La pista cubierta de 2023 nos dejó uno de los momentos más espectaculares del año… y también uno de los más escalofriantes, sino el que más. Y ambos tuvieron como protagonista al mismo atleta: el gandiense Quique Llopis. El pupilo de Toni Puig vivió en apenas dos semanas la cara más brillante de este deporte en Gallur, aunque también la más oscura, en el peor escenario posible, la final del Europeo de Estambul. Un revés del que se recuperaría más fuerte siguiendo una de las máximas del atletismo: trabajo, trabajo y trabajo.
El año había comenzado con muy buen pie para la figura del Playas de Castellón, que (aunque no lo parezca porque lleva bastantes temporadas brillando en nuestro atletismo) se estrenaba en categoría absoluta. Su prometedora proyección salió a la luz en la primera carrera del 2023, el Meeting Internacional Ciudad de Valencia, donde logró la tercera marca española de la historia con 7.55, que en ese momento le colocaba líder europeo del curso.
A ese triunfo en ‘casa’ le siguió uno de mayor prestigio que le colocó de lleno en el foco internacional, pues ganó el Init Indoor Meeting de Karlsruhe, la primera cita del World Athletics Indoor Tour Gold, con 7.57, venciendo a rivales de entidad continental. Pese a que no tuvo fortuna en la Copernicus Cup de Torun, Quique Llopis llegó a Gallur con las máximas aspiraciones a ganar su primer Campeonato de España absoluto.
En Madrid, Llopis no solo dominó a todos sus rivales, sino que igualó el récord de España de todo un subcampeón olímpico como Orlando Ortega. Una marca, 7.48, que le colocaba colíder europeo de 2023 y tercero del ranking mundial. Un registro con el que aspirar a todo en Estambul y que dejaba claro que el ‘Caimán de Gandía’ ya no era más una promesa, sino una realidad.
Lo que ocurrió 15 días después en Estambul, en cambio, fue uno de los momentos más negros y de mayor incertidumbre para el Atletismo Español en 2023. Llopis había avanzado con paso firme y dos victorias en sendas primeras rondas del Europeo, y se plantaba en la final con opciones a medalla en un esperadísimo duelo con el suizo Jason Joseph. Sin embargo, una mala salida le obligó a forzar en las siguientes vallas y, a partir de la cuarta, sucedió lo peor: se trastabilló en esa y tropezó del todo con la quinta y última, cayendo al suelo de manera fulminante. Una terrible caída que congeló el Ataköy Arena de Estambul y que tuvo en vilo al planeta durante horas, hasta que el propio Quique confirmó que se encontraba fuera de peligro y regresaría pronto a casa.
Por delante, el gandiense tendría meses de trabajo de recuperación física y mental que salieron a la luz el 6 de junio, en el Meeting Iberoamericano de Huelva. El regreso de Llopis con 13.39, cerca de su marca personal, fue celebrado en toda Europa. Solo sería el primer paso de un aire libre espectacular, en el que fue segundo en el Europeo por Equipos de Silesia, tercero en el Meeting de Madrid, campeón de España ante su público en Torrent y rozó la final del Mundial en Budapest igualando su marca personal con 13.30 en semis (a solo un puesto o seis centésimas de pasar).
Estaba de vuelta y lo hacía entre los mejores del planeta, la mejor noticia posible. También fue segundo en la Diamond League de Zúrich, en una catedral del atletismo como Letzigrund Stadion, despidiendo “el mejor y a la vez el peor año” de su carrera, pero abriendo la puerta a un 2024 que ilusiona muchísimo, con Europeo y sus primeros Juegos Olímpicos en el horizonte.
PD: Otro regreso que alegra a todo el atletismo internacional es el de Asier Martínez, ayer mismo. El bronce mundial de 110 vallas en 2022 se pasó casi todo 2023 en blanco pero volvió ante su público en un eventazo como el Navarra Indoor Athletics que congregó a 4000 espectadores en el Navarra Arena de Pamplona. Junto a Llopis y, ojalá, Orlando Ortega (¿y algún invitado sorpresa?) protagonizarán un 2024 apasionante para las vallas españolas.