Los equipos de España Atletismo ofrecen una buena imagen en la primera jornada de los World Athletics Relays y mantienen sus opciones de clasificarse para los Juegos mañana domingo.
Hay asuntos muy superiores a la búsqueda de oro, la plata y el bronce. Por eso, horas antes de saltar al tartán del Thomas A. Robinson Stadium (Nassau, Bahamas) para participar en la sexta edición de los World Athletics Relays, entre los últimos ajustes del cambio de testigo, instrucciones de los responsables del Plan Nacional de Relevos y ejercicios de concentración que permitiesen enfocar el desafío ahuyentado la alargada sombra del verano parisino, España Atletismo se ocupó de ellos.
El equipo al completo, con el capitán Óscar Husillos como portavoz, emitió un vídeo-comunicado solidarizándose con su compañero Thierry Ndikumwenayo, quien tras su reciente récord nacional de 5 km está siendo objeto de bochornosos ataques racistas. El atletismo español quiere decirle a Thierry que no está solo, que tiene detrás una institución, una afición, una familia… y que el racismo y la xenofobia podrán tener cabida en las cloacas de la sinrazón o la puerta trasera de la ignominia, pero jamás en un deporte -el más democrático del mundo- depositario de unos valores inquebrantables entre los que sobresale la igualdad.
Y luego sí, al lío. A más de 10.000 kilómetros de distancia y haciendo trasnochar a un país (6 horas de distancia solventadas a base de café e ilusión) representado en todas las carreras en liza (13 mujeres y 12 hombres): 4 x 100 (masculino y femenino) y 4 x 400 (masculino, femenino y mixto). Gente que sabe la importancia de la cita, pues las ocho escuadras que ocupen las calles de cada una de las finales tendrán plaza directa en los Juegos. Las seis restantes, hasta completar las 14 por prueba, serán las dos primeras clasificadas en cada una de las series de repesca disputadas mañana domingo (segundo y definitivo día de competición, estando el sábado reservado a la ronda preliminar).
La nuestra es una selección sólida, con ocho plusmarquistas nacionales absolutos (cuatro hombres y cuatro mujeres) y una atractiva combinación entre veteranía (atletas que saben los que es catar medallas en Europeos y Mundiales) y juventud, valores de presente y futuro que no piensan pedir permiso a sus mayores para relegarles en los tratados de estadística. Han preparado a conciencia el envite deportistas y técnicos. Innumerables horas dentro de la pista, fuera de casa. Despidieron el pasado curso pasando las tres primeras semanas de diciembre en Stellenbosch (Sudáfrica), saludaron el nuevo año visitando Tenerife en enero y, a mediados de marzo, acudieron a Málaga para seguir apuntalando el modelo que tantos éxitos ha reportado en los últimos tiempos. Así pues, con los deberes hechos, de cuatro en cuatro (los equipos tienen más componentes, todos ganan o pierden juntos, pero las reglas son las reglas y el número que finalmente se calza los clavos es ese) fueron enfrentándose al calor asfixiante, la humedad salvaje y los rivales poderosos.
4 x 400 M MIXTO: SOLIDEZ Y ESPERANZA
Los primeros en hacer acto de presencia (1:27 hora española, tercera de las cuatro series) en un escenario que ya albergó esta cita en tres ocasiones (2014, 15 y 17). David García Zurita, Blanca Hervás, Julio Arenas y Carmen Avilés fueron, por ese orden, los escogidos para tratar de obtener el pase a la final. Iñaki Cañal y Berta Segura, como es costumbre en el PNR, estuvieron con sus compañeros hasta la cámara de llamadas, momento de desearles suerte y aposentarse en la grada para dejarse la garganta por el sueño común. El largo mixto español sabe lo que es ser olímpico (el vigente tope nacional, 3:13.29, está fijado en Tokio), de ahí que la motivación por defender tal status estuviese por las nubes.
El adolescente David (le caen los 19 en un mes) salió súper enchufado y firmó el cuarto tiempo de la primera posta (46.69), preludio de la sensacional cabalgada de Blanca Hervás (51.64, también cuarta en su viaje con el testigo) y la exhibición de Julio (44.96, tercer mejor tiempo de todos los participantes). Cerró una combativa Carmen (52.18, sexta entre las de su turno) que se aferró al sintético para no perderle la cara a la carrera y hacernos finalizar quintos (3:15.47, segunda mejor marca española de todos los tiempos) por detrás de Irlanda (3:12.50, récord nacional), Bélgica (3:13.18), Gran Bretaña e Irlanda del Norte (3:13.52) y Suiza (3:14.47), y delante de Guyana (3:17.31), Portugal (3:17.56) y Kenia (3:19.90).
En el cómputo global fuimos los decimoterceros de una lista encabezada por EE. UU. (3:11.52, récord de los campeonatos) y Holanda (3:12.16, también récord de los campeonatos tras una última posta firmada por su gran estrella: Femke Bol). Mañana se abrirá una nueva oportunidad de sellar el billete a París en la Qualifying Round 2.
4 x 100 M FEMENINO: A UN SUSPIRO DE PARÍS
Quintas del mundo y cuartas de Europa en 2022. Victoria en los prestigiosos Penn Relays calentita (sábado pasado). Apostar por ellas tiene escaso mérito: es apostar sobre seguro. Pisaron la pista azul a las 2:09 encuadradas en la tercera serie. 42 segundos y 85 centésimas (tercera mejor marca española de siempre y la mejor en unos World Athletics Relays) más tarde una Maribel Pérez que se deja jirones de piel sobre el tartán cada vez que se enfunda el top rojigualda (estaba tocada físicamente e hizo lo imposible por recuperarse y cerrar el equipo) cruzaba la meta en cuarta posición, pelando hasta el final contra una leyenda como Marie-Joseé Ta Lou (lideró a Costa de Marfil para ser terceras en 42.83) y la australiana Torry Lewis (mismo tiempo para las suyas, que además es area record). Venció Alemania con 42.72. Dos centésimas nos alejaron de la vía rápida a París, pero solo hay motivos para el optimismo de cara la nueva ventana que se abrirá dentro de 24 horas. Así lo transmitió Maribel (10.30), y antes que ella Sonia Molina-Prados (11.86), Jaël-Sakura Bestué (10.08, mejor posta de todas las participantes) y Paula Sevilla (10.61), o lo que es lo mismo, las plusmarquistas nacionales (42.58). En la recámara aguardaban Paula García y Alba Borrero. Las seis se fueron a dormir sabiendo que la gloria es asequible (obtuvieron el sexto tiempo de un sumario liderado por Estados Unidos con 42.21).
4 x 100 M MASCULINO: UN DOMINGO PARA RESUCITAR
Arnau Monné, 10.90. Sergio López, 9.41. Daniel Rodríguez, 9.69. Guillem Crespí, 9.35. Y Pablo Montalvo (en la tribuna, tocado físicamente). España Atletismo, 39.35. Séptimos en la segunda serie. La disputada a las 2:35, la liderada por Francia (38.32) y Gran Bretaña e Irlanda del Norte (38.36). Habrá que aguardar a la segunda oportunidad para mantener vivo el sueño de estos muchachos que el año pasado se quedaron a un cuarto de zancada (18 centésimas) del récord nacional (38.64) y nos auparon a la cuarta plaza en el Campeonato de Europa por Equipos. Lo segundo fue en Chórzow (Polonia), lo primero en el anillo verde de Vallehermoso. El color de la esperanza, la que nos inundará la próxima madrugada cuando, a través de la televisión, les volvamos a ver saludar al animoso público de Nassau (esperemos que con Sergio, pues acabó dolorido y se fue directamente a tratar con los fisios nada más acabar la prueba). No será fácil (26º tiempo del global), nunca lo es.
4 X 400 M MUJERES: CLARO QUE SE PUEDE
Partieron en la tercera serie, a las 3:25. Junto a Kenia, Alemania, Francia, Polonia, Jamaica y Botswana. Un panorama complicado de negociar. Eva Santidrián, Berta Segura, Herminia Parra y Laura Bueno contra los elementos. Laura Bou, como es costumbre en el PNR, estuvo con sus compañeras hasta la cámara de llamadas, momento de desearles suerte y aposentarse en la grada para dejarse la garganta por el sueño común. Mucho respeto, ningún miedo. Y cumplieron con nota. Eva (53.41) entregó cuarta a la benjamina del grupo, Berta (20 años), que se agigantó durante los 51.31 que duró su posta (solo la polaca Kaczmarek, campeona olímpica, fue más rápida en un parcial: 51.05). Entregó el ‘palo’ tercera a Herminia (53.06), que cedería una posición defendida hasta el final por Laura (53.31). Cuartas con 3:31.09 (octava marca nacional de la historia y la mejor conseguida por un cuarteto español en esta competición) -por detrás de Polonia (3:27.11), Francia (3:28.06) y Jamaica (3:29.03)- y, sobre todo, ofreciendo una imagen de descaro y valentía que invitan al optimismo en la jornada de clausura (14º crono, 6º de las que no pasaron a la final; sí, se puede).
4 X 400 M HOMBRES: TOCADOS, NO HUNDIDOS
Los últimos en entrar en concurso (cuarta serie, última carrera de la noche, 4:21 en España, intuyéndose ya la salida del sol). Mermados por la baja de un cuatrocentista de época, Óscar Husillos (aquejado de problemas gastrointestinales), pero cubiertos por cuatro tipos de excepcionales, máximos exponentes de una generación que no se cansa de renovar la sala de trofeos del atletismo español.
Iñaki Cañal, Lucas Búa (copropietarios del récord nacional, 3.00.54, logrado en la final del Europeo de Múnich 2022), Manuel Guijarro y Bernart Erta. Todos saben lo que es colgarse medallas internacionales con la Selección. Salieron por la 8. A su izquierda, empezando por la cuerda, estaban Australia, República Dominicana, Barbados, Botswana, India, Sudáfrica (el plusmarquista mundial Wayde Van Niekerk en la sala) y Francia. Gente que conoce el oficio. Que obliga a pelear, a elevar el láctico a niveles poco compatibles con la salud.
La lucha comenzó a lo grande. Iñaki (46.17) entregó tercero. Lucas recibió magistral y, con sabiduría de veterano, llegó a colocarse primero a la salida a calle libre. Y ahí comenzaron los problemas. Le trastabillaron y, visiblemente tocado física y mentalmente, sufrió hasta la agonía para amortiguar el palo. Pasó el testigo sexto tras un calvario de 48.82. Apareció Manu y se puso en plan capo (45.08, el tercer mejor tiempo de la posta). Remontó una plaza que supo defender el siempre fiable Bernart (46.77). Ganó Bostwana (2:59.73), segunda Sudáfrica (2:59.76). Acabamos en 3:06.84 (22º del total) pero no confiar en estos muchachos sería una infidelidad a su legado, a los grandes momentos que nos han hecho pasar. 24 horas hasta la siguiente oportunidad; margen suficiente para que estos titanes se recompongan.