar incluida, que Kudlis (8:45.56), quien tras ejercer de ‘liebre’ se había hundido en el grupo para después emerger de nuevo y formar una remontada fantástica. Ander fue 8.º (8:48.11), Alejandro 14.º (8:51.98) y Abel 15.º (8:55.39).

Fabio Marco y Asier Añorga, colíderes europeos del año con 5.41, eran nuestras enormes bazas en la final de pértiga. Ambos comenzaron titubeando sobre 5 metros; Fabio solventó la altura a la tercera y Asier a la segunda. Luego, las cosas, a qué negarlo, no respondieron a las altas expectativas creadas (algo que en ningún caso debe constituir drama alguno en esta categoría de formación, donde el futuro es mucho más ancho que el pasado) y ambos fueron incapaces de sobrepasar los 5.20. Atletismo, amigos: estas cosas pasan a veces (más de las que pensamos).

Andrea Sales y Aixa Corbacho (la campeona de España) arrancaron la final de martillo con tiros de 56.98 y 55.23. Segundo intento: sendos nulos. Tocaba domar el corazón, aplacar los nervios y quemar las naves buscando aferrarse a la mejora en el tercero. Pero la cosa siguió pintando bastos: nulo para Andrea y 54.75 para Aixa. Se despidieron como 11.ª y 12.ª de Europa.

No han sido cándidos con las nuestras los obstáculos de Tampere. Ayer, en semifinales, cortaron las alas a Nadia Soto y hoy, en la carrera por el título, han hecho lo mismo con Inés Herault, compañera suya en aquel equipo que conquistó el bronce colectivo del Mundial de trail hace dos años. Inés, burgalesa, subcampeona del mundo individual aquel día, vio cómo la primera de las rías se le echaba encima de improviso (tan compactado iba el grupo) y los reflejos la obligaron a echarse al costado para no estamparse contra la barrera. No saltó, pues, y eso se castiga en el reglamento con descalificación. Aun sabiéndose fuera, el pundonor no le permitió abandonar, y cruzó la meta 15.ª en 10:39.30 antes de que los jueces ratificaran la inapelable decisión.

Mañana a las 16:50 tenemos cita en la final femenina de 4 × 100. La culpa la tienen Carla Arwen Martínez, Estrella Santoyo, Marina Delgado y Laura Martínez, que en la serie 2 de la ronda preliminar lograron la segunda de las dos plazas que daban acceso. Corrieron en 44.74 y solo las británicas, no por mucho (44.66), pudieron superarlas.

Ignacio Hernández, Ander Garaiar (el campeón de Europa, mola escribirlo), Oriol Sánchez (bronce en los 200, mola también) y Jorge Hernández (plusmarquista nacional). Menudo equipo presentábamos por la calle dos de la primera de las tres series en las que se debatía el pase a la final (mañana, 17:05). Rayaron a la altura de las circunstancias, venciendo en 39.93 (solo nosotros y Gran Bretaña bajaron de 40 segundos en todas las carreras) y haciendo imposible ocultar que son serios candidatos al oro.

Andrea Njimi Tankeu Djeudji regresaba a la competición después de su histórico oro en disco logrado en la jornada de ayer. Lo hacía acompañada por la campeona de España, Tilena Martínez (la hija de Manolo, leyenda del oficio), en la calificación del peso. La primera en el grupo A, la segunda en el B. No fueron las cosas igual que ayer y, tras una serie de 11.76, 12.79 y 13.17, Andrea decía adiós a su ambiciosa participación. Sí hubo alegría para Tilena, que tras renovar su personal best tirando 15.25, lograba el paso a la final con la segunda mejor marca de las doce que lanzarán mañana a las 16:00.

 

RESULTADOS

FOTOGALERÍA (RFEA | Sportmedia)