Thierry se toma la última

Quintos puestos de Adel Mechaal, 4 x 400 masculino y las chicas del 4 x 100, séptimo del 4 x 400 femenino y octavos de Abdessamad Oukhelfen y Fátima Diame en 10.000 y longitud respectivamente

No encontró mejor manera para aclarar el regusto amargo que le dejó su quinto puesto en la final de los 5000 metros que afrontar la final de los 10.000 con el colmillo afilado. Tanto como para aguardar hasta la última recta, viendo como uno por uno iban descolgándose rivales en una carrera que comenzó exageradamente lenta (primer mil por encima de los tres minutos) y fue encabritándose hasta llegar a una recta final en la que Thierry Ndikumwenayo confió como nunca en la mordida de un sprint que hasta hoy nunca se había mostrado en toda su plenitud. En los últimos metros el discípulo de Pepe Ortuño levantó la cartera nada menos que al líder europeo del año, el sueco Andreas Almgren (tipo que sabe lo que es quebrar la barrera de los 27 minutos), para agarrar el bronce (28:00.96) por detrás del francés Yann Shrub (28:00.48) y el suizo Dominic Lobalu (28:00.32). Al acabar, un alegato de confianza en sí mismo: “Si me pongo a tirar me acaban ganando todos, creo que no tienen sentido, aunque todo el mundo me decía que lo hiciese. He estado prácticamente dos días sin dormir dándole vueltas y al final he decidido que esta era la mejor estrategia para ganar medalla”. Abdessamad Oukhelfen fue octavo con 28:10.97 e Ilias Fifa 11º tras correr en 28:14.10.

En los 1500 llegó la enésima demostración competitiva del eterno Adel Mechaal, quinto (3:33.58) el día que la figura de Jakob Ingebrigtsen se hizo todavía más enorme (tercer título en 1500, noveno en global sumando 5000, 3000, 1500 short track y cross) batiendo su propio récord de los campeonatos con 3:31.95. Adel lanzó su apuesta al comienzo de la última recta pero, mediada la misma, un tropezón motivado por la cantidad de mediofondistas (salieron 17) que pugnaban por el podio deceleró su progresión. Parecía que perdería más puestos pero su ambición desmedida le permitió reponerse en un suspiro y salvar con honores una nueva plaza de finalista para España Atletismo. La plata fue para uno de los recalificados en semis, el belga Jochem Vermeulen (3:33.30). Ignacio Fontes, nuestro otro millero presente, animó la prueba en los primeros compases, pero acabó perdiendo ritmo poco a poco hasta finalizar 16º con 3:45.80.

El pupilo de Antonio Serrano estaba satisfecho: “Quinto de Europa a dos décimas de la medalla de bronce, lo hemos peleado. Mucho tráfico en la última recta… contento, me voy con un cuarto y un quinto puesto, esperanzado de cara a los Juegos Olímpicos. Un pelín de sabor agridulce de haber tocado dos veces la medalla, de haber tenido un poco de mala suerte, aunque sé que el estado de forma es bueno, hemos trabajado correctamente y las siguientes semanas tengo que afinar los errores tácticos y la punta de velocidad”.

Fontes estaba compungido: “Quería hacer otro planteamiento que no fuese como el del otro día, en el que me vi atrás. No quería ser pasajero de la carrera, pretendía ser más partícipe, a ver si así me metía y conseguía ponerme mentalmente a pelearla. No sé si he salido demasiado rápido… es cierto que cuando me han pasado, se me han empezado a ir, y a ir… me sentía un poco vacío. Las piernas no me han dado más, ya está, yo que sé, la temporada sigue, no contaba ni con correr la final, incluso entrené después de la semi pensando que lo que quedaba por delante. A pensar en nuevos objetivos”.

Los chicos del relevo largo que sellaron el pase a los Juegos en el Mundial de Bahamas habían sido terceros en Berlín 2018 y cuartos en Múnich 2022. Aquí tuvieron que conformarse con descender un escalón, quintos, pero con su mejor prestación del año: 3:01.44. El equipo fue el mismo que el de semifinales, aunque cambiaron de posta David García Zurita y Óscar Husillos (en semis fueron cierre y tercero, aquí tercero y cierre). Iñaki Cañal firmó un parcial de 46.07, Manu Guijarro de 45.40, David corrió en 45.48 y ‘el jefe’ desplegó zancada, galones y motivación para apuntalar su posta en 44.49. Un equipo que fusiona a la perfección veteranía y juventud (un teenager, dos veinteañeros y uno de treinta) y que se volvió a mostrar como un duro rival en su tercera final continental consecutiva.

Iñaki: “Carrera muy igualada, en marcas muy parecidas a las de ayer, donde ya se intuyó que sería una carrera muy apretada, todos los países en un margen de segundo y medio, así que la clave estaría en salvar el tráfico, hacer buenas entregas y saber estar metidos en carrera desde la primera posta”. Manu añadía: “Destaco lo de estar metidos en cabeza, peleándonos con todos, al final estas carreras se deciden en detalles, en cuestión de centésimas… hoy no hemos sido cuartos por una, y probablemente en los Juegos nos estemos jugando la final por centésimas”. David: “Ha habido mucho tráfico, así son las finales, pero este equipo tiene para mucho más”. Y remataba Óscar: “Puesta a punto para los Juegos. Las medallas no han estado tan caras, pensaba que se iba a correr más, pero las finales suelen ser así, carreras sucias con mucho tráfico y hay que estar ahí. Lo hemos luchado hasta el final y todavía queda lo más bonito de la temporada”.

Las spanish bubles sellaron su presencia en la final del 4 x 100 con el mismo puesto que sus compañeros del Plan Nacional de Relevos: quintas con 42.84, mejor marca de la temporada. Salimos con las cuatro que todos conocemos de memoria: Sonia Molina-Prados, Jaël Sakura-Bestué, Paula Sevilla y Maribel Pérez. Cuartas en Múnich, quintas aquí… siguen en la súper élite de la velocidad y tienen el pase a los Juegos más que encarrilado por world ranking: un pelín de suerte y a seguir haciendo historia.

El equipo femenino de 4 x 400 m que batió el tope nacional en semis acabó séptimo en una final comandada por Holanda, Femke Bol mediante, en 3:22.39 (mejor marca europea del año. Repetimos cuarteto con Carmen Avilés (52.85), Berta Segura (51.37), Eva Santidrián (51.40) y Blanca Hervás (51.32). El tiempo total: 3:26.94, ¡segunda mejor marca española de todos los tiempos! Muy raro será que en París no vuelva a actualizarse el récord de España. En zona mixta declaraban: “Dejamos ayer el listón muy alto con ese récord de España, pero antes estábamos comentando que si lo hubiéramos hecho al revés ni siquiera nos hubiésemos clasificado para la final; así que en conjunto estamos muy contentas y agradecidas a todo el equipo que hay detrás, sobre todo a las que se han quedado fuera, Emi y Bou, que han estado muy enchufadas con nosotras hasta el final. Lo hemos dado todo, no queda más en las piernas”.

En el foso abalconado desde el que se asomaron al dorado sus compañeros Ana Peleteiro y Jordan Díaz apareció casi a las nueve, con el día dejando de serlo, la valenciana Fátima Diame. Medallista de bronce este invierno en el Mundial indoor, la discípula de Iván Pedroso partía con la sexta mejor marca de la temporada entre las 12 contendientes, pero con una evidente muestra de madurez y resolución competitiva demostrada en la calificación, cuando, tras dos saltos de 6.58 y 6.20 que le apartaban de la final, supo esquivar la presión para firmar un último de 6.70, justo la marca que pedían para el acceso directo.

En su primer intento se fue a 6.69 (acababa la ronda 5ª). El segundo lo saldó con un nulo, igual que el tercero. Por un centímetro entraba en la mejora (las 8 primeras) y se ganaba el derecho a tres oportunidades más para demostrar todo el trabajo que despliega a diario en Guadalajara. En el cuarto seguía la tendencia del nulo. Se acercaba a la grada, hablaba con el míster, buscaba los ajustes técnicos para ser combativa… pero no había suerte en el quinto y de nuevo a su casillero no subía dígito alguno. Todo había que apostarlo al sexto. Y no cambió la suerte: 6.68. Lo mejor es que Fati se ratifica como una de las mejores del mundo, siempre entre las ocho que llegaron al final en los últimos grandes eventos: mundiales de Budapest y Glasgow y Europeo de Roma. Esto comentaba al acabar: “Octava, es verdad que esperaba mucho más, pero el dolor de espalda me ha mermado un poco estos días. Me encontraba bien calentando, pero luego me ha venido un pequeño dolor. Me dejaba correr, aunque al batir molestaba un poco. Hemos arriesgado, lo he dado todo y… ya”.

Doce minutos después de las ocho de la tarde había empezado a expirar el Campeonato de Europa de Atletismo. Última jornada de reparto. Oros, platas y bronces aguardando en una intensa sesión vespertina que no alcanzaba las tres horas. O los sueños se materializaban en ese tiempo o habrían de seguir pululando en la duermevela de las inminentes noches de verano. A esa hora comenzaron la primera de las 25 vueltas a la pista los integrantes de la final B. La práctica totalidad de 10 kilómetros que tenían que cubrir fueron un monólogo de liderazgo a cargo del aragonés Eduardo Menacho, con leves relevos del italiano Ahmed Ouhda, el sueco Simon Sundström, el israelí Dereje Chekole y algunos más largos por parte de nuestro otro representante en la prueba, el madrileño Jesús Ramos.

A falta de 600 metros Eduardo lanzó un larga cambio de ritmo que le concedió unos diez metros de ventaja, cerrados por Jesús, el único con fuerzas para replicarle, poco después del toque de campana. Siguió a su estela hasta medida la última recta, cuando hizo valer su mayor punta de velocidad para entrar vencedor en meta con 28:24.93. Menacho registró 28:25.62 y tras los dos españoles arribó el sueco Oliver Lövqvist (28:28.42).

#EspañaAtletismo concluye los seis días de competición con un 8º puesto en el medallero (2 oros, 3 platas y 3 bronces) y un 5º en el placing table con 127.50 puntos (los puestos mencionados más seis cuartos, seis quintos, cuatro sextos, dos séptimos y tres octavos), ambas clasificaciones lideradas por el inconmensurable equipo local. Logramos 29 puestos de finalistas -igualando la mejor cosecha, que databa de Gotemburgo 2006-, cinco récords nacionales (de los cuáles uno es también sub 23) y 12 mejores marcas personales.

RESULTADOS